Siete toallitas y dos atropellos después, seguimos nuestro
accidentado paseo en el que el pequeño acaba quedándose dormido no sé si por el
traqueteo del suelo empedrado o por miedo a que su hermana se le vuelva a echar
encima y le endiñe mil besos y achuchones nivel luchador de sumo y es que el
chiquillo es escucharla hablar y abrir los ojos de tal manera que pasan de su
original estado chinesco a tipo Quique san Francisco en tres nanosegundos y
mirando de un lado a otro, esperando el ataque de amor sin fin.
Entretanto la pelirroja que ha visto empeorada su verborrea
y ya no hay quien la calle jamás, me va contando entrelazadas historias de
princezaz, brujaz, unicolnioz con el primo Iego, las ganaz de ir a la playa y las
dos estrofas que aún recuerda de ‘María de Nazareth’ como si fuera la conversación
más normal del mundo, que se ve que en esta casa estamos todos igual de
trastornados y ni siquiera nos molestamos en disimularlo.
Mientras yo, con media cara pegajosa por la leche expulsada
a traición por el hermanísimo y con los nervios a punto de causarme una embolia
cerebral, voy haciendo ejercicios de meditación para no acabar quedándome calva
de estrés y decido ir de tiendas que siempre me sube la moral incluso ahora
tengo el cuerpo deforme y la cartera vacía.
Y como allí tenemos público conocido, el suavón del cigoto
no dice esta boca es mía y sigue durmiendo o fingiendo que duerme mientras yo
me paseo por la nueva colección soportando el aire acondicionado siberiano y
evito que la pelirroja se calce a escondidas las nuevas cuñas de metacrilato a
las que no le quita ojo y a las que hasta les ha hecho una foto con la cámara
de Bob Esponja.
Y en un alarde de ‘esto lo domino yo’ decido probarme
algunas cosillas y nos metemos los tres en el probador como elefantes en una cacharrería
pero el coche no cabe bien y lo dejo fuera y le digo a la pelirroja que se
quede fuera –vamos, al otro lado de la cortina- los tres nanosegundos que tardo
en colocarme el vestido y se niega porque ‘yo tanmién quiero probarme, mamáááá´’
y entra a empujones por lo que acabo metiendo también el carro como en el
camarote de los hermanos Marx y al final me tengo que probar casi subida en el
taburete y compartir mis prendas con la pelirroja, que está ‘soseía’ con la
moda.
Pero lo mejor de todo es cuando entre las perchas, los
vestidos, el cochecito y la pelirroja bailoteando con un traje de noche y su cara con maquillaje picassiano, por
fin puedo colocarme –por no decir embutirme- un vestido y me miro al espejo y
descubro ya no la cara de loca abducida que tengo sino que llevo paseando por
la calle durante cerca de dos horas y media con una tiara de plástico dorada hincada en
la coronilla.
Y ni siquiera es la primera vez.
Pues que lo tuyo era un «paseo real» en honor al escándalo que hacen los ingleses por el nuevo señorito que les nació
ResponderEliminarA colación del señorito inglés, he de decir que me alegra que la madre haya posado para los fotografos con la barriga posparto que se nos queda a todas, como la gente normal, y no como las señoritas de revista que salen del hospital como la que sale de un spa....Eaaa he dicho!!
Eliminar1.- Jajjaja, pues sí!
Eliminar2.- Y sí, Anónimo, yo he pensado lo mismo!! De hecho lo acabo de publicar en facebook
Me parece que todas pensamos lo mismo... hasta mi marido dijo si seguro que había dado a luz, porque parecía que seguía de seis meses.. Y eso que yo no me puedo quejar que salí como si hubiera ido al Spa y a la Esteticien según algún amigo malon..
Eliminarjajajaja... Lo del probador es un suplicio, que estres... a mi me paso también... Seremos masoquistas? jajaja...
ResponderEliminarSi ya digo yo que en el fondo sois familia de bien..fíjate que hasta tiara y todo llevas.. Yo no tengo ese honor, todo lo más que me pueden encasquetar es una pistola lanza telas de araña de Spiderman, un cinturon con su correspondiente espada, o cosas por el estilo.. Así que no te quejes mucho.. jaja Encima si la tiara la llega a llevar alguna famosa hortera se convierte en lo más..
ResponderEliminarBesos..
Jajajajaaaaaaa me partoooo! Es que os veo...entre la pelirroja pintada y tu con la tiara.....la atraccion del dia de calle Larios jajajaaaaaa
ResponderEliminarjajajaja, que bueno. Estos peques nos hacen cada faena
ResponderEliminar"Princesa Flor y la reina del Pelirrojismo", parece el titulo del proximo éxisto taquillero de Disney.
ResponderEliminarJajaja... genial!!! Yo me descubrí en zapatillas en el karrefur... después de eso todo me da igual, he perdido mi dignidad... asumido.
ResponderEliminarMuak!
Un día de estos deberías grabar un vídeo de una de esas salidas. Lo petarías en Youtube. Un besote!!!
ResponderEliminarAy,cómo alegras mis mañanas...me muero de risa contigo!!! Identificada al 100/%!!!
ResponderEliminarDe verdad que me mondo.
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