Hace unos días decidimos en casa hacer una performance
nocturna de las nuestras, por aquello de que estábamos aburridos y a nosotros
lo que nos gusta es vivir al límite de la cordura y del infarto cerebral.
La noche no empezó mal porque la nena se acostó pronto y el
pater y yo pudimos fingir ser no padres durante unas horas y ver algo decente
en televisión –bueno, en realidad yo me enganché a Gran Hermano, sí, ahora
podéis escupirme, y el pater, enemigo acérrimo de la telebasura, se lanzó a
leer uno de sus libros tostones de romanos- hasta que la niña empezó a gimotear
rarunamente desde el cuarto, primero como una paloma de buen rollo y luego como
una gaviota asalvajada de esas que roban bocadillos en los colegios y miden
metro y medio.
Tras un par de visitas al cuarto –en realidad 500, que no
pude enterarme de si al final había habido o no edredoning, qué vida perra-, la
nena mirando al vacío y con la cara de estar muy loca, nos confesó que le dolía
un oído y tras un momento de pánico inicial, le inyectamos un chute de
ibuprofeno –no sin lucha previa y sanguinaria como siempre ocurre en estos
casos- y la cosa se calmó.
Así que con el miedo en el cuerpo y agotada como una
bailarina de carretera octogenaria y con lumbago, me fui a la cama junto al
pater, que tampoco pasa por su mejor momento tras una neumonía galopante que le
ha envejecido 3 años y una pelirroja que no de la tregua, y entramos en un
merecido estado de coma terminal.
Así que cuando la niña rompió a gritar a las 3 y pico de la
madrugada como si la estuvieran matando, el pater y yo, con los ojitos ‘güertos’
de cansancio mortal y en plan ‘¿qué pasa, quién soy, qué hago aquí?’ nos
incorporamos en la cama -como los payasos esos de las cajas sorpresas- con
tanto ímpetu que nos metimos un cabezazo que a punto estuvo de causarme un
derrame cerebral que la nena ha salido al pater en lo referente al tamaño
craneal y que conste que no quiero hacer sangre con el asunto, que si quisiera
os diría que me salió un chichón. Con lo feo que está eso a mi edad.
Pero bueno, a lo que vamos, la niña estaba histérica no, lo
siguiente y ni Junifen ni paños calientes ni palabras de consuelo del pater con
los pelos de la súper abuela y los ojos dormilones de los osos amorosos o mías,
que me debatía entre morirme de sueño extremo o de terror absoluto ante los
gritos y lágrimas del pelirrojismo al que nunca había visto así. Así que ante
la paranoia general que solemos tener en casa, decidimos hacer una visita after
hours al Materno, que no se diga que aquí no nos gusta el drama.
Así que emprendimos el peregrinaje a las 4 y pico de la
mañana para que una doctora con trece años y cara de ser fan de Justin Bieber nos
dijera que la nena tenía otitis para regocijo familiar, nos endiñara un
antibiótico de ésos que la niña vomita y nos dejara volver a casa para morir en
nuestra propia cama.
Y volvimos a casa y nos acostamos y nos levantamos y nos
volvimos a acostar y así un par de veces –la parte del vómito la omito- hasta
que decidimos la distribución perfecta: la nena y yo en mi cuarto y el pater en
la cama de la nena –otra vez me engañaron si es que el sueño es mi peor enemigo-
y entramos en coma, sobre todo yo, que creo que hasta ronqué y ni me importaron
las patadas internas de cigoto ni las externas de la pelirroja y todo fue relax
hasta las 7 de la mañana, esto es hora y media después, cuando la presunta
enferma se despertó con la energía de Pocholo y a pesar de las amenazas,
chantajes y sobornos por mi parte –a nivel Tarantino-, acabé a las 7,15 de la
mañana viendo Dora la
Exploradora en el salón.
Y lo mejor de todo es que la niña no sólo no ha vuelto a
quejarse del oído sino que me niega que lo hiciera la noche anterior ni
recuerda haber dormido conmigo ni mucho menos la visita clandestina al hospital
a las tantas ‘jigonas’ y me mira y se ríe como si me estuviera quedando con
ella. Si no fuera porque sé que es una estrategia para librarse del chute de
antibióticos, la llevaba al Materno, otra vez.
jajajjajajajja, jolin Flor, menuda temporada llevas entre neumonías, semanas santas y visitas nocturnas al hospital! Ya podían pasar estas cosas durante el día, que parece que dan menos susto y una tiene más fuerza en el cuerpo. Espero que hayas recuperado horas de sueño y os encontréis todos muchos mejor. Qué fuerte que la peque "fingiese" no recordar nada...igual piensa que lo ha soñado. Necesitas con urgencia unas vacaciones caribeñas, eh? Venga, a ver si te toca una temporada más tranquilita! Muchos besazos!!!
ResponderEliminarEso, eso, vacaciones caribeñas!!! jajjajaj
EliminarEste episodio tiene gustito de "déjà vu" para mi... Qué mala es la maternidad y qué listos son estos niños. Espero que hoy te den un poquito de tregua y puedas recuperar. Un saludo y mucho ànimo!
ResponderEliminarEl problema es que la gigantobarriga tampoco me deja tirarme en el sofá... me duele todo!!!
EliminarJajajajaja, ¿que te mira y se rie como si te estuvieras quedando con ella? xD
ResponderEliminarPues menuda nochecita, sí...Me ha encantado lo del pater con los pelos de la súper abuela, jajaja
Me mira como esperando a que le diga que es mentira... Está loca! jajja
EliminarQué gracioso todo, no??? jajaja. Bueno, todas hemos tenido de esas noches toledanas, yo con tres tengo de todos los colores, jeje. Lo mejor, llevarlo como tú, con mucho humor!!!!!
