Desde que empecé en este malvivir de la crianza, hace ahora
algo más de dos años, descubrí –no sin cierto estupor- que existe una arraigada
y terrible norma social por la que se otorga a cualquier ciudadano la total
libertad y el derecho a parar a toda persona que porte un carro y/o un bebé, y a
‘comerle el cerebro’ a saciedad, durante el tiempo y en la profundidad que
estime oportuno.
Al parecer y según me cuentan las madres que llevan en esto
de la maternidad más tiempo que yo, esto ha venido siendo así desde tiempos inmemoriales y al
parecer el tormento social al que se ven expuestas es indirectamente
proporcional a la edad del niño y directamente proporcional al número de ellos.
Matemáticas puras y duras.
Personalmente, sufro de estos 'acorralamientos' desde el
primer día que saqué mi gigantocarro a la calle –en esto del gigantocarro tendremos
que profundizar otro día- y puedo atestiguar que los espontáneos que surgen a
mi paso son de todas las edades y condiciones sociales posibles, eso sí todos
con el denominador común de estar ávidos de conversación.
No obstante, las espontáneas 'acorraladoras' que más proliferan
–o, al menos, las más profesionales e inasequibles al desaliento- son las
señoras de avanzada edad, que no ancianas, que, tras encontrar un hueco entre colarse
en la cola del súper y perfilarse los labios -tres milímetros por encima y en
dos tonos más oscuros que la barra- tienen a bien tirarse a las calles en busca
de madres agotadas, faltas de sueño y de bajos reflejos para poder dar rienda
suelta a sus peores instintos conversadores.
Normalmente, suelen atacar en espacios cerrados para que no
puedas darte a la fuga y además poder establecer un incómodo y prolongado
contacto visual. Los ascensores son como el Bronx para las madres. Y allí se
producen conversaciones –monólogos, más bien- que siguen más o menos el
siguiente patrón:
Que si como se llama
Señora loca: “Uy, que nombres más raros ponéis ahora con lo
bonito que está un Manolo de toda la vida, como mi nuera que le ha puesto a mi
nieto Yerai, ¿te lo puedes creer? Yo lo llamo nene y eso es lo que hay. ¿Tú qué
dices?”
La madre agotada diría que quiere la inyección letal, pero
como es madre agotada, pero educada, sonríe y asiente.
Que si cuánto tiempo tiene
Señora loca: “¿En serio? Mi nieta le saca dos cabezas, pero
es que ha salido a mi hijo, que es muy alto y muy fuerte y muy guapo”
O sea, que tu niña es una enclenque y un cardo borriquero y
eso es lo que hay. No rechistes o esto no terminará nunca.
Que si te come
Señora loca: “¿Que no? Eso es porque la consientes mucho,
así luego salen los niños que nada más quieren Gran Hermano y maquinitas”
Madre agotada no entiende nada de la relación de la comida
con la telebasura y revisa las salidas de emergencia.
Que si cuántos más tienes
Señora loca: "¿Ninguno? Maremía ¿no lo irás a dejar sooolo? Qué egoístas sois
los jóvenes, con lo bonito que está una familia grande…”
Madre agotada, acorralada e intimidada por la señora, suele
fingir que ya está buscando el segundo en principio por miedo, pero también
para ganar el tiempo suficiente para que se abra el ascensor y salir disparada.
En esto hay que ser rápido porque la misma señora loca u otra que se encuentre
al acecho puede interceptarnos y torpedear nuestro camino de regreso.
De momento no he encontrado la manera de mantenerlas a raya
–el silencio y las caras desagradables no funcionan-, pero al menos ya las voy
reconociendo entre la multitud y huyo de ellas como si de zombies de Walking
Dead se trataran. Y si me pillan siempre puedo fingir que soy sorda o rumana… o
que se me quema el puchero, que es una cosa muy de madres.
