Ya cuando me hice madre de la pelirroja descubrí que el
concepto de dar un paseo por el Centro cambiaba notablemente respecto a mis paseos
de nomadre –ay, quién los pillara-y sobre todo, de los paseos idílicos de
futura madre que yo me había creado en mi mente a base de carritos con sábanas
de encaje, faldones de valencié y relax de madre perfecta, deslizando el carro
calle arriba y abajo con parsimonia y elegancia como una protagonista del Hola,
sin perder la compostura ni la sonrisa y moviendo el pelo satinado y
perfectamente planchado como si acabara de salir de Supermodelo.
Luego vino la realidad y todo fue estrés, prisas, llantos pelirrojiles
sin consuelo y otros horrores que me quitaron las ganas de paseo y de pelo
satinado y me dejaron paseando como la loca de los gatos de los Simpsons, pero
con peor peinado y un familiar tufillo a leche regurgitada, que la pelirroja
era experta en vómitos a traición.
Con el tiempo la cosa fue mejorando y aunque teníamos espectáculos
de lamida de cristales en Zara, exhibicionismo público de ropa interior para
humillación familiar, vaciado de percheros en H&M a base de cabezazos y
otras lindezas pelirrojiles, ya al menos no había llantos estresantes ni leche
agria en mi pelo y una podía fingir ser una chica normal con una hija
hiperactiva e incluso cuando la cosa se ponía muy chunga, podía fingir que ni
siquiera la conocía y volver a disfrutar de una buena reputación.
Pero claro, ha sido ampliar la familia y volver a las
andadas. Qué digo a las andadas, a mucho peor…
Y es que como en casa todo es estrés, con la pelirroja
bailoteando y pidiendo atenciones y el pequeño dando alaridos, prefiero hacer
una huida hacia delante y tirarme a las calles con la ansiedad y las prisas de
quien escapa de un fuego. Y aunque una no es tonta, no mucho al menos, había
vuelto a fantasear en secreto con este momento argumentándome a mí misma ‘que
la niña ya es más grande y responsable, que cigoto es bueno, que yo ya soy
experta y menos nerviosa…’.
Y luego llega la realidad y es cerrar la puerta del portal –que
pesa dieciocho toneladas y me obliga a hacer gestos del Gigante Verde del maíz
perdiendo ya la compostura antes de empezar nuestro periplo- y darme cuenta de
que la niña lleva los ojos pintados y no pintados normal cual miniprostituta,
sino pintados en plan picassiano, haciéndole una cara rarísima y semideforme,
pero antes muerta que volver a subir las escaleras, así que nos vamos así y planeo
fingir que venimos de una feria en la que un animador infantil borracho le ha
maquillado la cara, por si alguien osa preguntarnos o denunciarme a las
autoridades.
Y el porculero suplente berrea desde el carrito como si un
vietnamita le estuviera clavando astillas bajo las uñas pero en realidad sólo
se le ha caído el chupete, que en esta familia otra cosa no, pero nos
desvivimos por un drama. Y antes de recolocárselo, tengo a la pelirroja jugándose
la vida subida a un poyete y decidiendo si morir descalabrada o por contagio de
la malaria de la suciedad de siete años acumulada que tiene el muro y la bajo
como puedo, que tengo una cesárea reciente, un respeto. Y para no hacer
esfuerzo con los abdominales lo hago con la espalda y ya me quedo cual alcayata
el tiempo justo para comprobar que la niña tiene las piernas llenas de bolígrafo...
lo que le cunde a la chiquilla los diez minutos tras la ducha, pero también
hago la vista gorda que mayores problemas tiene una.
Y empujo el carrito como puedo peleando con la nena que quiere dirigirlo ella –por lo que algunos pies nos llevamos por delante- y el pequeño vuelve a berrear y ante la duda de que tenga gases, lo cojo y dejo a la niña que dé rienda suelta a su instinto paseando el coche y estampándolo contra los escaparates mientras yo trato de calmar al hermano quien me lo paga lanzando un eructo nivel Torrente –y la gente me mira y yo sonrío y pongo cara de ‘ha sido él, ha sido él’- acompañado de una bocanada de leche nivel tsunami que me deja como un gato en remojo.
Y empujo el carrito como puedo peleando con la nena que quiere dirigirlo ella –por lo que algunos pies nos llevamos por delante- y el pequeño vuelve a berrear y ante la duda de que tenga gases, lo cojo y dejo a la niña que dé rienda suelta a su instinto paseando el coche y estampándolo contra los escaparates mientras yo trato de calmar al hermano quien me lo paga lanzando un eructo nivel Torrente –y la gente me mira y yo sonrío y pongo cara de ‘ha sido él, ha sido él’- acompañado de una bocanada de leche nivel tsunami que me deja como un gato en remojo.
Y aún no hemos salido de nuestra calle.
(Continuará)
Jajajajajaja sinceramente no descarto encontrarme un día contigo por el centro, y entonces no sabré si alegrarme por conocerte o darte el pésame por esta vida que llevas jajajajjaa.
