Ser madre es un trabajo de riesgo como ser de piloto de Fómula
Uno, supervisor de una central nuclear o minero del carbón y si encima una es
madre múltiple las posibilidades de terminar el día con los estertores de la
muerte aumentan. Y si el pequeño es un pelirrojo con vocación de líder de banda
colombiana y la mayor una pelirroja con los biorritmos en negativos amante del
baile y de la sordera opcional y pesada como una vaca en brazos, mucho más. Muchísimo.
He aquí algunas de las maneras posibles de morir para toda
madre de bien:
1.- Atragantada. Te quejabas de que tus comidas eran malas en
el embarazo cuando tenía que dejar el tenedor y salir corriendo a vomitar y
echar el instinto maternal por la garganta, pero eso era antes de saber que
comerías con el niño-mandril encima, metiéndote las manos en la sopa, lanzando
contra la pared tus trozos de brócoli y tirando el vaso de agua sobre la
ensalada y la copa de vino sobre tu blusa preferida. Cierto es que también
puedes dejar a la bestia suelta casa arriba y abajo, pero será casi peor que
cuando tengas el trozo de pechuga de pollo tristérrima a punto de ser tragado,
se escuche un ruido de detonación de edificio seguido de un llanto
desconsolado. Al final acabáis en urgencias sí o sí, bien porque el niño se ha
abierto la cabeza o porque te has tragantado o has perdido el conocimiento, el poco que te quedaba.
2.- De hipotermia. Bañarse con los niños es algo muy de
anuncio, como también lo son la regla, los audífonos y las dentaduras postizas que
salen en los anuncios como si fuera la ilusión de tu vida, con bailes de salón
y risas en barbacoas y en realidad son una cosa muy de deprimirse. Pues con el
baño igual. Sobre todo si eres de las que te gusta el agua caliente-hirviendo y
a tus hijos el agua de hielo descongelada. Y da igual que te niegues a bañarte
con ellos, si tienes un pelirrojo maligno aprovechará que estás con la cabeza
enjabonada y cantando como si no hubiera un mañana, para lanzarse cabeza abajo a
hacerte compañía y comerse la esponja. O si no, alguien querrá lavarse los
dientes y te dejará el chorro helado o ardiendo o querrán hacer caca o pipí o
cualquier cosa que te evite un baño relajado y te deje muerta de frío arrinconada
en la ducha.
3.- De un infarto cardiovascular mientras estás durmiendo tus míseros tres cuartos
de hora seguidos que te concede la maternidad, abrir los ojos involuntariamente
y encontrarte a la pelirroja clavándote las pupilas y respirándote a la cara
o, en su defecto, que el pelirrojo te caiga sobre la cintura desde la cuna
haciendo un triple mortal con tirabuzón.
4.- De falta de sueño. A lo anteriormente descrito podemos
sumar los llantos nocturnos por enfermedades varias, miedos, pipís o, básicamente,
ganas de dar guerra –por no decir otra cosa- y el dolor personal tipo ‘me estoy
convirtiendo en una alcayata’ de estar cuatro metidos en una misma cama a empujones
como si estuviera una en la salida del Cautivo un Lunes Santo cualquiera.
5.- De un infarto cerebral por estrés ante la parsimonia nivel
industrial de la primogénita, a la que hay que primero decirle, luego repetirle,
posteriormente gritarle, y al final chillarle y amenazarle cual bruja loca para
que, por ejemplo, se lave las manos o termine
los deberes de las narices o se ponga los zapatos, aproximadamente dos
horas más tarde de cuando tenía que haberlo hecho…
(…)
A cualquiera que tenga hijos le serán familiares como mínimo 3/5 ;)
ResponderEliminarO más!!
EliminarJajaja..tal cual sin pelirrojos y con dos féminas pero tal cual..me haces reírme de mi misma flor
ResponderEliminarEs lo que nos queda, guapa!
EliminarUy cinco maneras, yo haría una lista mássssssss largaaa.Jajajaja
ResponderEliminarMe temo que habrá más partes!! jajaja
EliminarJejeee, mis hijos son mayores pero la del infarto sigue presente, y hasta que los dos no empezaron al cole yo no supe lo que era una ducha de verdad, o me helaba o me escaldaba, pero una ducha en la que el agua saliese todo el tiempo a la misma temperatura tardó en llegar, y opté por ducharme a horas raras pero sin niños en casa, eso no hay dinero que lo pague. Un besín.