ResponderEliminarNo nos queda otra!!! jajajja
EliminarNo soy partidaria de asustar a los críos, pero a situaciones desesperadas... ¿Y si le decís que si no se toma el medicamento la tendrán que pinchar? O que las princesas sí se toman los antibióticos (fijo que esta ya la habéis probado).
ResponderEliminarY por otra parte, ¿por qué no duerme el pater con ella? Ché, que tú estás engendrando otro vástago y eso requiere energía.
Yo que soy malvada, le he dicho hasta que la van a hospitalizar y le da igual, bueno, llora como una loca, me dice 'lo zientoooo' y que mañana sí se l atoma, pero abrir no abre l aboca y cuando la abre, lo pota todo... Ay.
EliminarPara ser justa diré que es el pater es que por las noches se desplaza hasta su cama cuando pide pis, agua o compañía y más de dos veces por noche acaba metido en su cama de 90, espachurraditos los dos y fritos... Así que esa noche fue por comepensar, además él madrugaba y... bueno, yo detesto la cama de la niña!! jajjaja... Yo quiero mi súpercolchón!! jajjaja
Ay lo que me reído con los payasos como un resorte y el cabezazo!!
ResponderEliminarPero es que es así con nińos por favorrrrrr! Y siempre las mías se ponían enfermas los viernes a la noche jajja!. Te consuelo diciéndote que a partir de los 6 ańos ya no agarran tantas enfermedades, muscosidades, virus y toses.
Yo he tenido que tirar varios pijamas con la manchita naranja del Ibuprofeno jajjaaaaa!
Qué infierno!! jaja Yo soy más de Apiretal, pero cdo toca Ibuprofeno soy de Junifen que al menos es concentrado y sabe a fresa... La pelirroja NUNCA ha sido capaz de tragarse el Dalsy!
EliminarQue horror!! Yo me convierto en una malamadre de libro por las noches cuando la niña se pone a chillar que le duele tal o cual. Esta noche la niña se ha despertado primero para que le diéramos agua, luego que quería pis y luego que le picaban sus partes. Bueno, decía que le dolía, pero yo me imagino que sería picor. Le di cremita pero seguía gimiendo y cuando volvimos decía que quería más pis. "Pero si acabas de hacer dos veces!!!!!!!!" Es que si ya de por si tengo poca paciencia, por las noches se me termina en cero coma. Al final ha terminado llorando camino al baño a hacer pis por tercera vez y luego ya se ha dormido... Y luego levántate a las 7 de la mañana a currar!!!!! Dios... es un sinvivir.
ResponderEliminarYo me vuelvo muy loca!!! Es que maldormir es lo peor!!
Eliminar¡Qué estrésssssssss! Menos mal que se le curó el oído, pero menuda nochecita, uf!
ResponderEliminarUna película de terror!! jajjaa
Eliminar¡Qué estrésssssssss! Menos mal que se le curó el oído, pero menuda nochecita, uf!
ResponderEliminar¿Y tú para qué quieres ver realities con el abanico de emociones que tienes en tu casa? Si es que no lo valoras... Besotes!!!
ResponderEliminarPues es verdad...
EliminarEstas cosas no son para reírse,pero....me he reído un poquito jajjaj,perdón,aún hay gran hermano????.Por aquí también pasa eso,churumbeles en la cama,viernes noche,cenamos en plan cena,vemos algo y sobre todo hablamos cara a cara,después de toda la semana sin vernos,decir que no pasamos del plan cena,a la cena no llegamos,lo mismo,siempre se ponen malos los viernes,no todos,por supuesto,pero si no es eso son ganas de tocar las pelotas,tengo calor,tengo frío,visitas al baño,estoy soñando,mañana puedo hacer x,pasado si eso hago z,que hora es,puedo levantarme ya ,es de día.....,que son las farolas hijo,las farolas y mi paciencia que está tan caliente que alumbra y todo,ayyy mamá tienes cada cosa a estas horas,mejor vete a dormir,si hijo,mejor nos vamos a la cama todos....La de los churumbeles.
ResponderEliminarClaro que son para reírse!! Que si no, envejecemos, mujer!! jajajjajaja
EliminarCreéme que no envidio tus fines de semana... jajajja Pero la pregunta de ¿ya es de día, ya es de día? es un clásico pelirrojil!! Ay!
Es la primera vez que te comento, pero soy una absoluta fan de la pelirroja y su madre, of course. He sido una niña propensa a las otitis hasta ahora en la treintena pasada. Te puedo asegurar que el dolor te posee, te vuelve loca, estás fuera de tí. Mi primera otitis fue con 7 meses y todavía mi otorrino se acuerda de esa noche. Entre él, las enfermeras y mi madre no había forma de calmarme.
ResponderEliminarEntiendo a la pelirroja y te entiendo a tí, con decirte que mi gran temor a ser madre es no dormir, que yo tengo genes de Manterol.
Besos a las dos
Bienvenida, pues!!!! Y gracias por seguirnos!!!
EliminarPobre pelirroja, entonces...
Y sí, el maldormir es lo peor!!!!
Yo me acuerdo de mi única otitis cuando era pequeña...mi madre se empeñó en aplicarme lo que seguramente serían unas gotitas de aceite de oliva tibio (para calmar el dolor, remedio de abuela a falta de analgésicos), pero yo lo recuerdo como si me hubiera querido cauterizar el oído con aceite hirviendo...viva la medicina natural! jajajaj!
ResponderEliminarÁnimo y besos
Jajjajaja, mi madre me dijo ayer que le echara eso... menos mal que me negué!! jajjaja
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