Siempre había creído que no había familia alguna sobre la
faz de la tierra más ruidosa que la mía, ni siquiera igual de ruidosa, que mira
que nosotros nos empeñamos en batir récords y entre que cada año hay más niños
y que los mayores cada vez somos mayores y estamos más sordos, los decibelios
alcanzan cotas que bien podrían superar la barrera del sonido.
Pues me equivocaba. Mi otra familia, la del pater, es casi
tan ruidosa como la mía si no más y también se juntan en megapandilla para
celebrar cualquier cosa celebrable y hablar sin parar y hacinarse en la cocina,
pegando voces y carcajadas y pasando platos y comida como si no hubiera un
mañana. Lo que pasa es que son ligeramente más civilizados que mi familia y sus
comportamientos son, quizás, menos surrealistas que los nuestros y nadie
reparte pasas ni regala películas de John Wayne a adolescentes de 13 años, pero
quitando eso, hablamos prácticamente de la misma gente.
Así que después de la estresante Nochebuena con mi familia,
llegamos a casa, dormimos unas horas para tratar de recuperarnos de los
Campanilleros y de los temas de Serrat que mi tío el de Albacete tiene a bien
incluir entre el ‘Dime niño’ y el villancico ese interminable de las naranjas…
porque una vez fue cantautor y ni lo olvida ni nos deja olvidarlo… y nos
despertamos al día siguiente con el tiempo justo de darnos una ducha, tomarnos
un par de tranquimazines y salir pitando a casa de la abuela Antonia, la abuela
del pater y bisabuela de la pelirroja, donde toca comida de Navidad con dos
millones de personas.
Y allí nos esperan, tíos, primos, cuñados, sobrinos, medio
sobrinos, sobrinos de primos hermanos, los novios de las sobrinas adolescentes
y los perros, algunos que viven en la casa y otros que son invitados para el
evento hasta sumar más de una treintena de personas que nos sorteamos las
sillas y los tenedores y nos ponemos al día como podemos entre platos de cous
cous o callos y dos mil entremeses deliciosos y vino, mucho vino. Y la gente
habla y mastica y se ríe creando una atmósfera de murmullo de nivel profesional
y también hay manifestaciones espontáneas en la cocina donde tratan de arreglar
el mundo y en la terraza, adonde salen los fumadores a planear los próximos
encuentros navideños, a darse chivatazos de qué le gusta a cada quién y a
cotillear de lo que se pueda que para eso es navidad y estamos en familia.
Y la bisabuela reparte los regalos entre los bisnietos y la
abuela también y los niños gritan y se reúnen en el dormitorio de la pobre
bisabuela que un día de estos va a quedarse sin casa y ensayan un villancico o
una obra de teatro o una sesión de chistes para después, a los deliciosos
postres de la tía Vero y a la tarta del Tato, el tío cura que vive en Granada y
ama los piononos sobre todas las cosas terrenales, torturarnos con un
pseudoespectáculo improvisado y pasar el platillo en busca del ansiado
aguinaldo.
Y cuando ya no podemos más con nuestra alma, ni con nuestros
nervios, llega la hora del sorteo del amigo invisible que dura como hora y
media porque entre que hacemos trampas para que nos toque alguien fácil y que
las normas no permiten que te toque tu pareja, al final hay que repetirlo como
500 veces hasta que la sobri Noelia, encargada de portar la bolsa con los
papelitos se cabrea y dice que lo sortee el tato, pero el de Jerez, no el cura
y al final la cosa se arregla y cada uno acaba con su papel secreto apretado en
la mano pero antes de que finalice el evento ya todos sabemos quién le ha
tocado a cada quién porque eso es lo divertido de un amigo invisible y quien
diga lo contrario miente o es un triste.
Y cuando ya me han quitado el sitio por cuarta vez –y la
copa- el pater me busca pidiendo auxilio para que volvamos a casa y pueda
tirarse en el sofá a descansar de tanta navidad y nos despedimos, para lo que
hace falta otra hora y media de besos y achuchones y huimos, cargados de bolsas
y tuppers que nos da la suegra con deliciosas viandas y la niña se duerme en el
taxi y el pater da cabezadas y yo pienso que la Navidad no ha hecho más
que empezar. Y tiemblo. Pero al menos llevo mermelada de pimientos en el bolso. Que no es poco.
