Me contaba mi madre entre risas que uno de los días en las
que se quedó con la pelirroja -mientras yo me debatía entre mi segunda
maternidad anquilosada a una cama articulada o salir huyendo hacia un destino
tropical- y, además, con el primísimo, -porque mi hermana hacía el relevo al
pater en el turno de cuidados matutinos a mi persona- se fueron a pasear al
parque y entre las cacas secas de perros y los matojos encontraron un caracol.
Al parecer comenzó una de sus tantas trifulcas acerca de quién
debía quedarse con el hallazgo: Me lo tengo que quedar yo que para eso tú
tienes a Nicolás y yo no tengo nada -decía el primísimo haciendo del dramatismo
su mejora arma- / Pero abuela ¿qué ez mejor el helmano o el caracol? -preguntaba la
pelirroja temiendo ser timada- / Pues el hermanito aunque el caracol también está
muy bien / Pero ez que yo quiero las doz cozaz que con el helmanito no ze puede
jugal y a mí me guztan loz caracolez / Pues te aguantas, que tú ya tienes al
hermano y me lo tengo que quedar yo…
Y vinieron los llantos y las discusiones y los gritos hasta
que descubrieron que el caracol estaba seco, vamos que sólo había caparazón y
entonces el drama fue conjunto. Y el surrealismo familiar continuó.
‘Paquito, que he pensado que por qué no te llegas a buscarle
unos caracoles a los niños’ le dijo a mi padre que imagino estaría viendo un
documental sobre la cabra montesa / ‘Pero, Flor, ¿tú estás bien? ¿dónde voy a
encontrar yo ahora dos caracoles? / Pues no sé, llégate al Mercado central que
allí seguro que los venden / Pero mujer, ¿tú me estás hablando en serio? ¿pero tú
ves la chorrá de tontos que estamos criando? ¿de verdad quieres que coja ahora
el coche para buscarle caracoles? Además eso lo venden por kilos ¿y que hacemos
ahora con un kilo de caracoles por la casa? Mira que luego la niña –o sea yo-
no se los va a querer llevar a su casa…
E imagino que la idea de tener un kilo de caracoles
deslizándose por el salón hizo a mi madre desestimar la idea y dejar a mi padre
tranquilo. Todo lo tranquilo que se puede estar con dos niños asalvajados
correteando por la casa, claro.
Pero claro, la mamma, la misma que nunca ha querido bichos
en casa, no se quedó contenta con aquello y desde entonces trata de convencerme
para que le compre a la niña un caracol ‘No ves que es lo mejor, que así deja
tranquilo al hermano?’ Y no, obviamente no lo veo porque me muero de asco sólo
de pensarlo. Y se lo digo y se lo explico y le pido que no me engatuse a la
niña que paso de bichos y más de caracoles babosos…
Pues como si jamás hubiéramos hablado de esto y haciéndose
la sueca como sólo ella sabe, hace un par de días me apareció en casa con un
tupper lleno de lechuga con dos gigantocaracoles encima, negruzcos y asquerosos,
que me dan ganas de hacerme un peeling químico cada vez que los miro.
Y después de jurarme que yo jamás le había dicho que no quería
caracoles –hay que ver lo selectiva que es la memoria de la madre de una- me
los trasladó a una caja de adidas, que agujereó con una lima y que me colocó
sobre la mesa del salón para regocijo del pelirrojismo que se pasa el día cantándoles
a los caparazones esperando que saquen los cuernos para poder ponerlos a hacer
carreras en el parqué. Pero claro, los pobres viendo la que se les viene encima
prefieren quedarse escondidos hasta nuevo aviso.
Y yo, que ya tengo bastante con lo mío, no dejo de mirar la
caja de reojo a ver con qué excusa los expulso de la casa antes de encontrármelos
deslizándose por la frente del pobre cigoto, que pobrecito mío, también tiene
bastante con lo suyo.
jajajajajaj!qué asco! de todas formas mejor caracoles o gusanos de seda que un hamster!reza porque la pelirroja no los descubra!el día que tenga hijos, el único caracol o gusano que entrará en casa será de felpa y, en cuanto a ratones, se tendrán que conformar con mickey, minnie y todo el séquito de la familia de Disney...porque antes prefiero orbitarme a una galaxia muy lejana!espero que el hermanísimo esté estupendo!
ResponderEliminarSí! Está estupendo!!
EliminarJajaja. Yo tengo dos caracoles metidos en una cajita desde hace varios mes. Los cogió mi hija en un de nuestros paseos. Era un día que había llovido horas antes e imaginaté como estaban las aceras... llenitas de caracoles.
ResponderEliminarTodos los días les tengo que cambiar la comida y limpiar la cajita, ella solo hace que decirme: Mamá... tata¡¡¡( entiendase como caca)... Hay noches que sino cerramos bien la cajita te los encuentras por cualquier rincón de la casa...
ahora tiene cajitas de caracoles en casa y en casa de los iaios...
una locura
Arggg, qué poco me gustan!
EliminarAcabo de sentir arcadas de imaginar caracoles sobre mí. Tu mamma es muy creativa, llevar estos bichos donde hay un bebé!
ResponderEliminarSí, hija sí... Muy creativa y muy porsaquera!!
