Nunca me han gustado los documentales de animales para otra
cosa que no sea echar la siesta en su compañía porque me parecen un tostón
insoportable que te dejan al borde del coma a los tres minutos de que empiece
la sintonía, cuando el león ni siquiera ha sacado la patita de la cueva ni el
hombre soporífero de la voz de barítono que va retransmitiendo la jugada haya
empezado a hablar.
Sin embargo, a mi padre le vuelven loco los documentales,
principalmente los submarinos, pero todo lo vale hasta el punto de que en mi
casa siempre había y hay puesto un documental de fondo, del koala australiano,
de la cabra autóctona de la provincia o de la serpiente de dos cabezas, vamos
un no parar de lecciones de zoología en el salón frente a las que una no podía
hacer la vista gorda.
La cuestión es que en estos años de visionado torturador he
aprendido dos cosas, una que los animales son gente especialmente violenta y no
tienen miramiento alguno por la discriminación positiva y dos, que sus crías
aun con menos cerebro y cuarto y mitad de neuronas menos, son mucho más listas
que las nuestras.
Es verdad que con el tiempo los bebés aprenden, que no son
tontos para toda la vida, no todos al menos, pero lo cierto es que durante los
primeros años de vida son gente bastante torpe sobre todo comparados con los
bebés jirafas o los monos o los leones que salen de las partes nobles de sus
madres andando como si lo hubieran hecho toda la vida y en nada de tiempo ya
están preparados para la supervivencia.
Los bebés humanos a diferencia de los de los documentales no
sólo es que no nazcan andando –ni que tarden 12 meses en aprender, que ya les
vale- sino que son capaces de encontrar mil y una maneras de morir antes de
cumplir los 3 años. Atragantamientos con minipiezas que ellos mismos buscan y
encuentran, negativa a la alimentación y al descanso –ni al de sus padres-,
golpes reiterados con la misma esquina en una versión jackass del día de la
marmota, saltos al vacío de la cuna –esto tendrá su propio post-, y un sinfín
más de enfrentamientos con la supervivencia propios de un minisuicida, lo que,
sin duda, dificulta seriamente la labor de la madre humana comparado con las
pocas tareas a las que ha de enfrentarse la caradura de la madre jirafa.
No obstante, el imaginar que la pelirroja hubiera salido de
mi útero a dos piernas andando -como el muñeco aquél de Ally McBeal que daba
tanto terror- y se hubiera paseado por la mesa del quirófano hasta saltar a la
cuna desde la que me hubiera pedido el biberón a voz en grito y con todas las
palabras, casi prefiero tener que manejarla yo como si fuera un vegetal o un
apéndice de mi persona que así se va una acostumbrando poco a poco a la
maternidad, aunque eso me valga más arrugas y menos calidad de vida pero al
menos mantendré la cordura, la poca que me queda, quiero decir. No sé yo si los
monos pueden decir lo mismo.
Anda q no!! son pequeños suicidas!! el mío con 17 meses ya lleva 3 dientes rotos,y un sinfin de golpetazos....
ResponderEliminarSi aguien sabe donde puedo encontrar un casco de futbol americano que avise, please!!!
Muak!!
Qué poco amor por la vida tienen, la pelirroja coquetea con el suicidio en cada esquina... Agotador!!
EliminarPor Dios, eso que es? Salirle y romperse jajaja
EliminarEstoy contigo ¡caradura de la madre jirafa! jajajaja me parto ¡animaladas! jajajaja
ResponderEliminarUn besote desmadroso
Así la jirafa tiene aún ojos soñadores con esas pestañas curvadas, a mí no me queda ni fuerza para el rimmel!! jajjaja
EliminarMás de una vez me he parado a pensar en eso,que usamos poco el coco,pero claro,ellos no se comen la cabeza con lavadoras,plancha,qué comemos hoy,repetir hasta la saciedad-cuidado con el escalón-,y el tiempo que perdemos haciendo curas varias.Los churumbeles,sobre todo el pequeño,disfruta en situaciones,ya no sólo estresantes para él que está mirando,sino también para su cuerpo,que entra pero no tiene idea de como salir,lo dicho,que nos queda mucho que aprender.La de los churumbeles.
ResponderEliminarNo, si al final va a ser una suerte ser un bicho... Lo que yo te diga!
EliminarJajaja es verdad, ¡los bebés humanos son suicidas por naturaleza! xDDD
ResponderEliminarY generadores de estrés!! jajja
EliminarPues es verdad, la de veces que he salvado yo a mi hijo de una rotura de cuello. ¡Y lo malo es que de mayores no se acuerdan! Que injusta es la vida
ResponderEliminarPor eso yo tengo el blog para que no se me olvide nada, jajajjajajja
EliminarUn poco suicidas si que son y la suerte que tienen a veces, que no les pasa más, por que deben de tener un ángel de la guarda haciendo horas extras para que solo quede en un susto,por que mi rubito se sube a todo lo que quede bien alto y todavía no se ha abierto la cabeza,que yo le digo a mi marido que no sé como aún no le han dado puntos.Un besito.
ResponderEliminarYo no sé cómo la pelirroja no se ha partido la crisma...
Eliminarjajajajajajaj...que bueno Flooor...no puedo contigo!!! la cara dura de la madre jirafa dice...jajajaja.
ResponderEliminarArtista!!!! un beso
Que gran razón tienes Flor mi hijo tiene dos angeles de la guarda que son mi abuelos, estoy segura 100% y mira que yo nunca he creido en esas cosas, el colega hace de todo,cuando no esta saltando en la cama, esta subido a las escaleras del portal tirandose cada vez desde más alto, y asi una tras otra, que estresssss
ResponderEliminarMe están empezando a caer mal las jirafas, oye...
ResponderEliminarY es que el que no tiene hijos no sabe lo que es!!.
A mi me decían siempre que las nenas son más tranquilas, que los varones son paracaidistas y aún así sé lo que es ir a urgencias por que la mediana se fisuró un hueso de la mano.
Y conozco una mamá que ya ha ido tres veces a que le cosan la barbilla a Rodolfito(nombre real del nene).
¡Ja, ja! Es verdad que daba miedo el bebé de la McBeal!
ResponderEliminarY que lo digas! Rebeca últimamente coquetea con cada toma corriente que ve.. y hace poco se fue de cabeza al querer bajar sola a la cocina.. suerte que no eran mas que dos escalones :s
ResponderEliminarDi que si, los bebés son unos suicidas. El mio se sube a la mesa. Después de que se cayera la primera vez, pensé que ya habría aprendido la lección....pues no, se sigue subiendo el joio. Y lo de no comer... ¡¡El mio me rechazó la teta!! ¿donde está el instinto de supervivencia?
ResponderEliminarDi que si, los bebés son unos suicidas. El mio se sube a la mesa. Después de que se cayera la primera vez, pensé que ya habría aprendido la lección....pues no, se sigue subiendo el joio. Y lo de no comer... ¡¡El mio me rechazó la teta!! ¿donde está el instinto de supervivencia?
ResponderEliminarYo siempre que veo nacer a otros animales pienso lo mismo. Somos lo más tonto en la escala evolutiva en lo que a cachorros se refiere. Bueno, viendo ciertos especímenes, en lo que a adultos se refiere también. Jajaja. Besotes!!!
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