Una se va haciendo viejuna sin darse mucha cuenta, es más,
creyendo que sigue siendo una quinceañera pero en sabia, como imagino que se
creerá la pobre Ana Obregón y sus triquinis cegadores, y no es hasta que
empiezan a gustarte los pimientos o el salmón o el vino o el caviar o el
roquefort o las terrazas animadas frente a las discotecas o los colores nude
frente al negro o cualquier cosa de la que antes hubieras renegado, cuando no
empiezas a ver la luz de tu viejunismo –o segunda juventud para los más sensibles- sobre
todo si estas nuevas apetencias vienen acompañadas por un claro rechazo hacia
otras cuestiones que antes te parecían lo más de más y no sabes en qué momento
dejaron de gustarte. Muy dramático todo.
Bueno pues eso es un poco lo que a mí me pasa con los
gusanos de seda. Que sí, de dicho así puede parecer una cosa muy raruna y
superflua, máxima cuando hemos estado hablando de vino y roquefort y tonos
nude, que son cosas muy importantísimas, sobre todo el vino y más ahora que el
embarazo me tiene relegada a la abstemia forzosa… pero es que cuando yo era
pequeña era fan muy fan de los gusanos de seda, tan graciosos, tan monos, tan
suaves y blanditos, con esas minipatitas que se te quedaban pegadas al dedo y
ese olor tan peculiar –que por cierto es el mismo que tienen las tiendas de
Woman Secret, esto es un dato, ahí lo dejo- y encima tenían su metamorfosis y
todo, ahí delante de tus ojos, en una caja de cartón que tu padre había
agujereado mientras tú esperabas ansiosa para meter a los bichos dentro.
Mi madre que siempre ha detestado a los animales que no
fuéramos su familia –eso sí, todos le dan mucha pena, que a la perra de mi tía
Mrai Carmen la tiene gorda como un sollo y le compra chocolate Milka y jamón
cocido sin fosfatos del Corte Inglés y se lo da a escondidas, de ahí que a la
criatura se le vuelvan los ojos de alegría cuando la ve-, pero nada de tener
bichos en casa…
Y yo desde que tuve uso de razón lampaba por un perro o por
un gato o por una tortuga o por cualquier cosa que se moviera y que yo pudiera
achuchar a pesar de mi alergia galopante y aunque mi padre era fiel aliado en
estos asuntos, mi madre nos cuadraba a todos y no había tutía. Por eso no me
extrañó que el día en que mi padre me compró unos pocos gusanos de seda, la mar
de bonitos, en un rastro, la mamma entrara en bucle de locura sin fin,
obligando a los pobres inquilinos a alojarse en casa de mi abuela Carmen y a mí
a criarlos en la distancia como una madre biológica con régimen abierto de
visitas.
Pero yo era feliz con mis nuevas mascotas y mis primos y yo
nos las poníamos en la cara para que nos anduvieran por los mofletes y por el
cuello y los poníamos a hacer carreras por el pasillo y luego cuando llegaba la
hora de ‘encapullarse’ los mirábamos atentamente –aunque mi primo Nacho siempre
quería abrir los capullos, destriparlos y ver qué había dentro, pero manteníamos
a raya su psicopatía infantil- a la espera de que salieran las famosas
mariposas de colores, que al final no eran mariposas sino polillas gigantes y
asquerosas que nos daban mucho miedo y mucho asco y que al final provocaban que
nadie quisiera abrir la caja de los agujeros y que mi abuela se deshiciera de
ellas llegadas a este punto a saber dónde.
La verdad es que no sé cuántas cajas llegamos a tener, pero
sí que lo pasábamos en grande hasta que mi abuela que era la versión extreme de
la mamma en lo referente a hacer lo que creyera oportuno bajo el eterno ‘anda
yaaaa, si eso no pasa nada…’ les dio de comer hojas de lechuga y los gusanos se
pusieron gordos, gordos y tras unos días de espera frente a la caja, murieron
reventados, para trauma general y fin de la crianza gusanera y de mi
experiencia con el mundo animal.
Y todo esto viene al caso porque el otro día escuché al
pater decirle a la pelirroja que le iba a comprar gusanos de seda y mientras la
niña daba saltos de alegría y planeaban el asunto, yo salí de la ducha como
alma que lleva el diablo, a punto de partirme el parietal externo contra el
bidé, chorreando como una aparición de película japonesa, con los ojos
desorbitados y con cara de estar gestando una crisis nerviosa de esas que
acaban con un tipa en camisón y con un rifle por la ciudad y mostré mi tajante
negativa al respecto. ‘Aquí no entraaaaaan bichoooos’ vociferé con voz gutural
de ésas tipo Satanás, retorciéndome de asco de pensar en esas
lombrices blancas.
