La vuelta al cole es maravillosa. Hasta ahí todo estamos de
acuerdo. Que el hecho de que te quiten a los niños cinco horas cada día es como
que te toque el sueldo Nescafé dos veces. Que desde que los pelirrojos han sido
expulsados por las mañanas rumbo a la escolarización, al pater se le ha
cambiado la cara y ya no tiene ojos de cadáver resucitado. Salvo los fines de
semana, claro, que ése es otro cantar.
Sin embargo, la vuelta al cole también tiene su poquito de
estrés, máxime si eres una madre agotada, con pérdidas de memoria y sin tiempo
ni para orinar sentada, porque la vuelta al cole requiere de una serie de
preparativos como una boda gitana, que te deja exhausta con listas, búsquedas del
Santo Grial por librerías, papelerías y otros locales amigos, mensajes de
whatssap con otras madres desesperadas, compras equivocadas y un ataque de
ansiedad con el letrilandia de cuadrícula que debía ser de pauta o que es de
pauta y debía ser de cuadrícula. Un sinvivir.
Yo como ya no tengo energía más que para arrastrarme, dejé
lo de los libros para septiembre que así lo hacía mi madre y todas llegamos a
la universidad, pero claro, cuando El Corte Inglés te dice que reserves es
porque tienes que reservar, que esa gente sabe de lo que se habla y hay que
hacerle caso. Pero claro, yo con esto del slow y la subversión, lo fui dejando
y cuando me planté en septiembre con mi lista de dos folios a hacerme con los
libros y el material escolar de la niña, se rieron de mí porque básicamente era
como comprar turrón de Alicante en julio, que poder se puede, pero que hay que
currárselo.
Y así fue como anduve pordioseando libros por las papelerías
de media Málaga, con la ansiedad de una yonqui, para al final acabar comprando
libros equivocados, todo un clásico personal, encargando otros agotados y organizándome
con otras madres cual guerrilla colombiana para hacernos con los geoplanos que
eran como sangre de unicornio y sólo se podían encontrar en una tienda de la
conchinchina, cuando la luna llena coincidía con el primer viernes de mes.
Así que tras mucho sudar y mucho sufrir completamos la
lista, bajando un punto de tensión a cada tachado y volviendo a recuperarlos
tras hacer la cuenta de la broma, que supera los 200 euracos. Maravilloso.
Pero ahí no acaba todo porque como también soy madre
negligente pues claro, ahora que empieza el cole, empiezan las prisas por leer,
y después de un verano de permisividad extrema, tengo a la pobre pelirroja echando
jornadas indefinidas en el sofá, leyendo al panadero p y al lechero l en bucle
para que la seño no se dé cuenta de que somos unas flojas y nos eche la bronca
nada más empezar el curso. Con lo feo que está eso y el mal karma que genera.
Y cuando ya creía que estaba todo listo, me he acordado de
que no he forrado los libros, lo que al parecer en el colegio es motivo
suficiente para que te quiten la custodia, y aquí estoy como una mona forrando
y poniendo nombres -que como alguien me mangue un libro con lo que me ha
costado encontrarlos, lo mato- mientras Cigoto lame el papel de celo lampando
por una asfixia severa que lo libere de la guardería que según la mamma el niño
está deprimido desde que ha empezado el colegio.
Y entretanto, la pelirroja va haciéndome un pase de modelos
con los uniformes, que por supuesto, le quedan todos estallando y yo voy
estornudando a cada giro del ataque de alergia que me dan los ácaros acumulados
en tres meses de asueto escolar y mientras me despego el forro de las manos y
escribo el nombre de la niña tres millones de veces y firmo cuarenta
autorizaciones, me planteo que igual lo de la vuelta al cole es una maravilla, pero
que pagar se paga. Y no sólo con euros. Válgame dios.
Me pasó exactamente igual que a ti. A finales de agosto y de manera muuuuy previsora me planto en el corte, ojo, cin una tarjeta regalo bien bien cargadita para comprar tida suerte de libros y uniformes y me dicen que no, que no los tienen. Que si los encargo quizás y sin seguridad alguna puede ser que en noviembre la niña pueda llevar alguno al colegio O.o protesté enérgicamente en contra pero les dio igual y el colmo fue que en el corte no venden el uniforme de infantil del cole sino el de primaria. No es genial? Tarjeta regalo a la porra! Al supermercado de cabeza y compré sólo las Boomerang :S
ResponderEliminarJajjajaja, el año que viene vamos en enero!!
EliminarQué buena eres, tía! No me quito el sombrero porque no lo llevo.
ResponderEliminarVayaaaa, muchas gracias!! Qué subidón!!
EliminarAh, querida. Quien algo quiere, algo le cuesta. A ver si todo iba a ser un camino de rosas... Besotes!!!
ResponderEliminarDe espinas más bien!!!
EliminarQue esto de que es una maravilla, lo de la vuelta al cole... que estoy por pensarlo, lo que està claro es lo que tú dices, que se paga y como se paga, que solo a mí se me ocurre volver a casa el martes por aquelllo de alargar un dìa màs las vacaciones y empezar el cole el mièrcoles y con lo que me he topado... depués de dos meses fuera veo que tengo que renovar vestuario y en el cole me dan un folio escrito por los dos lados de cosas necesarias para ya. Jajjajj con lo relajada que venía yo y aún no he conseguido sentar el culo en el sofá, y lo peor es este barrullo mental que se me ha metido en la cabeza y estamos empezando...Lo dicho, que en este momento y en esta situación firmo por hacer pellas. Menos mal que los churumbeles me han salido muy responsables y no se les pegan las sábanas ni a la tres. La de los churumbeles. PD- te ha quedado un post de 10, eres una curranta de las grandes!!!
ResponderEliminarNo es que yo me relaje mucho en vacaciones, pero la vuelta al cole me quita todo el slow... Hombre yaaaa
EliminarNonono, ves que bien ser madre paranoica? yo lo encargué todito en junio, y en agosto ya compré estuches, mochilas y de todo XD eso sí, como los míos empiezan primaria y hay cambio de contenidos en los libros, es un cachondeo, nos faltan, nos sobran, nos cambian la edición...eso sin contar que voy a tener que vender algún órgano interno para pagar todo, que esto de tener mellizos y que no se pueda heredar de los hermanos es la ruina caracolera Ö
ResponderEliminarYo estoy por reservar ya los del año que viene!! Y sí que es una pasta, que yo me he gastado un pastizal!! Y mi armario sin renovarse! jajjaa
EliminarPues yo no vengo a dar envidia( por eso de ser nomadre), me quito el sombrero ante todas vosotras, mujeres trabajadoras o no, madres y multimadres, que os den una medalla mínimo de 24 quilates xq os lo ganais todos los años con la vuelta al cole. Un besazo
ResponderEliminarSi tienes las tardes libres, puedes ver una película sin interrrupciones y duermes del tirón, te vamos a envidiar de todas formas... Y muuuucho!!!
EliminarBuenísimo!!!!!! Lo que me he reído!!!
ResponderEliminarBesos
Gracias amoreee!!
Eliminar¿Me has estado espiando por las esquinas?
ResponderEliminarBuenisimo.
Jajjaja, esq ue estamos todas iguales!! Yo creo que con los libros deberían recetarnos ansiolíticos para paliar el estrés...
EliminarY menos mal que el tiempo ha sido clemente y los primeros dias de septiembre hemos estado usando la misma ropa de agosto, que sino se juntan los libros con la revision de armarios y entonces si que me vuelvo loca :)
ResponderEliminarAy. Los altillos. De pensarlo hiperventilo!!
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