La Navidad
me está matando. Como en años anteriores desde que me di a la maternidad pero
en peor. En mucho peor. Porque este año soy coja a tiempo parcial, porque este
pie tullido lo mismo va bien, que se pone tonto y se me rebela y claro así no
puede una entregarse abiertamente a la batalla campal de las compras y dice el
traumatólogo que qué quiero, que por lo menos hasta dentro de dos meses no
andaré bien. Como si yo tuviera dos meses.
Y además de esta cojera extraoficial, este año soy bimadre y
no como el año pasado cuando metía a Cigoto en el carro y a volar. No. Ahora
Cigoto es un ser independiente, que ambiciona hacerse con el poder mundial y
esparcir toda su maldad allende los mares, dejando trastornados a dependientas,
camareros y a sus consaguíneos que lo sufren en toda su plenitud. Que el otro día
mi madre amenazó con dejarme tirada en los probadores infantiles de Zara,
mientras la primogénita daba giros en leotardos –en solo leotardos- por media
tienda –que se ve que su vergüenza es selectiva- y el hermanísimo le lanzaba
botas de montaña a la cajera que las esquivaba la criatura escondiéndose tras
el mostrador.
Pero no todo es cigotismo, también sufro a la pelirroja que
está en plan Beyoncé y no admite que no se la escuche atentamente cuando canta
por Elsa de Frozen y una se ve obligada a agudizar las trompas de Eustaquio como
cuando hacía los listening de examen 1º de BUP con el miedo en el cuerpo a
perder alguna estrofa o alguna de sus actuaciones memorables a leñazo limpio
contra el mobiliario o sus transcendentales conversaciones surrealistas sobre
los Reyes Magos o las preferencias alimenticias de los camellos en invierno. Una
cosa muy de ibuprofeno.
Y todo mientras mi madre me apremia para que bajemos a
comprar en una de esas sesiones maratonianas que a ella le gustan ‘que no veas
el retraso que llevo por tu culpa’ –esto es, manda huevos, porque me partí el
pie y no pude hacer de Lazarillo de Tormes dando bandazos con los ojitos güertos
por El Corte Inglés-, o mis amigas dicen que qué pasa con las comidas de
Navidad y las copas de después y la pelirroja tiene una calendario de belenes y
cuentacuentos navideños y yo ni siquiera tengo una carta de Reyes que echarme a
la boca. Como tengo el armario de raquítico.
Y por si no fuera poco, ahora me toca hace un trabajo manual
para Nochebuena, un ‘amigo artesano’ que me inventé el año pasado para
intercambiar con mi familia, cuando me invadió el espíritu navideño y la sinrazón,
y que este año trataba de eludir. Así que en diez minutos libres que tenía
entre la rotura de la puerta de la nevera que se me vino encima cual satirón de
discoteca a la cinco de la madrugada y que ahora hay que abrir como si fuera
una cámara acorazada, y limpiar la cocina para que Sanidad no nos cierre el
chiringuito, decidí ponerme a hacer un huevo de chocolate.
La idea era mojar un globo en chocolate, dejarlo secar hasta
que se pusiera duro y quitar el globo. Aparentemente sencillo. Aparentemente.
El primero nos quedó – y uso el plural porque la pelirroja huele trabajo manual
y se me adhiere a la cadera- tan fino que se partió cuando le quitábamos el
globo, así que el segundo lo empapamos con una capa de medio centímetro de
grosor de chocolate fondant y antes de poder posarlo en el plato, me explotó en
la cara. En toda la cara. Toooooda. Y después de dejármela como si hubiera
metido la cabeza en el cuenco, con los ojos pegados de pegotones, los restos del
globo siguieron volando como poseídos, esparciendo pegotes de chocolate como un
aspersor y dejando al pater y a la pelirroja cual dálmatas y a la cocina para
que viniera la ‘maga riego’, que diría mi abuela.
Pero sin perder mi nuevo rollo slow –esto es la misma mala
leche, pero metiéndola para adentro- me fui al baño a quitarme las plastas no sin antes
encontrarme a Cigoto en el pasillo, que había logrado abrir tres botes de témpera y se los
estaba jalando a dos manos con la cara verde manzana con trazos bermellón.
Si yo lo único que quiero es ponerme un vestido de
lentejuelas, hacerme un moño italiano de señora y darme a la bebida de garrafón…
Vida perra.
Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
ResponderEliminarAy dios, qué risa.
Jajaja niña qué arte!
ResponderEliminarQué valiente eres, meterte con dos niños en un probador! Yo desde que nació el pequeño me limito a agarrar cosas de las perchas a ojo, pagarlas, y luego en casa ya nos lo probamos con calma (por decir algo). Si algo no es de la talla correcta ya lo cambiamos, pero niños en el probador.. jo me dan escalofríos sólo de recordar la última vez!
ResponderEliminarLo del globo, me sabe mal por ti pero me he reído bastante, qué pena que no lo hayas grabado porque daría para un gif brutal ;)
Si eres toda una madraza!! Haciendo globos de chocolate!!! Y las galletas de Frozen?? Eres mi ídolo, con dos niños pequeños y las cosas que te curras! Me estoy imaginando lo del globo de chocolate explotado y me parto, jajaja!! Que put***!! Y Cigoto zampándose las témperas, claro que sí, es todo innovación este niño!!! Luego hará cacas verdes y bermellonas, en la guarde van a flipar, jaja!!
ResponderEliminarEso del huevo de chocolate no lo pruebo yo antes de que cumplan 18 jajaja que valiente eres! Y lo de ir de compras igual, por el momento me contento con comprarlo todo por internet, despues de las 10 de la noche :)
ResponderEliminarQué arte tienes mi niña jajajajajaja...., increíble las risas que me han salido a tu costa jajajajaj...., tú te quieres pasar al bando de buenamadre y ves, todo eso tiene un precio y sale caro....El momento -retraso que lleva tu madre por tu culpa...jajajaj para enmarcarlo!!! Y como se te ocurre ponerte a inflar globos para el huevo chocolate !!??? lo que yo te diga, que te quieres cambiar de bando, eso o que el pie malo se te ha subido a la cabeza...Me alegra saber que la pelirroja sigue creciendo, cigoto con las témperas me da miedo... este niño apunta muy alto. Consejo: cambia de traumatólogo, si es necesario soborna, pero traéte el papel que ponga apta y antes de incorporarte al trabajo....disfruta de la familia así de bien, ya verás la de recuerdos que te llevarás a Balí, que mola más eso que el botellón, que éste suele dejar un resacón...La de los churumbeles. PD- hubo un tiempo no muy lejano en el que deseaba una vida más movida...ahora lampo por un minuto aburrida...jajajaja xd.
ResponderEliminarJajajaja jajajaja me hubiera encantado verlo. Tu no conoces la palabra "miedo" , ya veo como te gustan las experiencias fuertes. Jajaja de lo mejorcito del año .
ResponderEliminarJajajajajajajajajajajajajaja!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarHola Flor!! disfruta estos días del pelirrojismo y del cigotismo en su mejor formato, mis mejores deseos para esta noche, buena, y recuerda que no hay sueños demasiado grandes....Muchos besos y sé feliz rodeada de los tuyos, te lo mereces!!! La de los churumbeles.
ResponderEliminarAcabo de encontrar este blog y es desternillante!!!
ResponderEliminarQue graciossaaaaa!me encanta este blogs.seguidora fija
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