Y me volví al baño para verme reflejada en el espejo con la misma
cara de guardia civil de la mamma. Y me
dio un ataque de risa. Pues eso. Que no somos nadie.
Es que ellas ya habían obtenido la sabiduría y a nosotras nos faltaban unos años.
ResponderEliminarEso creo yo!!! jajaja
EliminarGusanos? Wacala, que asco, vale que has ido poniéndote «madura»
ResponderEliminarWacala! Jajjajajajja
EliminarPues nada, que los críe en casa de la abuela (jijiji, venganza maligna)
ResponderEliminarMi madre es capaz de tirarlos por el wc! O mudarse! jajaja
EliminarChica, a mí siempre me han dado mucho asco los gusanos de seda...repelúuuuuuuuuuuuuussss...pero te entiendo con lo del viejunismo. Ay, esto de ir mutando en "señora" me tiene frita.
ResponderEliminarMis amigas y yo tenemos una frase para esto: "Maña, con lo que hemos sido y en lo que nos hemos quedado" XD
Mi hermana les tiene asco desde pequeña! y sí, cada día más viejunas!! Una pena!!
EliminarJajajaja, siempre puedes guardarlos en casa de la abuela... Pero qué gran verdad, yo sé (y casi lo deseo maliciosamente) que repetiré muchas de las cosas de mi madre que antes me parecían abrusdas, y probablemente lo sean, pero son tan de madre... :)
ResponderEliminarYo no puedo dejar de sorprenderme pero es que cada día me parezco más!! jajajja
EliminarMis gusanitos tuvieron un final dramático...los guardabamos en el lavadero de la cocina, hasta que un día nos encontramos la caja llenita de hormigas...mi madre ni corta ni perezosa abrió el grifo de la pila y metió alli la caja. Un triste final. Ver a tus gusanos devorados por hormigas y ahogados....
ResponderEliminarMadre mía!!!!!! Qué traumaaaaaa!!! Y parecían devorados o sólo muertos???
Eliminarjajaja asi estoy...
EliminarDe tanta hormiga como había la caja se veia totalmente negra...creo que al final murieron ahogados como las hormigas :(
jaja que bueno lo de los gusanos de seda, yo también tenía y podías pasarte un buen rato mirando a los gusanitos. Ibamos al pueblo a por hojas de morera para echársela, eso sí, siempre con mi padre que mi madre no los podía ni ver. Yo creo que lo de los animales es cosa de los padres jaja y en mi caso seguirá siendo así, lo que más tengo es un pez que no da guerra.
ResponderEliminarImagino que sí, las madres solemos ser los polis malos!!
EliminarJajajajja, gusanos de seda!!! Madre mía, qué paranoia!
ResponderEliminarPor cierto, acabo de darme cuenta de los banners de la derecha. JAaaaaajajjajajaj! La publicidad es nuestra amigaaaaa! Me parto! Eres lo más plus!
Nuestra amigaaaaaaaaa!!! jajjaja
EliminarPuestos a convertirte en tu madre haz como ella y manda la caja de gusanos de seda "a casa de la mamma"... no???
ResponderEliminarA veces pienso que tu madre y la mía son gemelas separadas al nacer.. igualitas oiga!
Besotes!!
Son todas iguales!!!!!
EliminarLo que me he reido, yo tuve cajas y cajas de gusanos de seda, y me encantaban, aunque ahora lo pienso y asquete me dan, asi que espero que a la pequeña nadie le regale gusanos de seda.
ResponderEliminarUn beso
Uy, yo me muero!!!!!
EliminarFlor, ¿y ya no se regalan en el cole o la guarde o los amiguitos del parque? Que yo cuando era peque (y tengo ya 30 añitos), no comprábamos a nadie, que siempre había alguien que te daba huevitos.
ResponderEliminarA mi de chica me gustaban, ahora me dan igual, pero pasaría de tener en casa e ir a por morera cada finde al parque como antaño y tener que limpiarlos, cambiarlos...paso. Mis últimos huevecitos murieron cuando mi madre fumigó el trastero donde estaba la caja, porque en verano vinieron hormigas. Desde ahí, se terminó el ciclo.
PD: lo de heredar las manías de las mammas, yo creo que es general, jajaja. Yo tengo muchas de la mía.
Yo no quiero que nos regalen nada!!!!!! Danger!!!!
EliminarPues yo ando erizada desde que sé que en la clase de mi enana tienen una caja. A mi me parece muy bien que estudien la metamorfosis a tan tierna edad, pero yo no quiero ver un polillón de esos ni en pintura. Así que espero que de la clase no salga AGH!
ResponderEliminarYo tampoco quieroooooo!!! Aunque en el cole de la mía creo que no hay!!
Eliminar¡El chocolate es tóxico para los perros!
