Que la pelirroja no para quieta un segundo es algo que ya
todo el mundo sabe, los que leéis mis desvaríos diarios a modo de terapia
intensiva y los que os cruzáis conmigo y mi cara de madre desquiciada y mis
gritos amorancados en plena calle y mis pelos de indigente arrojagatos y mi
malvivir generalizado. Sin embargo, muchos se sorprenden cuando les hablo de la
parsimonia y la tranquilidad extrema de la niña –nivel Sara Montiel recitando
un poema- frente a la vida en general, es decir, frente a todo lo que no sea
dar guerra.
Y es que, además de desobediente y sorda por elección
personal, la niña nos ha salido tranquila para según qué cosas y hacer
cualquier mínima actividad diaria requiere del doble de tiempo necesario, el
triple de paciencia y cuádruple de amenazas y castigos.
Así para vestirla, por ejemplo, hay que cogerla primero y
una vez que lo consigues con mayor o menor eficacia, que las mañanas son muy
malas y una tiene muy mal despertar, hay que atraparla con las piernas como un
alacrán y mientras ella se retuerce o te cuenta cualquier milonga delirante, tú
aprovechas para colocarle leotardos, polo, falda peto y jersey y hasta peinarla
aunque sea con los dedos, de ahí sus pintas de sombrerero loco.
Pero una vez que abras las piernas volverás a estar perdida –qué
gran metáfora- y la verás sentarse a jugar o meterse bajo la mesa del salón a
cantar María de Nazareth –que desde Navidad no levantamos cabeza con este
asunto- o a hacer el mono babuíno o punto de vainica doble, la cuestión es
hacer lo que sea menos lavarse la cara o hacer pis hasta por lo menos la
tercera amenaza mortal. Por suerte, desde que estoy en tamaño XXL por mi
gigantobarriga, le dejo esta tarea al pater que tiene mucha más paciencia que
yo y que no despierta a los vecinos a alaridos ni a blasfemias aunque eso sí,
lo noto más envejecido desde entonces.
Pero claro no todo es arreglarla por la mañana para ir al
cole, hay que sentarla a comer, meterla en la ducha a quitarle el aspecto de
mendiga neoyorquina con el que llega del colegio, obligarla a recoger el campo
de minas que cada día esparce por casa y que me tiene los pies agujereados,
acostarla para que una pueda regenerar neuronas y colágeno y mil tareas más que
se convierten en la Odisea de Ulises pero sin final feliz.
Y es que a los treinta segundos de amenazarla cual jefe
narco de una banda colombiana y dejarla acostada o frente a la tarea a realizar,
me giro y me la encuentro de pie frente a la televisión pegada a la pantalla
cual cegata, lamiéndola o recitando alguno de los poemas del cole como si
rezara el rosario. Y me toca volverme loca y llamarla como llaman las madres
antiguas que a veces me doy miedo hasta a mí misma y volver a sentarla o a
acostarla o a meterla en la bañera a empujones.
Y de todas las tareas pendientes, recoger es lo que peor se
le da del mundo mundial y lo peor para el karma y el alineamiento de los
chakras –si es que a estas alturas sigo teniendo de eso- que después de una
ardua discusión y sus ‘Ez que eztoy canzadaaa’, la pongo a recoger y antes de
darme la vuelta la tengo bailando su extraña versión del Gamgan Style o
haciendo como que se abre de piernas cual gimnasta olímpica con la agilidad de
una anciana pero entusiasmada como si fuera Almudena Cid en sus mejores tiempos
o tratando de hacer el pino dejándose la nuca contra cualquier esquina o dando
vueltas como un derviche trastornado para acabar mareada y derrapando contra el
sofá.
Y me tengo que volver muy loca y convertirme nuevamente en
la versión ballenato del sargento de hierro y la nena recoge mirándome de reojo
tan o más aterrorizada que el pater que también me mira con miedo dada mi
creciente locura y al final logran terminar la tarea en cuestión, pero entonces
yo ya he perdido la cordura, tres mechones de pelo y por lo menos año y medio
de vida.
Es que los niños son todos sordos por elección propia...parece que les gusta esperar a que les des el grito...les encanta oye, ponerte a prueba... una vez que te miran y te hace caso te dicen: "mamiiiii...que ya iba..." con cara de pena y mirándote como si fueras la bruja malvada de Blancanieves....Cuanta paciencia...Buen fin de semana guapa! besotes
ResponderEliminarExactamente!!!!
EliminarIgual que el mio...y encima si le digo: Que no te hagas el sordo, que oyes lo que quieres! Se ríe como si fuera un poseso :( y miedo me da porque sólo tiene 16 meses
ResponderEliminarUy, ése apunta maneras!!
