La cocina de Kitty.-
En ella cocina para todos sus amigos y sus múltiples hijos –que en ocasiones
son los mismos- y no contenta con hornear las verduras de plástico del megapack
maldito que le regaló la tita Patri y que tienen parte de la culpa del lumbago
del pater, introduce con nocturnidad y premeditación, restos de yogur y
mendrugos de pan que descubro semanas después en plena fermentación y que, para
más inri, pretende que me coma, persiguiéndome por toda la casa con la olla de
plástico fucsia.
El maletín de la
doctora.- Desde que se lo regalé por una semana de caras sonrientes en el
cuadrante alimenticio –la mayoría falsas, para que engañarnos- no hay día que
no seamos sometidos a un par de revisiones de los tímpanos, dos extracciones
sanguíneas con aplastamiento de vena incluido y alguna que otra intervención
quirúrgica a base de pellizcos con las pinzas de plástico. Suerte, que la mayor
parte de los maltragos médicos son para el teletubbie verde que es el de la salud
más resentida.
El maletín del
picnic.- No es tanto el maletín en sí como el jaleo del reparto de platos,
cubiertos y servilletas, un rito al que somete a todas las visitas y cuyo
menaje está generalmente manchado de restos de yogur reseco, el mismo que
hornea semanas y amasijos de gusanitos rancios y aplastados que reparte con
generosidad cristiana entre todos los invitados a su extraño convite.
La mini escoba.-
Tener a una pelirroja mángandote las pelusas de la basura que estás barriendo,
ver cómo se las esconde en los bolsillos de la bata y las coloca sigilosamente
frente a su miniescoba para fingir que es ella quién las ha barrido dejando un
reguero de minipelusas a su paso es una tortura cotidiana a la que no acabo de
acostumbrarme. Ni yo, ni la escasa pulcritud de mi suelo.
El maquillaje. ¿Qué
puedo contar que no haya contado ya al respecto? Pues que no contenta con
pintarse a lo Carmen de Mairena en un día de resaca, cuando ya no tiene un
espacio libre que mancillarse en la cara, me persigue para ponerme ‘guapízima’
a mí y tras dejarme pintar los labios –que me pinta en vertical desde la nariz
y hasta la barbilla- se lanza a por Bizcochito el travestido, que suele poner
menos oposición que yo a los colores estridentes y a los brochazos en las
pupilas.
Muchas gracias por animarme la mañana. No hay dia que visite tu blog, y que me haga estallar en carcajadas con las ocurrencias de tu vástaga. Lo de los gusanitos resecos y los tarugos de pan fermentados aun lo tengo fresco en la memoria, por que mis hijos cuando eran unos tiernos infantes jugaban a las cocinitas, para mosqueo de su padre, con mis tuppers de cocina. Aun recuerdo cuando le pregunto a Daniel que le iban a traer los reyes y este le dijo "una cosinita, platos, vasos y caserolas"...Su menu preferido era sopa de pipas, con agua, paa lo que me tenia mogollon de rato pelandole las puñeteras pipas, para tener materia prima con que preparar su delicatessen...
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Sopa de pipas?? Espero que no la descubra la pelirroja!!!
EliminarSii,, una receta batada y facil e preparar donde las haya. Se ponen las pipas ( peladas, off course) en remojo para que cojan consistencia, y se remueven de cuando en cuando con una pinza de la ropa ( de madera a ser posible) durante las siguientes seis u ocho horas. Afortunadamente y como eran chicos no habia barbies ni muñecos de ese tipo que alimentar, pero a mi de cuando en cuando venia con el tupper y la pinza y me decia, mama toma "probala" a ver si esta guena"...pro tu calladita, no se entere la pelirroja o te saldran las pilas por las orejas...
Eliminarpuñetero telefono... queria decir barata.. jejeje
Eliminary que tendrán los maletines de médicos? la última vez que fuimos al médico mi niña mangó directamente un palito de la garganta. Le encanta pinchar a los muñecos. La cocinita también le gusta mucho pero no se le ha ocurrido meter comida de verdad, menos mal.
ResponderEliminarYo le compré el cepillo de barrer, el cubo y la fregona y si se entretiene bastante porque todo lo hace de mentira, no mete agua en el cubo ni nada, todo está controlado.
Por lo que veo su amor por Bizcochito es infinito.. te veo en años venideros, paseando a Bizcochito de vacaciones con vosotros para que la nena no tenga el disgusto de no llevárselo con ella. Ayer mandé a Manzanita con sus 13 añazos y su maleta en el tren solita para casa, y en la bolsa de las compras, camuflada entre unos jeggins y una camiseta de mostachos iba su muñeca de toda la vida, con sus rastas, su moreno de playa y sus brazos inertes porque ya no le queda relleno en el pijama. He dicho.
ResponderEliminarBesotes!!!
La cocinita, los bebés, la fregona y el maletin de doctor han sido y son los juguetes preferidos de mis hijos, indiferentemente del sexo. Pero el juguete que se lleva la palma es el carrito de la compra, que da mucho juego y se transforma incluso en carrito de paseo de cuando en cuando. Me encanta verlos jugar muy metidos en su ( o mejor dicho, nuestro) papel, con todo lujo de expresiones y saltos de humor. Una gozada. Gracias por este cuadro entrañable, Flor.
ResponderEliminarRecuerdo que yo también tuve un maletín de médico pero no sé si le hice demasiado caso. La vida no me llamó a mí por los derroteros de la ciencia. Me ha matado lo de los restos de yogur horneados... No tiene una pinta muy apetecible, no. Jajaja. Besotes.
ResponderEliminarEsto se pone interesante jajaja,que la pelirroja no se conforma con poco,que me da a mí que abarca varios campos...,por aquí lo del maletín también tuvo su reinado,perdí la cuenta, pero tengo las revisiones hechas hasta la jubilación mínimo,he pasado por un sinfín de enfermedades,con su medicina correspondiente,que solía ser restos de yogur de un bote que no iba a la basura.La de los churumbeles.
ResponderEliminarEs igualita que yo de pequeña!! Yo le di yogur al babyborn porque se le habia acabado la papilla y al dia siguiente lo guarde en un cajon y al cabo de los meses el cajon estaba lleno de gusanos y el estomago del pobre babyborn atascado... tanbien jugaba a los medicos, soy muy de ciencia desde siempre. Siempre habia barbies embarazadas y escayoladas a la vez, muñecos con brazo en cabestrillo y tinta roja corriendoles por los brazos... igualitas, que recuerdos!
ResponderEliminarPD: y yo tambien soy pelirroja xD
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