ResponderEliminarGracias a tu blog todas las mañanas me río sola en casa o en el curro y la gente me toma por loca, eso sí, loca embarazada, que aunque me queda todavia un trecho largo ya se empieza a notar, y con ello creo que llega la esquizofrenia jajajajaa
Jajjajaja, ánimo! Que la maternidad te trae esquizofrenia y estrés galopante pero también es fabulosa... aunque nunca os lo cuente! jajaja
EliminarFlor, hija mia, voy a tener que dejar de leerte porque es como si me metiese en una màquina del tiempo que me llevase de nuevo dos años atràs. Es tan mismamente lo mismo que yo vivi que lo ùnico que cambia es el color del pelo de los dos monstruitos. Me siento identificada tanto en los hechos relatados como en tus estados psicologicos (por no decir psicopatas... lol) Y mira, al cabo de dos años, te garantizo que ya esto no es lo que era. De todo se sale. Mucho ànimo!
ResponderEliminarEso pienso yo... Si con la pelirroja llegamos a parecer personas normales, igual lo volvemos a conseguir! jajaja
Eliminarjuajuajuajua... Es que es tan real lo que cuentas!!! Yo tengo un niño de 5 años, y una niñas de 13 meses, es todo un preriplo cada ves que salimos! Nunca he chillado tanto en mi vida que desde que tengo niños. Y luego dicen que es más complicado tener adolescentes, pues yo no lo tengo claro...
ResponderEliminarBesos
A los adolescentes siempre podemos darle pasta y mandarlos al cine cada tarde!! jajaja
EliminarOhhh Dios mio, eso si es estrés y no lo de la Bolsa de Nueva York! Al menos ya sabes lo que es, me refiero a que ya sabes lo estresante que puede llegar a ser la maternidad y no te pilla de nuevas. El que no se consuela...
ResponderEliminarMe meo con la pelirroja conduciendo el cochecito, mi hija seguro que hará lo mismo. Y el pobre cigotillo, que mal lo pasa el pobre con los gases atascados, ainsss.... en fin. Pero los dos son una ricura, jeje. Ánimo con estos calores...
jajjajaja Gigantes verdes, niños pelirrojos... aunque nos odie por ello creo qee todas agradecemos a escondidas su colorida maternidad de paseos abruptos... y eructos!
ResponderEliminarBesaZos veraniegos y ánimos... muchos ánimos
^_*
Ja ja Que bueno.. Me rio porque sé que nunca voy a vivir la experiencia de tener dos, pero sé que en el fondo ireis como pimpollos, requetelindos todos...
ResponderEliminarUn besazo
has descrito perfectamente la vida de la madre con dos niños jaja, yo me voy a la calle aunque parezca que por la casa ha pasado un tsunami(mi puerta del portal también pesa un montón incluso algún viandante desconocido me ayuda sin que se lo pida o sea que imagínate el panorama).Una tarde en el parque es un planazo porque la mayor está entretenida; lo de que la mayor quiere llevar el carro también me suena pero al final la convenzo para que yo la ayude y voy con el culo en pompa todo el paseo; todo esto siendo la peque muy buena y la mayor si no le da el nervio suele ser obediente si no ni me lo quiero imaginar...
ResponderEliminarMuy idílico todo, sí... Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarme ha pasado..me ha pasado.....y te digo la verdad? Salir sola con dos....asi de chicos como son los mios (dos años y el bb un mes y poco) noooooo massss......que las dos veces q sali fue frustrante...pero de eso no me quejo tanto pq salgo poco y nada...porque hace frio...estamos en invierno aca en Uruguay....sino q me quejo a diario pq sueño con dormir toda la noche otra vez!!! Tu sueñas con eso??? Duermes bien??la pelirroja despierta al bb o el la despierta en las madrugadas??? Besos....me voy a dormirrr....zzzzzzz
ResponderEliminarDios mío, qué miedo... mejor que se quede en la barriga, que ahí está controlada de momento... La que me espera
ResponderEliminarCuando nació mi pequeño, la mayor aún no había cumplido cuatro años y el mediano tenía dos. Salíamos con uno agarrado a cada lado del carro, porque entonces (hace ya 13 añazos) aún no se llevaba lo del patinete enganchado al carro. Así que imagina el panorama....
ResponderEliminarComo dicen por ahí arriba, de todo se sale, pero no creas que ahora que son adolescentes es mejor...... Disfruta ahora, que luego vienen otras cosas, que lo de darles pasta para el cine es lo de menos...que si crees que ahora te pasas el día gritando, ya verás luego.... ve entrenando las cuerdas vocales, que te van a hacer falta, guapa.
Un beso.
jajajajajajaja me parto con Nicolás! Y nosotras pensábamos que iba a ser un finolis...
ResponderEliminarEspero que utilices tu gigantocarro Inglesina, Silver Cross o lo que sea... Me pirran!!!
Besos mil para Violeta y Cigoto ;)
Jajajaja... tal cual de nuevo!!! Lo bordas!!!
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