Desde que se empezaron a vislumbrar los primeros rayitos de
sol de la primavera, ésos mismos que luego fueron sepultados por un
sobrecogedor frío invernal -que me sorprendió en manga corta mientras paseaba,
entregada a la temporada estival- estoy que no vivo por ir a la playa. Y me
imagino en una hamaca frente al mar, tomando el sol con aroma a bronceador de
coco de fondo, escuchando de lejos el oleaje y los graznidos de las gaviotas y
con una Coca cola Zero en una mano y una revista de moda en la otra…
Y despierto. Despierto –como de una bofetada de ésas que dan
a los desmayados- y me acuerdo súbitamente de que mis días de playa ya no son
así y que, aunque por algún extraño mecanismo de defensa psicológico siga
creyendo que playa y relax son dos términos compatibles, la realidad es bien
distinta y, por supuesto, mucho menos maravillosa.
Y entonces, como los ex combatientes de Vietnam de las
películas, empiezo a airear traumas y a recordar todo lo que una vez quise
olvidar… Y recuerdo que hace dos años que cambié la hamaca por una toalla cerca
de la orilla –con sombrilla privada, qué cosa más triste- para que la nena
–embutida en una camiseta de surfero para que no se achicharre- pudiera jugar
con la arena mojada; recuerdo que ya no uso bronceador asesino con olor a coco para
lucir moreno -y melanoma futuro- porque al rozar con él a la pelirroja podría
hacerle quemaduras de tercer grado y he de conformarme con el color de enferma
de los protectores de farmacia; recuerdo que ya no puedo leer revistas porque
he de tratar que no se coma la arena o que no se la tire a los transeúntes a
los ojos, aunque lo cierto es que no siempre lo consigo; recuerdo que ya no es
posible escuchar a las gaviotas porque los gritos de la pelirroja traspasan la
barrera del sonido; recuerdo que ya no puedo nadar sola hacia las profundidades
marinas en un ejercicio de meditación porque he de sostener a la prole y tratar
de que no se arranque los manguitos de Spiderman que una vez le mangamos al
primo… y en definitiva recuerdo que los días de playa ya no son lo que eran y
entonces no echo tanto de menos el verano, más bien lo espero con pavor, y
hasta agradezco volver a rescatar los abrigos, qué quieren que les diga… No hay
mal que por bien no venga.
POSDATA:
Como habréis podido comprobar, hemos sobrepasado
las 10.000 visitas!!! Y en menos de dos meses y medio!!! Muchas gracias
a todos los que
seguís este blog, a los que compartís cada día los enlaces a través las
redes sociales
o a través del ‘boca a boca’ (los entendidos lo llaman boca-oído, lo del
boca a
boca, en realidad, es otro rollo), a los que ya os habéis registrado (un
tirón de orejas a los que aún no) y a los que me ayudáis a que esta
locura
transitoria en la que me hallo inmersa desde que me inicié en la ardua
tarea maternal
no se convierta en una locura permanente… ¡¡¡Lo dicho, muchas gracias a
todos!!!
Y para celebrarlo hemos creado (ya iba siendo hora) una
página en facebook (http://www.facebook.com/hijanohaymasqueuna) y una en twitter (@Hijanohaymas)
para que ya no podáis escapar de ninguna manera de las garras de ‘Hija no hay
más que una’, que, además, estrena diseño nuevo -si es que lo que había antes
podía denominarse diseño, pero entendedme, estaba taaan cansada-. Hoy estamos que tiramos la casa por la
ventana… Lo que dan de sí unas vacaciones de Semana Santa. Y eso que no han hecho más
que empezar. Maremía.
¡¡Lo dicho, gracias a todos!!
Oh my God! Felicidades!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, por leerlo y por contribuir a las 10.000 visitas!!! Sin ti no hubiera sido posible!!
EliminarXXX
¡Hola Flor! Muy chulo el nuevo diseño :)
ResponderEliminarMuchas gracias, guapérrima!!!
EliminarXXX
Muchisimas felicidades!! Seguro que se enganchara mucha mas gente porqe tu blog es muy divertido!!!
ResponderEliminarUn beso desde Galicia
Muchas gracias!!
Eliminar10.000 visitaaaaaaaaaaaaaas !!!! FIESTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA DESTROYEEEEEEEEEEEEEEEEER YAAAA !!!
ResponderEliminarNosotros hacemos operación estrecho cuando vamos con las mellis
ResponderEliminarJajajajjajaj, y si al menos al llegar pudieras darle al solano y al tinto de verano... Pero no, toca comer arena. Yo siempre he odiado las piscinas, pero ahora las prefiero para ir con enanos, al menos no hay arena, jajajaj
EliminarXXX
Jajaja, bienvenida al club de los blancos, yo es que soy blanca-reblanca y mi hijo igual y ya paso de quemarme, él por supuesto lleva tanta crema que vuelve más blanco que se ha ido. Enhorabuena por las 10.000 visitas. Besos. Inma.
ResponderEliminarMuchas gracias, guapa!! Es gracias a vosostros!!
EliminarPues sí, yo soy bastante morena pero como la nena es blanca aquí no toma el sol ni el Tato y así luzco una mala cara... jajjaja
XXX
Muchas felicidades....porque tu lo vales. Leerte y partirse de risa...no tiene precio. Besos.
ResponderEliminarMuchas, gracias!!!!
EliminarXXX
ya soy miembro de tu blog, aunque soy madre hace muchos años y no tengo niños pequeños comprendo perfectamente lo que dices...
ResponderEliminarMuchas gracias por unirte, Anita!
EliminarImagino que esto de la maternidad no se olvida nunca, no?? Sobre todo porque te deja agotadaaaa... jajajjajaj
Espero seguir leyéndote por aquí!!
XXX
Ohhhhh qué tiempos aquellos de cremas asesinas y media hora con su otra media.Eh,sandra??
ResponderEliminarFelicidades chiqui !! Yo tb espero anssssiosa la fiesta destroyer para celebrar las 10000 visitas!!!! Pero... qué haremos con la prole ??
ResponderEliminarFelicidades!!!! :) y me pasa lo mismo cuando voy a un restaurant, nadie entiende porque no me da "ilusion" salir a comer afuera. Estar pendiente que no corra por el restaurant, que no moleste a los vecinos, que pida algo y no lo coma o arme un teatro para no comerlo! agotador!!! prefiero comer en casa! al menos degusto con gusto!!!
ResponderEliminarSaludos.
http://1hoochie-mama.blogspot.fr/