Jajaja,me encanta tu Navidad,me encanta saber que la locura y el frenesí desatado no era sólo en mi familia y en la del padre,que muy calladito lo tenía yo por si acaso,pues eso que en la otra familia tampoco se quedan cortos,teniendo en cuenta que es mucho más abultada que la mia,de todos modos el 25 deberían sacarlo del calendario,que no está ya el cuerpo para el reenganche,nosotros el 24 dormimos en casa de mis padres,dormir es un decir,te levantas y ves una cola de km para los dos baños,que no queda café,el campana sobre campana que se oye en eco,y te dispones a pasar el 25 con el mismo plan,a media tarde ya no soy persona,pero en el fondo,muy en el fondo me pirran estas reuniones.La de los churumbeles.
ResponderEliminarJajjajaja, qué nivelón!!!
EliminarJajajaja..ánimo!!
ResponderEliminarYo soy de Graná, así que estoy con el tío Tato, donde se ponga una tarta de piononos!! uummm
Muak!
Dos mil calorías por bocado!!!
EliminarUi, la mermelada de pimientos, qué cosa más rica!!
ResponderEliminarSí que está buena, sí!!
Eliminarbueno bueno bueno..acabaréis listo pa q os recojan con cucharilla el día 26,no? y la pelirroja como se porta? porque con toda esa "sobre-excitación" no me la quiero ni imaginar!jaja
ResponderEliminarNuestas Navidades son mucho mas tranquilitas, en el campo y solo nuestra familia, q somos 3 hermanos con los respectivos, 5 nietos y mis padres! y el 25 en casa de mi marido son 8 hermanos!imaginaros el cambio!pero nunca coinciden todos porque son 7 hombres y solo una chica y aquí se nota q las mujeres mandan mas no son capaces de ponerse de acuerdo para coincidir el 24 o el 25! yo x ejemplo he dicho q en mi casa todos las nochebuenas y en su casa el día de navidad!y no lo cambio así me maten!jajaja como somos!!
un besito y me encanta tu ruidosa navidad!
x cierto, dicen q el día 21 se acaba el mundo...pués a mi me pillará bailando q tengo la comida de Navidad de mis amigas!q ganassss
Yo es que falto en Nochebuena de mi casa y mi padre me deshereda!!!
EliminarQ divertido suena todo!
ResponderEliminarYo por fin he sabido lo q eran ese tipo de Navidades! Y es q yo soy hija única y nieta única pero mi contrario son 6 hermanos con sus respectiv@s y 9 sobris! Un fieston en toda regla y yo, encantada!!!
Sí que son divertidas!!!
EliminarPues con todo y con eso..puede haber algo más divertido??? me encaaaanta!!! los 25 en mi caso también es comida obligada con la familia de nuestro "pater" y nos lo pasamos pipa!!!! besote guapa
ResponderEliminarMe alegrooo!!!! Acabamos agotadas pero encantadas!
EliminarJajaja! Mi costilla lo intenta pero mi familia no tiene parangón! Los pitidos en los oídos te durán varios días..
ResponderEliminarAdemás jugamos con la desventaja de que aquí el 26 también es festivo.. un no parar durante 3 días de casa en casa y cada vez más gente y más jaleo.
La familía política hace la comida de reyes, el resto lo celebran más bien poco.. así que son 3 días intensivos con mi gran, ruidosa y mega comilona familia!
Pero ya estamos deseando que llegue una vez más!! :-)
Pues entonces como yo... Estamos enfermas!! jajajja
EliminarFlor aunque no te lo creas me das una envidia sana porque nosotros nos juntamos muy poquitos en mi casa 9 personas y donde mi marido 7 o sea que mucha fiesta no hay y aún así terminas el día de navidad pidiendo el sofa a gritos porque las niñas ya se despendolan y no hay quien las duerma.
ResponderEliminarLa verdad esq ue con familia grande es muy diver, pero veo que con pequeñita es igual dea gotador, eh?? jajajjaja
EliminarA mi tbien me das un poco de envidia, que yo soy hija única y aunque en la del pater son 4 hermanos son un poquito sosos y la comida de Navidad es ligeramente aburrida. Eso si, la Nochebuena con mis padres es sagrada!!
ResponderEliminarYo firmaría ahora mismo para poder tener unas fiestas así. En casa sólo somos seis de familia y estirando, y uno se va enseguida y los otros somos mis hijos, yo, mi pareja y mi ex, porque nos llevamos muy bien y el ex forma parte de la familia. Así que eso de ser un montón y montar todo este frenesí me da una envidia de la sana que de buena gana os sustituiría. No seas tan remugona y disfrutalá, que así da gusto que llegue la Navidad :-)
ResponderEliminarYo canto Los Campanilleros todas las Navidades, ¡es mi ópera prima! xD
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