Si la
Nochebuena es el día más caótico del año en mi familia, el
día de Reyes es el segundo y si no es el primero es porque hay regalos de por
medio y eso amortigua cualquier situación de estrés posible.
La tradición familiar manda que la mañana de Reyes hay que
ir a desayunar a casa de mis padres, donde volvemos a reunirnos los 25 majaras
-menos mi tío de Albacete que ya ha vuelto a su ciudad- a pegar voces y darnos
empujones mientras abrimos los regalos y comemos Roscón de Reyes
compulsivamente. Así que en casa nos levantamos temprano, nos endosamos los
regalos, nos felicitamos, les damos los suyos a la pelirroja, le hacemos un par
de fotos y salimos como almas que lleva el diablo a casa de mis padres sin que
la pobre pelirroja pueda disfrutar de sus nuevas adquisiciones como es debido,
que ya tendrá tiempo o no, pero la cuestión es correr y llegar a tiempo.
Porque cada año, pretendo ser la primera en llegar para
poder desayunar tranquila y dar y recibir los regalos con cierto orden y
concierto, pero esto nunca es posible porque como digo, el clan se hace mayor y
cada día madruga más, así que cuando llego no tengo el protagonismo deseado y
antes incluso de poder saludar y explicar lo que nos han traído los Reyes, suena
el portero y luego el timbre y luego el portero otra vez y la puerta y el
teléfono y antes de las diez y media ya somos 25 más los vecinos de mi madre
–que son como familia- y que vienen a saludar y a disfrutar del espectáculo
demencial.
Y allí empieza la locura, los paquetes cambian de manos como
por arte de magia, los niños gritan de emoción al ver sus gatos parlanchines,
sus cocinitas, sus motos y sus Nenucos y los mayores también gritamos porque lo
hacemos siempre y porque también nos dan regalos preciosísimos... o no, pero
fingimos, y la bolas de papel de regalo se van amontonando en el suelo y cada
uno pone sus bolsas a salvo, pero eso no sirve de nada porque uno siempre se
lleva regalos del otro y mi tía Mari Carmen, obsesionada por recoger los papeles
del suelo y que se niega a ponerse las gafas -porque son bifocales y le dan
mareos-, cada año acaba tirando, junto a los envoltorios, todos los tickets y un
par de regalos, generalmente de pequeño tamaño, que ya nunca más volvemos a ver
y que forma parte de nuestra curiosa tradición familiar.
Y mientras mi madre saca cafés y colacaos y batidos para
alimentar a un regimiento y nos ordena a mi hermana y a mí poner y sacar
tostadas a nivel profesional, llega mi tío Daniel que compra los regalos que le
gustan a él y luego los reparte como le viene en gana, tanto así que con doce
años me regaló un disco de Franco Battiato y ahora igual te toca ‘Qué he hecho
yo para merecer esto’ de Almodóvar que ‘Arenas Sangrientas’ de John Wayne por
lo que luego en mi cuarto hay un mercado clandestino donde nos cambiamos los
regalos para que mi padre no acabe con el musical ‘Sonrisas y Lágrimas’ y yo
con un disco de colombianas de Ana Reverte. Y todos contentos.
Y así sobrevivimos hasta que dan las dos y el pater, la
pelirroja y yo salimos corriendo dejando a la familia con el roscón en la boca,
rumbo a casa de mi cuñada Inma, que es donde celebramos la comida familiar del
otro bando que es sólo de los hermanos, cuñadas, sobrinos y suegra, pero que
aún así somos más de 15 y hacemos ruido como si fuéramos 27 y allí el caos es
el mismo o peor pero al menos hay vino y no está mi madre detrás para decirme
que voy a marearme. Y vuelve a darse el oleaje de regalos van y regalos vienen
y los niños vuelven a gritar –que aquí hay más niños que en la otra familia y
eso se nota- y celebramos un amigo invisible entre los mayores y nos damos a
una deliciosa comida rica en carbohidratos para mitigar el agotamiento de las
navidades, pero antes de terminar, suena el timbre y llegan las visitas, los
tíos, los primos, la abuela y los sobrinos de primos hermanos y algunos amigos y aquello se convierte en
una verbena popular sin fin, hasta que el pater me mira con ojos de cabra
enferma, cogemos a la niña en estado de ataque de ansiedad, nuestras dos mil
bolsas y volvemos a casa felices de que la Navidad por fin haya terminado y entonces me
entra un whatssap de mi hermana –que siguen de jarana en casa de mis padres-
diciéndome si quedamos mañana para las rebajas. Y entonces deseo la muerte.