EliminarLo de estoy cansada me suena tanto, tanto, tanto... Mi hija lo decía constantemente, D a recoger.. estoy cansadaaaaaaa. D a lavarse los dientes, estoy cansadaaaaaa. D vístete, estoy cansadaaaaa. Así con todo. Tranquila mujer, mi D casi tiene 6 años y ya parece que lo va diciendo menos, eso sí hace lo que le da la gana igual pero sin la frasecita.
ResponderEliminarJajjaja, algo es algo...
EliminarYo creo que nuestros hijos tienen que ser hermanos secretos, por lo menos! Lo de la sordera voluntaria, cientificamente bautizada por mi como "oreja selectiva", es algo increible y desquiciante a màs no poder. Flor, ahora me siento menos sola, porque en mi casa también todas esas tareas cotidianas y anodinas se transforman cada vez en los preludios de la tercera guerra mundial. Pero si te sirve de consuelo, en Francia suelen decir: "niños pequeños, problemas pequeños. Niños grandes..." Asi que, a buen entendedor... Que Dior nos coja confesados! Qué refranera me he levantado hoy, juer.
ResponderEliminarAy, maremía ¿a peor?
EliminarEjemplo actual: el mío de 5 hoy después d pedirle por activa y por pasiva q se tomara medio minivaso de leche para desayunar, cuando después ya se lo ordeno con tono alto y cuando finalmente acabo gritando y amenazando (cosa que odio), me dice: "Pero mamá, por qué siempre te enfadas tanto?" Aaaarrrrrggrfgrg
ResponderEliminarJajajjajajaja, están programados para desquiciarnos!
EliminarCuanta razón tienes, siempre están corriendo, saltando, haciendo piruetas imposibles, pero a la hora de recoger, lo hacen a cámara lenta, siempre están cansados..
ResponderEliminarYo, para vestirlo, directamente lo subo al cambiador, que ahí sigue encima de la cómoda, porque al menos sé que ahí arriba no se va a escapar, y así puedo adecentarlo correctamente, y se salga a la calle siendo un niño bien, y a la hora del baño, le subo encima del cesto de la ropa sucia, y lo mismo, le quito toda la ropa y a la ducha derecho.. y de la cama no se ha levantado jamás, será que tanta rutina y grito de pequeño, los lleva marcados a fuego, porque cuando se acuesta y se cierra la puerta ya no valen más juegos.. jaja Madre mía, que rígida he sido, pero a mi me ha funcionado..
Que pases un bonito fin de semana, y he visto en el tiempo, que por Malaga estais de lujo.. hasta podeis a la playita.. en cambio aquí si me quiero dar un baño, con salir al jardín lo tengo hecho.. porque lleva diluviando desde ayer.. puffff que hartura de agua...
Besos
Es que subir 23 kilazos a las alturas es mucho para mí!! jajjaja...
EliminarEl tiempo está estupendo, que ya iba siendo hora!! Aunque con el barrigón en la hamaca estoy de todo menos cómoda... Pásalo bien aunque sea con lluvia!
Igualica que los míos...eso sí, intentaré darte algo de esperanza: nosotros, desde hace como año y pico (desde que tenían 4 más o menos) usamos un sistema de puntos tipo Supernanny, y las cosas funcionan mucho mejor. Es cierto que hay días que ni puntos ni leches, y tengo que sacar al legionario que llevo dentro y destrozarme las cuerdas vocales, pero se nota la mejoría.
ResponderEliminarEso sí, lo hemos ido renovando, ahora no valen los premios de antes. Te cuento nuestro sistema actual: tienen un cuadrante con una serie de cosas imprescindibles para hacer (6 o 7, tampoco muchas) y cada una vale X puntos. Al final del día les cambio esos puntos por minutos para jugar al Angry Birds del espacio en mi móvil, y el resto del tiempo, mi móvil ni se mira. Así mato dos pájaros de un tiro, les dosifico este tipo de cosas y les motivo para que cumplan una serie de normas :) ¿Qué te parece?
Eso sí, con la edad de la tuya, solo me funcionaba el legionario...
Molaaa!
EliminarHazte la mala, pero malita malita de enfermedad grave, eso a Merenmadre le funcionaba. O ponte a jugar con ella a lo que le guste, luego cuando no quiera hacer algo la amenazas con no jugar con ella, igual funciona.
ResponderEliminarBesos.
Las amenazas funcionan pero agotan taaaanto...
EliminarComo os entiendo, chicas... Yo ya lo pase hace muchos años con los mios, pero aun hoy, y siendo uno de ellos todo un universitario con toda la barba, aun tengo que decirle como cuando era un canijo hiperactivo con pelos de pincho...Daniel, hijo, tu cuarto empieza a parecer una leonera, y su respuesta es siempre la misma... Jo, dejame descansar un poco que estoy machacao.