ResponderEliminarDe ahí las peleas que tenemos con la mamma, a la que le da igual todo y dice ¿es que no ves lo que le gusta? Y así siempre!
EliminarIba a decir lo mismo, y no es toxico en plan dolor de tripa, es mortal...
EliminarPor cierto, a mi los gusanos me daban grima hasta de pequenia... y siempre acababa buscando hojas para los de mis amigas. Tonta que es una....
¿Todavía está de moda eso de los gusanos? Recuerdo que en el cole yo moría por tener unos y una compañera de otra clase me dijo "Pide a tal hora para ir al baño y te doy algunos". Y ahí hicimos la transacción, como quien trapichea con drogas duras... Besotes!!!
ResponderEliminarY dónde los metiste??? Puaj!!!
EliminarNo me acuerdo, la verdad...
EliminarPuff que asco!! a mi no me han gustado ni de pequeña.. yo siempre quise tener un cocker, pero mi madre decía que de eso nada, que en su casa nooooooo.... Cuando nos vinimos a vivir aquí mi madre me dijo que era mi momento, una casa grande, con jardín y hasta con la casita ya de madera instalada... y yo, me negué en rotundo... y la muy mala no deja de repetirmelo cada vez que viene, y no sólo a mi, sino al peque... a todas horas... por lo que acabé comprándole uno de peluche lo más parecido que encontré al de mis sueños, y desde entonces,lo hace todo con él, somos uno mas en la familia, lo habrás visto en alguna foto, ya que sale en más de una .. así que somos cuatro en ésta familia.. viaja hasta con nosotros, con decirte que aquí en el aeropuerto lo llaman hasta por su nombre (kuki).. jaja Miedo me da si un día lo perdemos, porque la mala de mi ama, me imagino que terminaría comprándole uno..
ResponderEliminarPero como han dicho por ahí arriba, yo la cajita de los gusanos se la llevaba a tu mamma, como hizo ella en su día... jaja
Besos
Qué malvada tu madre!!! jajajajjajajajaja Parece la mía!! jajajjajaja
EliminarA nosotros después de mucho dar la lata nos compro mi padre un pollito amarillo que vivía en la cuna parque de mi hermano que entones ya tenía dos años y no lo utilizaba, el pollo creció y hacia un ruido y cacas!!! Mi madre la pobre harta con 3 niños chicos ) nacimos los tres en tres años y tres meses) y un pollo dando por culo !! Un día desapareció y ese día comimos arroz con pollo , todo el mundo saca sus conclusiones pero yo creo que es un bulo como el de la chica de la curva!! Mi madre seria incapaz!!!!
ResponderEliminarAños después le tuvimos que comprar un bicho a nuestro segundo hijo que lo pedía para todas las fiestas e incluyo encontramos una vez una carta debajo de la almohada con muchas faltas de ortografía que ponía : si los sueños se hacen realidad por favor quiero un animal!!! ( la carta esta guardada) y entonces llego URI una cobaya de pelo largo cosa mas fea no existe !!!! La pobre vivía en una jaula gigante con todas las comodidades en la cocina y no salía de su casita para no verles la cara a mis hijos supongo! Solo salía cuando mi marido cenaba , se ponía con las patitas apoyadas mirandolo y haciendo ih ih ih!! O algo así , mi marido se moría de asco y yo le quitaba importancia y le decía es que te quiere mucho!! Llego el invierno y escuche a Uri hacer pachus!!! Y pensé oh oh , una mañana mi hija antes de ir al instituto se lo encontró agonizando murió en sus brazos y casi tengo que llevar a la niña al psicólogo además de hacer el papel que uri estaba dormido ( mas tieso que la mojama) cuando los peques se fueron al Cole, les tuve que decir que murió de viejo en el medico!!! Se murió el día de los difuntos , que ideal era Uri, nos duro 10 meses , todo un récord si tenemos en cuenta que una vez nos dieron in canario ( antes de Uri) a ver si el niño dejaba de pedir bichos y por la mañana lo saque al patio a la sombrita y luego me fui al mercadona y a la frutería y a ver a mi madre y a recoger a los niños del Cole y cuando volví a las 2 y media de la tarde en un mes de junio en Sevilla y ya no había sombra os podeis imaginar la pinta que tenía ! Nos duro 24 horas !! Y para terminar la historia de Flipi un pez que tuvimos que comprar para que la niña lo llevase al Cole el día de la mascota yo pensando que eso no dura mucho y
madre mía que drama!!! Pero sigue, que me dejas en ascuas!!