Son agotadoras y sólo con leer vuestras navidades. Pero Son de fábula.oye y la pelirroja no tiene regalos de Papá Noél. O Son los de la bisa? Gracias Por Una nueva entrada
ResponderEliminarEn casa somos más de Reyes y hasta ahora para Santa Claus sólo recibía de parte de la abuela, la bisabuela y la tía Mari Carmen, pero este año me estoy planteando dividir los regalos de casa que le damos en Reyes entre ambas fechas para que los disfrute un poco...
EliminarBuffff!! Me he agobiado solo de leerte!! Mis Reyes son más tranquilitos; el desayuno toca en mi casa, con la enana acelerada por la cantidad de regalos que hay debajo del árbol y después llegan mis padres con el Roscón, mi madrina con otro Roscón (por si tu madre no traía, nena) y entre sorbo y sorbo de chocolate vamos abriendo los paquetes; cuando la peque está empezando a recobrar la cordura nos toca ir a casa de los suegros, que el abuelo está de cumple y no se puede faltar y vuelve la vorágine de regalos y en la sobremesa mientras el pater y los tíos le montan los regalos a la enana (siempre cae algo que hay que montar)y pocas veces lo consiguen, mi cuñada y yo intentamos mantener una conversación en la mesa por encima de las conversaciones de familiares y vecinos que se han pasado a tomar un café y felicitar al abuelo y como eso es una locura nos vamos sigilosamente a tomar un café al bar de la esquina y una vez sentadas respiramos hondo y decimos: ¡¡por fin!!
ResponderEliminarBesitos
Picaronas!!!! Yo no tengo bar de la esquina!! jajajjaa
EliminarPues a mñi me encanta el jaleo de Reyes :) me encantaba de pequeña y ahora disfruto con mis niños y lo que les traen como una loca, me tiro al suelo, visto a las Nancys, juego con los Playmóbil y monto lo que sea a partir de mis manos y libro de instrucciones en japonés :)
ResponderEliminarA mí sí que me gusta!! En realidad me gustan todas las navidades!!!!! Con su estrés y todo...
EliminarJa ja Pero que divertidas y estresantes son vuestras fiestas.. Me encantan!!
ResponderEliminarPues a mi casa hoy ha llegado Santa Lucia, que aquí en el norte de Italia hace regalos a los niños.. y mi hijo se ha despertado entre incrédulo y emocionado, porque en su habitación había regalos, pero no eran los que él había pedido a Santa Claus, y encima su Papi está en Alemania así que no podía ver lo que le ha traído ésta señora como él dice, por lo que ha sacado su propia conclusión, y ha sido lo siguiente;
MAMI.. SANTA LUCIA ES LA MAMMA DE SANTA CLAUS, Y CLARO, COMO ES MAYOR, SE HA OLVIDADO DE DECIRLE A SU HIJO LO QUE YO QUERÍA.. Y NO ME LO HA TRAÍDO..
Ja ja .. Pobrecito.. él se cree que Santa Claus ya no viene a casa con todos sus regalos.. Santa Inocencia..
jajjajajajaj, pobrecito... el lío que se ha armado!
Eliminaray Flor no me lo quiero ni imaginar. En mi casa se forma jaleo con los regalos y somos 4 micos. Es una locura pero es muy divertido correr de un lado para otro a recoger los regalos jaja
ResponderEliminarSí que lo es!!!!
