El domingo pasado se me ocurrió hacer una comida familiar en casa,
por esos arrebatos que me dan de vez en cuando y que no me traen más que picos
de estrés y posteriores sobredosis de Espidifen, que un día de estos me va a
dar un ictus de los malos y no lo cuento... La cuestión es que vinieron a casa
mi hermana, mi cuñado y mis padres y por supuesto el primísimo, que tomado en
ayunas no es malo, de hecho es hasta bueno, pero mezclado con la pelirroja se
convierte en un demente hiperactivo y la nena que ya es demoníaca en sí misma
hace que juntos formen un dúo infernal, un cóctel inflamable y perjudicial para
la salud mental y física de cualquiera.
Mi hermana y yo, que estamos cansadas y que sólo queremos
poder cruzar dos palabras sin que nadie se abra la cabeza –o nos la abra a
nosotras- empezamos nuestras quedadas como buenas madres que regañan las
fechorías, que castigan, que quitan chuches, que amenazan, que obligan a
compartir, que los sientan a pensar…pero después de dos horas y dos cafés fríos
–y dos coca colas zeros disipadas- ya nos la bufa el mundo. Total, el Materno
está lleno de niños con brechas en la frente y no pasa nada. Pues eso. A
matarse vivos.
No obstante, cuando la mamma está delante, la cosa cambia
porque mi madre es de armas tomar y no sólo le regaña a los niños sino que
también nos regaña a nosotras por no regañarles -que sí que les regañamos, pero
a la quinta nos agotamos-, así que entramos en un bucle de regañamientos sin
fin, terrible y agotador. Y sin duda, el pasado domingo fue el climax del
infierno supremo.
Así, nada más llegar y tras ciertos altercados ‘es mío /
préstamelo/ no te lo presto / lo he cogido yo primero /empujón mortal / llanto
infinito’, empezaron los juegos en conjunto, que más que juegos parecían
novatadas de las universidades americanas o episodios de Jackass Extrem o
entrenamientos de la Legión
extranjera.
Antes de que pudiéramos sentarnos a comer, iniciaron un
juego consistente en dar corretadas ‘nivel Bolt dopado’ desde una punta a otra
de la casa con una escoba levantada soltando pelusas a diestro y siniestro y
arrasando con todo a su paso para luego desembocar en el cuarto de la nena y
escoba en mano apalear a los peluches de las estanterías hasta hacerlos caer a
todos: quien más baja, más gana y los gritos nivel película gore de serie B,
dan puntos extras… o eso parece.
Una vez que le cerramos el chiringuito y que las venas de mi
madre volvieron a su tamaño normal, decidieron cambiar de juego e iniciar en
secreto el ‘salto moltaaal’ consistente en saltar desde la mesita auxiliar de
Ikea –sí, la de 4,95 euros que tenemos todos- hasta el puff gigante dando
voltereta y doble tirabuzón en plan ‘quien se parta la columna antes, gana’,
para acabar de destrozarme los nervios y para desasosiego de mi madre que ya
había perdido 4 kilos antes de iniciar el almuerzo.
Tras la comida con su consecuente guerra de sillas, manoseos,
ketchup y Lorax el insufrible, llegó la hora del ‘búfalo bill’ según el
primísimo y ‘toro, ven toro, según la pelirroja, que consiste en que uno se
sube encima del otro que está cuatro patas y que trata de tirarlo cual toro
mecánico, lanzándolo contra la parad con los consecuentes chichones y los
surrealistas ataques de risa de la pelirroja poseída ante mi aterrorizada mirada y el
infarto de miocardio de la abuela.
Continuará...
Me gusta esta pareja!! Creo que necesitan una sección fija en el blog! jajaja
ResponderEliminarTú lo que quieres es que me encierren en un manicomio! jajjaa
EliminarDios mioooo...que caos!!! vaya mezcla explosiva son la pelirroja y el primísimo! madre de dios! y yo que pensaba que mi hijo y mi sobrina eran malos...dos benditos! es lo que son! besos
ResponderEliminarUfff, la pelirroja no se está quieta ni durmiendo!
Eliminar¿Te imaginas tenerlos a los dos juntos en casa una temporada?
ResponderEliminarEn la casa del terror!! jajajjaja... Noooo!!!!!
EliminarJo, la verdad es que hace tiempo que leo tu blog, pero hoy me he dado cuenta de que TIENES UN PROBLEMA!!!!!
ResponderEliminarDe repente he pensado que mis hijos son buenos... casi me tengo que tomar yo el espidifen leyendo estoooooo
Un problema pelirrojo!!! jajajjajaja!! Sólo espero que en el cole me la reformen un poco!
Eliminarolvidate, seguro que en el cole es super formal , siempre pasa, la energia la dejan para sus madres...
EliminarPero que domingos tan divertidos te pasas con estos dos, no tienes tiempo para aburrirte.Un besito.