ResponderEliminarAsi que no creais que la cosa ira mejorando, que vaaaa... por que cuando son pequeños son tan monoooossss,pero cuando son mayores, y al menos con los "machos" tendreis que ir todo el dia detras de ellos, berreando que hagan el favor de bajar la tapa del water, que no se yo por que despues de 21 y 24 respectivamente, de oirme decirselo, no se les ha quedado grabado a fuego en el cerebro, buscando las llaves, que nunca saben donde las han dejado, recogiendo apuntes de griego del rincon mas recondito de la casa, levantarme a las tantas a apagagarles la tele, por que se han quedado dormidos con ella puesta....Que no cambian vamos... que les tenemos acostumbrados desde pequeños a que siempre vamos a estar ahi... y ya una acaba cansandose.... ains que penita de tó.
No me digas!! Pues saco el látigo pero ya!! jajjaja
EliminarUi jajaja todas esas cosas me suenan. Yo le pongo el temporizador a la tele para que se apague sola por si me quedo frita, pero mi madre aun asi se levanta a darme una vuelta y a quitarme las gafas! jajaja mira que me regaña, me dice que cualquier día las parto, pero se me olvida! uno aprende esas cosas cuando se independiza, vamos a dejarnos de tonterías, porque yo estudio fuera y el piso de estudiantes inmaculado, hasta la mala costumbre que tengo de dejar la ropa en la silla se me quito (porque nadie me la va a colocar y si se arruga la tengo que planchar yo) pero cuando vuelvo a casa mis buenos modales se me olvidan y todo vuelve a la normalidad jajaja si en el fondo os gusta que seamos así! XD si fuéseis menos madres y más pasotas y nos dejáseis en nuestra inmundicia, a los dos días la cosa cambiaría, os lo aseguro.
EliminarLos cuadrantes y los gomets, hacen maravillas, de verdad, además en la edad en que está la tuya (y la mía) suele ser suficiente para motivarles sin más premios que el hecho de pegar gomets. La mía se siente súper bien, cuando ha cumplido las tres cosas que le he puesto y puede pegar sus tres pegatinas, y cuando no, le da una penita..., que a la siguiente se esfuerza más. Eso sí, si no cumple no hay gomet, que si no, no sirve de nada. (Que te imagino dejándola pegar todas las pegatinas de una vez, para que te deje tranquila..., es lo que tiene tener un blog, que todos acabamos opinando)
ResponderEliminarCómo me conoces!! jajjaja
EliminarY yo me pregunto: que pensará cigoto de todos esos aleridos que oye desde dentro?Ese se agarra a las paredes de tu panza y no sale,e!jajaja
ResponderEliminarMe estreso sólo de leerte. No es que nunca haya tenido instinto maternal pero el poquito que podía estar escondido por ahí se fue a hacer gárgaras en cuanto me enganché a tu blog. Jajaja. Besotes!!!
ResponderEliminarJajajja,menuda es la pelirroja.La parsimonia es mucha palabra,a mí que soy nervio puro me saca,pero oye,que un poco de ella viene muy bien para casos,los míos de ella no pican mucho,se levantan como balas,se visten como cohetes y se acuestan como centellas,lo de recoger también lo llevan bien,después de tres gritos míos funciona,lo sé,no está bien,pero me desahoga tanto....La de los churumbeles.
ResponderEliminarAy, que estrés me ha entrado hoy al leerte. De verdad, de verdad de la buena.
ResponderEliminarMi niña tiene 17 meses.. los planes, en un principio eh? eran ir a por el segundo al año y medio.
Estoy por plantarme. Voy a ver si firme algo...
pos aunque se llamen igual no se parecen tanto, mi Viole sí que recoge sus juguetes, ordena habitación, guarda su ropa y todo.. claro que le saben dar sus arranques pero ahí estoy yo con complejo de general, que si no recoge los juguetes pues se los recojo yo, en una funda y directo a la calle para regalárselos a un niño que no tenga... siempre me funcionaba con solo decirlo hasta que un día quiso probarme creo yo y los puse en la funda y todo y cuando vio seria la cosa pues se puso en una llantina a recoger... pobre niña creo que la traumatizo a veces, pero es lo que hay!
ResponderEliminarpor cierto, me parto de la risa con "Pero una vez que abras las piernas volverás a estar perdida –qué gran metáfora- " no aguanto jaja xD
¿De qué conoces tú a mi hijo y las cosas que hace? Porque hablas de mi pelirrojo con toda seguridad. Segurísimo, vaya.
ResponderEliminarEs que son clavados en lo nerviosos, destrozones, payasos, flojos según pa qué cosas y porculeros a más no poder.
Pero es que son taaaaaan cariñosos... Empiezo a pensar que no es cariño y es chantaje pa conseguir lo que quiere, el muy...