Cuando una no es madre no se da cuenta, imagino que porque
está entretenida en sus cosas -pensando en qué vestido ponerse para la fiesta
del viernes (tengo los ojos inyectados en envidia)- pero basta con engendrar un
bebé y tener que dedicarse a la crianza para ser consciente, entre otras cosas,
de cómo el empresariado conspira secretamente para hacernos la vida un poco más
difícil y más perruna –al estilo de los demoníacos hermanos Leagan con la pobre
de Candi Candi- a los que nos decantamos por la maternidad.
No hay más que fijarse un poco para descubrir las artimañas
malignas de algunas cadenas como, por ejemplo, los tortuosos y grandes
hipermercados, que sitúan en las cabeceras de todas las cajas millones de
paquetes de chucherías, chocolatinas, muñecajos de moda y hasta globos de Epi y
Blas -que revolotean alrededor de la cajera y de vez en cuando le dan un
cogotazo inesperado-, con la idea de que tú, exhausta después de empujar el
gigantocarro de la compra, con el enano dentro berreando como un loco desde que
entraste por la puerta, cedas ante cualquier petición del susodicho, ya sean
cuatro cajas de Trident de regaliz o un paquete de un kilo de Sugus, todo con
tal de gozar de tres minutos de silencio –amenizado con la voz nasal de la
cajera anunciando pan caliente, eso sí-.
La pelirroja que aún no entiende el concepto de ‘vale, pero sólo
uno’, me protagoniza importantes revueltas violentas cada vez que vamos a un
súper, arrancando de las hileras los paquetes de Halls de siete en siete,
tirando al suelo todos los huevos Kinder –que menos mal que ahora son de verano
y ya no se espachurran que me paso la vida a dieta y luego me he de comer
cuatro huevos damnificados por la nena, que ella los pisotea pero se niega a
comérselos, se ve que es más voluntariosa que la madre-, metiéndome en el carro
los botes industriales de Orbyt y trepando para alcanzar los globos con la
cabeza de Hello Kitty en fucsia prostituta con el consecuente pisado de
tarjetas de móvil y cajas de preservativos que encuentra por el camino -y que
me hacen pensar que en un futuro tendré que dar muchas explicaciones- Y, claro,
como no puedo apartarme de la caja porque pagar hay que pagar, pues la
violencia se sucede hasta que la cajera despierta del cogotazo globil y me
cobra la compra y las dos mil chucherías extra que hemos de atarragar hasta la
casa cada semana.
Pero este no es el único ultraje a las madres del mundo, ahora
en la mayoría de los centros comerciales y frente a las rampas mecánicas -para
que no puedas escaquearte de ninguna manera a no ser que seas Spiderman y vayas
lanzando hilachos y dejándote balancear por el recinto, pero vamos, yo ya esto
lo he descartado porque lo que es agilidad no tengo mucha- colocan hileras
interminables de coches de carreras y helicópteros con luces y sirenas y hasta
carrozas de princesas de ésas que se mueven con monedas y que atraen a los
niños como con magia negra. Y claro o carroza, dinero y tiempo o pataleta
infernal y yo, que soy débil y madre agotada, elijo la primera opción.
También hay tiendas que tienen dentro mesitas con juguetes, uno
cree que con la buena intención de tener entretenidos a los nenes mientras
compras, pero nada más lejos de la realidad, ya que las ponen cerquita de la
puerta a modo de atracción fatal, para que la pelirroja se lance a por ellas de
cabeza y se siente a jugar con esos laberintos de madera -tipo atracción de
hámster-como si no hubiera un mañana y claro, yo me veo obligada a fingir que voy
a comprar algo aunque la tienda sea de deporte –que para mí es como el baile
regional checoslovaco- hasta que me aburro de ver raquetas y arranco a la nena
de la mesa, sonriendo al enemigo que a su vez, me sonríe maliciosamente como
aquél al que le brillaba el ojo en Willy Fog, mientras la pelirroja enloquece y
le prometo que mañana volvemos y seguro que lo hacemos y al final hasta me
apunto a paddel a ver que voy a hacer si no con la raqueta que me voy a acabar
comprando…
Consejo: métela al carro de la compra vendarle los ojos y dile que tiene que adivinar en que pasillo vas y que ves- cuando llegues a la caja vendas ojos amordazas boca y atas manos :) cualquiera que te mire mal le dices que es un secuestro;)
ResponderEliminarJajajajjajaja, claro y si le digo que es un secuestro ya no llaman al Defensor del Niño, no? jajajajja...
ResponderEliminarjajajaja, mi madre tenia un truco, muy bueno que le sirvio durante bastante tiempo, ella nunca nos decia que no nos compraba nada, nos decia que ya lo comprabamos "a la vuelta", que ahora teniamos prisa, pero luego si, y asi nos ibamos, felices de que si nos portabamos bien tendriamos nuestra recompensa!!, pero cuando terminabamos, nos hacia ir por otro camino, y luego se hacia la loca diciendo que no se habia dado cuenta!!!, pero como ya estabamos en casa.... jajajajajjaajja
ResponderEliminarDios, no sabía que tenía un hijo secreto!!!!!!!!!!! Yo también hago eso. Y me funciona. Sobre todo lo de que compramos algo "si te portas bien", porque como al final siempre hacen algo que yo no apruebo, pues no se lo tengo que comprar. jejejejejeeje, qué mala (madre) soy....
EliminarJajajjaja, pues lo tendré que probar!!!
EliminarPues es muy cierto, sinceramente me he cagado en esos cochitos miles de millones de veces, me han costado muchas pataletas más de una vez por lo que he tenido que seguir el camino en el centro comercial con bolsas de compra y no con uno, sino con dos pequeños alterados, ylo de las golosinas más delo mismo... me ha encantado jajajajajaja
ResponderEliminarEs que no es justoooo... Nos fastidian las compras, que ya de por sí son un horror con niños... Ay!