ResponderEliminarPero si a mí me gustaría aburrirme!! De verdad!! jajajjaa
Eliminar¡Me he estresado sólo de leerlo! Virgencita que me quede como estoy! Ja, ja!
ResponderEliminarEso, tú reza... jajjaaç
EliminarImaginate lo que tengo yo en mi casa, que el otro dia meti a mi hija en una piscina de plastico con el primo que es dos meses mas grande que ella (mi hija tiene 11 meses) y a los 2 minutos el niño salio por patas de la piscina con una cara de "esta tia esta poseida"...
ResponderEliminarJajajajajajjajajajajjajaja, qué bueno! Entonces me entenderás!!!
EliminarDios mío!!! Qué estrés y qué cansancio sólo de leerte!!!
ResponderEliminarLas comidas con niños talibanes en sitios cerrados son lo peor. Porque si hay jardín, espacio abierto o similar(sin vehículos) me vuelvo madre panderona y les dejo que hagan lo que les apetezca aunque se maten ;-)
Y me relajo, pero mucho mucho!!!
Besucos
Yo me hago la panderona también en casa, pero delante de la abuela no puedo!!!
EliminarBuaaaaaaaah...lo siento Flor, pero esta vez no me das ninguna pena :) lo que describes es mi día con mis mellis terremotos. Así estoy yo, enganchadica al ibuprofeno, jajajaja
ResponderEliminarMe lo imaginabaaaaaa
EliminarJa ja Buenissimooo!!.. Me encantan los dos, pero para verlo desde fuera claro.. en momentos como éste es cuando doy gracias a dios de vivir a dos mil kilometros de mis sobrinos postizos.. aunque me da pena el momento hermana, porque siendo hija única eso me lo pierdo..
ResponderEliminarEn fin.. que lo mejor sería que escribiera un post la abuela, para que nos cuente sus ataques de primera mano..jaja
Un besazoooooooo
Jajjajajajja!!
EliminarY quién quiere ir al gimnasio? Si en una sesión con estos dos benditos se deben de quemar infinidad de calorías...
ResponderEliminarEso digo yo... tenía que estar canija!!!
EliminarMaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaadre mía del amor hermoooooosooo! xD
ResponderEliminarPara la próxima vez avisa que te presto a mi madre en modo "abuela", que ella es de "yo lo hago todo" y al fin y al cabo dos venas hinchadas hacen más que una sola ;)
Un beso!
Jajajajjajaja... Perfecto!!
EliminarY los padres no pintan nada?????
ResponderEliminarEllos también lo sufrieron!!!!! Sobre todo el pater que trataba de trabajar desde el ordenador mientras la jauría lo daba todo!
EliminarY no juegan al escondite o cosas más tranquilas? yo no me lo explico, pensaba que exagerabas, pero que tienes metido en casa??? en la casa de campo de mi tia se juntan unos 15 niños de edades entre 4 y 14 años, y todos juegan y se lo pasan bomba sin hacer el salvaje, incluso juegan a las pistolas nerf. Lo sé porque cuando estoy alli vienen a buscarme a que juegue con ellos, y a la cuarta vez que me lo piden me da pena y juego. Incluso jugamos al Cluedo (en equipos, claro esta, son muchos niños). Solo hay uno que se porta fatal y los demás niños le dan de lado, esta siempre diciendo palabrotas, rompiendo cosas, incitando peleas... y los padres pasan del niño completamente. Ya ni los llaman.
ResponderEliminarNormal que no lo llamen!! jajajja... Los nuestros son unos trastos de primera que te dejan la casa como si hubiera pasado el huracán Mitch, sobre todo en conjunto, que por separado hasta la pelirroja parece casi buena, pero en cualquier caso no son niños conflictivos ni de pegar ni de decir palabrotas, sólo nos faltaba eso jajajja... La parte positiva o negativa, según se mire, es que los niños de nuestros amigos son otros trastos, imagino que se contagia, pero al menos todos sufrimos lo mismo!! Y ellos se lo pasan en grande!! jajjaaj
EliminarPero eso es que son solo inquietos, angelitos. El niño éste es que tiene malas ideas. Mi padre tiene un braco de weimar, que es un perro grande. Estaban los niños mirándolo y les dije de broma que tuviesen cuidado, que como les diera un bocado se iba a comer la mitad de alguno, y va el niño y suelta “Le meto una patada en la boca que le reviento la cabeza“. No supe ni que decir. El perro es un perro de cacería, y estaba absolutamente inmóvil, que no es que hubiese peligro ni nada.
EliminarQue horror, si me permites voy a imprimir este post para releerlo cuando me se me ocurra ponerme en plan kamikaze e invitar gente a la casa, a ver si asi despabilo jaja
ResponderEliminar¿Tú has probado a llevar a tu pelirroja a una iglesia? Lo digo más que nada por comprobar si le da un ataque de locura en las proximidades como al niño de La Profecía... Besotes!!!
ResponderEliminar