ResponderEliminarJajajjajajajjaja!!
EliminarExacto. Lo has clavao nena, vamos, que yo igual excepto lo de la ducha, que me ducho por las noches con las criaturas dormidas, que te puedes imaginar lo que me apetece a mi en esos momentos ponerme a ello, si sólo me apetece quedarme inconsciente en el sofá... En lugar de eso, yo pondría el peligro de amputación que tengo diariamente con la silla de la pequeña y también de terminar con la espalda como el Jorobado de Notre Dame cada vez que la siento en la sillita del coche o la baño o la cojo de la cuna. Que la gorda mía pesa 12,5 kg con 17 meses! Y no anda sola, por lo que quiere ir agarrada de mi maltrecho dedo índice escaleras arriba escaleras abajo. Agotador. Cuando me dice "Uy, pues ya verás cuando ande solita, mucho peor, que tendrás que correr detrás suyo", pues la verdad es que no me lo creo, porque peor que esto no puede ser. No recuerdo que la mayor me dejara el dedo tan destrozado como esta. Por cierto, he probado a darle un pañuelo de tela en lugar del dedo y no cuela :-(
ResponderEliminarJajjajaja, si es que todo es taaaan agotador!!
EliminarMadre mía... me has abierto los ojos así de golpe y me he dado cuenta de la cantidad de veces que la he palmado!!! jajaja pero aquí estoy en pie, no hay gato que me gane....Me atraganto todos los días, es lo que tiene andar contrareloj, querer comer al mismo tiempo que querer hablar para decirles que coman ya,la hipotermia me persigue desde el minuto uno de ser madre, y sigo sin acostumbrarme a ella, el infarto ya es como de la familia, yo nunca he sido de dormir mucho, así que tanto da...,la parsimonia me sigue sacando, y mucho, pero he descubierto que si cuento hasta mil durante su aparición lo llevo mejor. Ahora que, cuando me permito soñar, sueño con un día de 50 horas para llegar, porque a mí la ilusión de llegar aún no me ha desaparecido, a veces también sueño que soy libre y puedo hacer lo que me dea la gana, y es justo en este punto cuando oigo mamááááá!!!!! a dos bandas, por que hasta para eso se ponen de acuerdo. Y entonces me doy cuenta de que estoy viva, y me entra un subidón....La de los churumbeles.
ResponderEliminarNo sabes lo que me consuela saber lo mal que vivimos todas! jajajajjajajjajaja... Vida perra
EliminarQué duro todo... Como siempre digo, me das unas ganas locas de lanzarme a la maternidad. Jajajaja. Besotes!!!!
ResponderEliminarYo lo hago por tu bien...
EliminarDucharse! Son las 6:00 a.m aquí y yo ya salí de la ducha xq es el único rato sola que tengo!
ResponderEliminarCómo te entiendo!!
EliminarTe digo uno más ¡por pisar una lata de aceitunas o de maíz con las que mi bichilla juega alegremente en la despensa! Parece que me la ponga a conciencia bajo los pies para que me la pegue.
ResponderEliminarUyyyy, qué me vas a contar! Segunda parte pero ya!
Eliminarjajajajja, 4/5 identificada contigo, menos en lo de la ducha que me ha salido un bichito gremmly, le gusta menos el agua que a ellos, jajajja.
ResponderEliminarQué suerte!! jajaja
EliminarTotalmente. Pero en mi caso añado una mas: Muerta por exceso de ingesta de Glucosa. Lo único que me permite llegar al trabajo y enterarme de algo es zamparme en 2 segundos 1 bollo industrial después de salir de la guarde a donde llevo a mi huracán.
ResponderEliminarSnif.
Es que después de un duro día laboral/maternal cuando por fin se duermen... ¿quién tiene narices de jalarse unas espinacas tiesas? Digo sí al bollo!!!!! jajajja (aunque luego no me quepan los pantalones...)
EliminarA las noches de poco dormir por fiebre de los niños en mi familia les llamamos "noche tropical". Será que somos cubanos, :-)
ResponderEliminarLa 4 es mi tortura, sé que no dormiré mis ocho horas de rigor hasta que se casen :(
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