Jajajajajaja, es verdad qué pereza dan. Yo pensaba que en Londres de eso no había pero el otro día en el médico había un señor que estaba allí exclusivamente para sacar algo de conversación. Y si eso molesta cuando tienes un gigantocarro y una pelirroja hiperactiva, imagínate cuando la fiebre y los mocos se han apoderado de todo tu ser y llevas dos horas esperando a que te atiendan en una consulta llena de guiris
ResponderEliminarEstán por todas partes... a lo mejor los paga la UE, no? Y cómo te tratan por allí? Mira que como se enteren de que eres una criadora de gatos y además enferma, te deportan. Lo que yo te diga.
EliminarPD. Gracias por comentar, amore, a pesar de la verificación terrible. Estoy tratando de quitarla, pero como soy madre borderline...
Ya mismo te veo ejerciendo de Señora Loca... Has pensado en ese triste cambio ?
ResponderEliminarEs que no se me da bien perfilarme los labios... pero puedo convertirme en jubilado que hace carantoñas en el autobús?
EliminarJajajjajajjajaaa... Lo bueno es que cd salga del carrito correrá tanto o irá rodando por el suelo cual croqueta que apenas podrán reparar en ella!
ResponderEliminarQué horror!! Entonces no sé qué es peor... jajaja
EliminarMagistral, Flor! Desde luego esto del blogueo es lo tuyo! :)
ResponderEliminarGracias, amore!! Y gracias por pasarte!
EliminarXXX
A mí, a los 20 días de dar a luz, me acorralaron cuatro mujeres de abrigo color camel y cardado en el pelo y, ni corta ni perezosa, una de ellas me toca la barriga (aún prominente) y me dice: "Hija, ¿ya estás embarazada de otro? No respetáis ni la cuarentena!!!".... Señora, que acabo de parir, pero es que no lo ve?... (Elena d. Miguel)
ResponderEliminarJajajjajaja, si es que además de cotillas, las señoras locas son impertinentes... y cuando van en manada se fortalecen!!
EliminarPos no me tratan mal pero trabajo no me dan ni a la de tres. Me recomiendan que quite mis estudios y experiencia, soy demasiao profesional... Tendrán poca vergoña!!
ResponderEliminarDe lo de ser criadora de gatos tendría que hacer yo un blog también, no sabéis lo que es tener a 5 gatos de semanas escapados por la casa sin encontrarlos y haciendo pipí por doquier. Maldita época!! Pero eran tan cuquisssss. Reme
Y cuando vas por la calle y todo cristo quiere tocarte al niño??? ; una de estas veces, la cortesía y educación se me fueron de repente; y le "escupí" a una en la cara: NO ME TOQUE UD AL NIÑO!!! La pobre se quedó a cuadros y yo me quedé a gusto. Hala ya está!!
ResponderEliminarGenial, Flor! Gracias por comentar lo que hablamos en el post anterior, porque tiene mucho tema, esto de solo tener un niño es una presión total! Las personas más inesperadas, son las que te hacen el comentario más desafortunado.
ResponderEliminarAnsiosa estoy hasta el lunes...
Me alegra que te guste!! Y eso sólo ha sido una pincelada... tengo que hacer uno sobre las presiones variadas desde el 'cuándo te vas a echar novio?' hasta el latazo por el hermanito!!! La cuestión es dar por saco... jajajja
EliminarGracias, guapi!!
¿Y qué me dices de las que te dicen cómo tienes que abrigar a tu hijo? las odiooooo!!! "Uy, este niño va a coger una pulmonía como le lleves así, mañana mismo te veo en urgencias como no le pongas algo más", me dijo una una vez con muy malas formas. Yo, lo más ávida que pude, me apresuré a ponerle encima todo lo que llevaba para que se callara...genial post! ;)
ResponderEliminarTe invito a que visites mi blog: conmdemadre.blogspot.com
¡Cómo te entiendo! la verdad es que yo siempre he sido muy borde (eso dicen mis amistades, pero yo no lo noto) y no consigo quitarlas de encima con mi mirada asesina
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