EliminarMe ha dado por pensar que si somos de la misma familia y no nos hemos dado cuenta, jajajaj!!! la mia es parecida, siempre hemos pasado las navidades entre gritos, regalos, mas gritos, duermiendo 300 en casa de mi abuela, 3 en una misma cama... Ahora ya es un poco diferente porque la familia crecio tanto que tuvimos que dividir, ya que podiamos juntarnos mas de 40 personas!!!
ResponderEliminarEn la mia tambien habria que mencionar como es el momento todos a la mesa y discusiones porque nadie se quiere sentar cerca del tio Mario y porque tampoco me quiero sentar cerca de mi madre (por las cosas del vino y tal), que como despues de estar todos sentados, volvemos a levantarnos y a recolocar las mesas otra vez, y asi nos dan las 12 y seguimos intentando sentarnos!!!
Pero que vivan las navidades!!!
jajajjaja, qué le pasa al tío Mario? Es un tostón? jajajja
EliminarNo lo sabes tu bien!! habla y habla y habla y sigue hablando... Lo mismo da la Guerra de Secesion que Los Reyes Godos, como ves temas muy de la actualidad y que son facilmente debatibles, sombre todo para los peque que los pobres miran con cara de "matame mama"!!
EliminarJajaja, has descrito mi dia de Reyes tal cual, solo que todos los años cambiamos:si hemos desayunado en casade mis padres nos toca comer con ellos al año siguiente que es cuando desayunamos con mis suegros. Encima corre que te corre para poder coincidir con primos hermanos que almuerzan con la otra familia o con mi hermano que se acaba de casar y no está muy ducho en esto de concretar a una hora.
ResponderEliminarEn casa de mis padres ya somos 8 y aunque intentamos ponernos de acuerdo y hacer alianzas,al final terminamos cada uno con un regalo particular de todos los demás...y lo de tirar envoltorios con regalos pequeños (por supuesto) también ocurre!!!!Es un clásico!!!
Vaya rollo que he soltado pero me entusiasma el tema!
Besitos
Los Reyes son lo mejor!!! Aunque nos tiren regalos!! jajajja
EliminarJajajajaj...ay es que la Navidad es un no parar..pero yo que quieres que te diga, que no parar más bueno! un besote guapa
ResponderEliminarClaro que sí!!! Viva la navidad!!!
EliminarAquí los Reyes son un poco más tranquilos,pero este año al caer en fin de,me imagino que nanai,de todos modos los regalos los abren por nochebuena,para reyes un detalle en casa,oye,que me ha encantado la tía Mari Carmen,que me recuerda a alguien muy querido,que tanto afán ponía en recoger que se llevaba hasta el billete de euros que iba de sorpresa,que enmedio de tanto caos no te acordabas de preguntar si lo habian guardado,la de veces que tocaba visita al contenedor jajaja...,se echa tanto de menos a los que ya no están,procuramos que la tradición siga,su esencia está ahí y es lo que ellos hubieran querido,de eso estoy segura,ya me he puesto de saca pañuelo...La de los churumbeles.
ResponderEliminarPues sí que se echa de menos a los que no están, pero es como dices, hay que disfrutar de los que sí están y recordar a los que se fueron con todo el cariño y la alegría del mundo que es lo que ellos querrían!!
EliminarLo mismo que te dije el otro día con la Nochebuena, que me das envidia sana, de la buena, ya quisiera yo ese agotamiento, pero no he tenido la suerte de tener una familia tan numerosa como la tuya.
ResponderEliminarSólo dos cosas: ¡vivan los Reyes Magos y abajo con el usurpador de Papá Noel! y que ahora entiendo el estrés de tu familia "... mientras mi madre saca cafés y colocaos...", jajajaja.
Besicos.
Jajjajajaj, sí, el estrés viene de familia!!!
EliminarXXX
Además, lo colocaos son más difíciles de hacer!!
EliminarMe río tanto, tantísimo, leyéndote... Gracias!!!!
ResponderEliminarGracias a ti!!!
EliminarXXX