Eliminar¡Es verdad! Y lo del ojo de Willy Fogg me parto, se llamaba Transfer y junto al ojo brillante sonaba una musiquilla inquietante a lo Psicosis.
ResponderEliminarP.D. Mi hija tampoco come chuches pero le encanta acapararlas para que sea yo quien las engulla, 3 kilacos que he cogido y no es coña!
Mira que era malo el Transfer ése!! Yo recuerdo que de pequeña me daba terror!!
EliminarEso es una tortura que nunca he podido soportar y menos con el Trío. Genial la descripción del Supermercado. Lo más interesante es que siempre están así diseńados, para que los diestros recorramos todos los pasillos.
ResponderEliminarYo prefería pagarle unas horas a una chica que les cuidara o pedir delivery, o comprar por internet. O ser zurda.
Aunque personalmente, hay algo peor que llevar a los nenes al Súper...y es llevar al papá...Olvídate el ahorro!. Lo compra todo! Incluído los globos de Epi y Blas...
Buenoooooo, qué me vas a contar, al pater le gusta la cocina y no veas tú la tardecita que me da mirando (y comprando) botes de chutney de mango, reducciones varias y miel ecológica... Un horror!!
EliminarUyyy, el chutney de mango...No se quejes que sepa de cocina, que te haga cosas ricas!
EliminarDoy Fe de ese merchandaising inncesario...Yo también me he topado con el feisimo Bob Esponja en una caja, y lo que es peor, acabé comprandolo..aiiins..
ResponderEliminarBesos
Con tal de que se callen, lo que sea!!! jajajja
EliminarXXX
Ay qué risa me ha dado!!
ResponderEliminarYo recurro al socorrido... "pero si no tenemos tanto dinero, llevo sólo lo justo para la compra"... qué inocentes!! Si encima siempre pago con tarjeta!
Besos guapa
A la mía o le da igual o no se lo cree pero yo sigo intentándolo...
EliminarPor cierto, cuántos niños tienes??
EliminarXXX
Sólo dos!!!
EliminarVaya.. yo también me siento identificada por completo...se ve que todos los niños son iguales, nosotros llevamos un año en Italia viviendo, y aquí algunos super héroes de moda son diferentes, y le ha costado adaptarse a ellos, ya que esperaba encontrarse a los de España, así que hemos tenido una racha buena, hasta que ha descubierto que son los que ve ahora en la tele.. jaja parecen poseídos cuando tienen uno delante!!...
ResponderEliminarPero hay algo buenisimo aquí, que mientras en España un viajecito en cochecito vale un euro, aquí vale un gettone que sacas de una maquinita y solo vale 5 céntimos.. si, si, habéis leído bien, cinco céntimos, por lo que por un euro, le das 20 viajes..
Un auténtico chollo!!!
SALUDOS....
Ohhhhhh!!!! Un gettone es mucho mejor!!! Dónde va a parar!!! Jajajjaa... Lo peor es que querrá montarse más veces, no?
EliminarPor casualidad, qué superhéroes se ven allí??
XXX
SIIIIIIIIIIIIII Un Gettone es genial, pero claro, también dices, pobrecito, con lo poco que cuesta, le voy a dar más de un viaje y claro se acostumbra y luego qué pasa?, pues que en las vacaciones vas a cualquier ciudad del sur con paseo martitimo y hay cien cochecitos, vacas, motos, barcos y demás.. y el niño que está acostumbrado a más de uno pues te dejas varios euros todos los dias, pero bueno, allí lo suelen pagar los abuelos, que para eso le ven cuatro veces al año.. jaja
EliminarPues mira, hace año y medio que vinimos, Daniel sólo tenia dos añitos, y se veía muchisimoooo Ben 10, Gormitis, Jake y unos piratas y claro era pequeño para esos bichos, nada de Pocoyo, Caillou, Dora y demás, que era a los que él estaba acostumbrado.. Pero ahora, se tira el día luchando, convirtiendose en otros animales varios y demás... jaja
Me encanta como escribes, jajaja como diría el Luisma "me parto y me mondo" contigo jajaja. Menos mal que los kinder son de verano XD.
ResponderEliminarMuchas gracias, guapa!!
EliminarSi es que estos del Marketing son muy listos. Por cierto, mi churri siempre acaba pillando alguna chuche en la caja, y tiene ya 34 años así que las artimañas de mercadeo funcionan también en gente más talludita, no te vayas a creer...
ResponderEliminarPor cierto, el momento pataleta en la caja me ha recordado a esto: http://www.youtube.com/watch?v=v4jFqDGXjtk
¿No me digas que no lo has pensado? Jajaja. Besotes!!!
Je je, a mi nene le teníamos engañado y se montaba en los coches esos pero no metíamos ni un euro, y él se quedaba tan contento.... Hasta que un día el abuelo cometió el gran error de meter moneda en uno y se acabó la tranquilidad. Lo peor es que en mi barrio las calles están plagadas de ellos (hasta en los bares y tiendas de chinos tienen!!) y vamos esquivándolos para no pasar por delante y sufrir la inevitable rabieta....
ResponderEliminarMi "pelos" no nos dice ni mu cuando la llevamos al centro comercial incluso si alguna vez pide algo y la decimos que no, se conforma. Eso si, como vaya mi madre con nosotras, llora, se tira por el suelo, hecha a correr, pide, coge, se baja del carro, tenemos ruta por los mecanicos y terminamos con pintxo y mosto en la taberna de turno o happy meal en el mac donals, que termino comiendome yo, porq ella solo quiere ir al mac donals por los columpios...
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