EliminarEso yo pensando que un pez no dura mucho .... Flipy creció que no veas y tuvo una vida de lujo, vamos que durante tres veranos se vino de vacaciones con nosotros a Conil en su pecera acomodada entre mis piernas con el coche a tope !! Creo en edad pececil tendría lo menos 104 años Y no se moría por fastidiar bueno la verdad es que yo lo cuidaba mucho y me hacia compañía en la cocina . Al día siguiente de morir flipy de viejo me llega una circular del Cole del mas pequeño , volvía a ser el día de la mascota y yo pasaba de estar otros tres años yendo de vacaciones con el agregado , así que cogí una cajita y fuimos al parque y cogimos hormiguitas ( si lo se, soy cutre ) y mi niño tan contento !! Aunque cuando fui a recogerlo me lo encontré con la caja vacía y me dijo "mami yo no tuve nada las hormiguitas se habían escapado..... Pero mi amigo Mateo ha traído un pato y hemos jugado con el" alaaaaaaaaaaa pensé yo: a jugar a casa de Mateo!!! Y esta es mi experiencia animalil !!!!!
ResponderEliminarJajjajajajajja, es amplia!!!
EliminarAnónima: estoy llorando de la risa, que lo sepas. Qué panzá a reír con el canario y con Flipy ("Y no se moría por fastidiar"). Pobre bicho :).
EliminarYo soy la feliz ama de una gatita. Y me da a mí que como el niño te salga igual que la pelirroja, ahí acabáis teniendo un Canelo o un Bigotes.
Aiiii madre que me meooooooo!!! Y el pobre de tu hijo que "no tenia nada" jajajajaaaaaa
EliminarComo me he reído Flor!! Mi madre nunca me dejo tener animales, pero me dejo tener un pez, unos gusanos de seda, que a mí me daban miedo y una cobaya que compro mi padre, la cual se escapó de su jaula y se comió los bajos de las cortinas, haciendo su vida media en nuestra casa de unos dos días!!
ResponderEliminarPero ahora que soy madre y como bien dices me estoy haciendo viejuna, que bonitos los animales que viven en casa de otros, pero en la mía no, gracias. Y eso que me haría como un poco de ilusión tener un perrito, pero con mi histeria por la limpieza (estoy bautizada por mis amigas como “Monica”, la de friends) creo que sería un “a morir por Dios”, así que me convertiré en mi madre y mis churumbeles puede que tengan unos peces o que entre en “modo pringada” y termine comprando un perro, el cual supuestamente van a cuidar tus hijos, pero todos sabemos que te lo comes tú con patatas. A saber!!!
¡Yo también tuve los gusanos esos! Y me enfrentaba a ellos con una mezcla de curiosidad y asco/miedo... nunca llegué a cogerles cariño ni ternura, y de tocarlos nada (¡mucho menos ponérmelos en la cara! ¡qué ajco!) y ya cuando rompían los capullos y aquello supuraba un sospechoso líquido rojizo y salían esas "mariposas" asquerosas, era el súmum de la asquerosidad. Aún no entiendo por qué les daba de comer y los cuidaba, con el repelús que me provocaban. Creo que soy demasiado buena...
ResponderEliminarEso, que mi marido anda lampón por un gato y no ve la hora de que el choopla hable y nos lo pida para concederle sus deseos, y yo ya estoy haciendo planes para vetar los bichejos en esta casa.
jajajaja si es que aunque queramos evitarlo terminamos siendo un reflejo de nuestros padres.
ResponderEliminarEn mi casa los gusanos de seda han estado en dos o tres ocasiones y el día que tenga hijos pues supongo que me tocara tener una cajita pero los prefiero a cualquier otro animal, que por lo menos estos no requieren tantos cuidados.
Si es que lo de los gusanos de seda es todo un clásico quién no los ha tenido alguna vez en casa,ahora que también te digo que aunque me encantan los animales y me moriría por un perrito, en casa va a ser que no entra ninguno.Un besito.
ResponderEliminarRazón,razón llevas en lo de las razones viejunas y me da una grima...,yo por los gusanos no he pasado,los he visto crecer y convertirse,poco molaba,yo era más de saltamontes,pero en libertad,que lo de domesticar no es lo mío.Los churumbeles piden de todo,están locos por una mascota,ya les digo yo que me tienen a mí,mejor mascota imposible jjajaj.La de los churumbeles.
ResponderEliminarBuaaaa q asco los gusanos!!!! Que les veian los niños???? Yo estuve dando la lata con el perrito, una vez nos dejo mi abuela prestado un cachorrito para una semana (para que la niña se calle) y mi madre lo tuvo todo el dia por la casa con unas braguitas y compresa, para que no se haga pipi encima de su moqueta blanca.....hasta que un dia lo cogi solo para 5 minutos sin sus "pañales" y el muy gracioso se hizo popo en mitad del salon, encima de la moqueta.....jajajaja Ahi se acabaron los mascotas en casa......
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