EliminarAcabo de sentir arcadas de imaginar caracoles sobre mí. Tu mamma es muy creativa, llevar estos bichos donde hay un bebé!
ResponderEliminarMe muero del asco Flor!!!!! haberle dicho a tu madre que los caracolitos se los qude ella en su casa para cuando la pelirroja vaya a jugar...Puaaaag...vamos me da un ataque si tengo que tenerlos en casa..Pero al nombrar la caja de Adidas me ha venido a la mente una cajita que tuve con 9 años llena de gusanos de seda....Que iba a cogerle hojitas y todo de las Moreras...ahhhhh me muero si veo ahora una caja de gusanitos!!!!! dios quiera que mis hijos, nunca, jamás de los jamases quieran criarlos porque me da un telele.Besos preciosa y animoooo!!!!
ResponderEliminarQué ascoooo
EliminarJa ja Estás tu buena para vivir en una casa con jardín, donde los caracoles proliferan a sus anchas, y día si y día también, tu hijo espera a que salte el riego, para poder cogerlos, pero el mío no es para jugar y verlos, sino para espachurrarles la concha y ver como moquean.. que para eso es un niño un poco brutote a pesar de su apariencia de niño bien.. y no lo hace en la hierba, no, me los trae al porche, para que su mamma tenga que limpiarlos sino quiero que las zapatillas se me queden pegadas.. Ayyy son todos parecidos, aunque al menos la tuya los quiere para jugar, pintales la concha de rosa para que vayan acorde con sus trajes de princesa.. jaja
ResponderEliminarBesos y ánimo..
Pobres caracoles... Si lo llego a saber, te los mando vía Seur para que los espachurre! jajja
EliminarDiossssssssss, que ascoooooo!!!! Maldita familia, si es que donde hay confianza da asco. Mi suegra a veces me dice que "sería muy divertido que la niña tuviera un hamster o un pajarito" y yo le digo que si, pero que en su casa. Mi madre cuando lo comenta (que también es muy malvada y creo que me guarda rencor por la mala vida que le di durante 25 años) directamente tiene que retractarse por la cara de loca furibunda que le pongo y es que encima mi madre habla de cachorros!! Si, perros!!! Que echan pelos, huelen, hay que sacarlos a la calle 3 veces al día, recoger sus cacotas de la acera con la mano y paro porque creo que voy a vomitar y no es plan que estoy en el curro.
ResponderEliminarLo siento por los caracoles y por la pelirroja, pero espero que fallezcan pronto... :-S
cachorros?? estamos locos?? Never!
Eliminaryo me defiendo esgrimiendo mi alergia al pelo de los animales...y entonces me dicen: y peces, mamá? los peces no tienen pelo? Ag...
EliminarJajajaj, las mamás siempre hacen lo que quieren por mucho que les digamos que no. Qué le vamos a hacer. Feliz día.
ResponderEliminarEllas van por libre!! Igualmente guapa!
EliminarPor cierto, qué cosas más requetebonitas tienes en tu tienda!!!! Me encantaa!!!
EliminarHola,
ResponderEliminarPues espero que no te pase como a mi: Pasábamos el día en casa de mi madre que tiene un terrenito con un horreo. Ese lugar es muy apropiado para que los caracoles vivan, y estaba repleto, asi que cogí unos 25 caracoles y los metí en una caja dispuesta a la mañana siguiente a llevarlos a la guardería de mi hija pequeña.
Los metí en una caja en la cocina y le puse un papel transparente con agujeritos para que no se muriesen en plena noche.
Bueno, aqui viene la parte graciosa de la historia: Cuando fuimos a desayunar a la mañana siguiente, los caracoles habían escapado de la caja y andaban por la cocina a sus anchas... Caracoles por la encimera, por la campana extractora, por el techo, las paredes, el fregadero.... Todos con su caminito de babas asquerosas y los cuernos muy estirados buscando el sol..... AAAAJJJJJJ......
Muchas gracias por este blog, te leo siempre. Besiños
¿sabías que tienes en casa dos botes de crema hidratante? y ¿Qué también sirve para las verrugas si las tuvieras? Florrrr, que la baba de caracol es bueníiiisima para la piel y lo de las verrugas es cierto.
ResponderEliminarBesotesss
Jajaja. Pobrecica, déjale sus caracoles que no hacen daño alguno, criaturitas... Besotes!!!
ResponderEliminarMe dan un asco insuperable...no, no y ni de coña. Demasiado buena eres, yo mandaba a los caracoles y la caja de vuelta con mi madre. Y es posible que a grito pelado XD
ResponderEliminarwww.partosmultiples.blogspot.com.es
Pues por aqui le ponen caracoles a la paella y hacen caracoles en salsa XD. Los mios han tenido uno y les dije que estaba muy triste y quería regresar con su mama y su hermano que los echaba de menos y esa misma tarde lo dejamos en el parque.
ResponderEliminarA mi me encantan los caracoles, pero en salsa! Mis hijos también los recuperan en el jardin, pero no les dejo meterlos en casa. Este año, en el cole de mi hija, tenian un terrario en la clase con caracoles dentro y con eso ya estaba estretenida, lo cual me ha permitido de librarme de tenerlos en casa.
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