La gente que no tiene una hija de cuatro años con
tirabuzones ‘coloraos’ inasequible al desaliento y agotadora hasta la muerte súbita,
creerá que tener una niña que quiera imitarte y pegársete como una bomba lapa
cada vez que vayas a hacer algo que ella considere molón, es una cosa muy tierna
y muy bonita y muy de quererse al calor del hogar. Pues, mire usted, no. Ni
mijita. Más bien es un infierno en vida. Y uno de los grandes.
He aquí algunos ejemplos infernales
1.- La repostería. Mira que he visto pelis donde la mamá y
la nena hacen un pastel y todo son arrumacos y harina en las mejillas, pero sólo
un toque para hacer la gracia, que las niñas de las películas son siempre muy
civilizadas y muy limpias. En mi casa, por el contrario, cada vez que me decido
a hacer aunque sea un cutrebizcocho de yogur, todo es caos porque por mucho que
me agazape entre el verdulero y el lavavajillas como un niño chino cosebalones,
la niña, que duerme con un ojo abierto como el perro de tres cabezas de Harry
Potter para que nada se le escape, me pilla antes de haber sacado los huevos y
empieza el desfile del horror que acaba con la casa enharinada como en una
fiesta de pueblo, huevos reventados por el suelo y un bizcocho aladrillado
declarado incomestible por el exceso de manoseo pelirrojil. Y al final hay que
bajar a por donuts porque o es eso o pillar el ébola con el bizcocho. Con lo
mal que me viene a mí pillar el ébola entre semana.
2.- Las pinturas. Yo me pinto. Siempre. El día en que hubo
un miniterremoto de ésos que sólo notamos mi madre y yo, lo primero que hice
fue maquillarme, no fuera a haber una catástrofe y me pillaran en el telediario
con la cara de enferma terminal. Sin embargo, ahora pintarse se ha convertido
en una pesadilla porque antes de que llegue al cuarto de baño, la niña ya está
frente al espejo esperándome lampona por ponerse como Carmen de Mairena y aunque
yo me niegue, aprovecha un descuido mientras me echo rimel y guiño un ojo y
abro la boca como si me hubiera dado un aire y cuando vuelvo a la normalidad me
la encuentro refregándose el lápiz de ojos por las mejillas como si no hubiera
un mañana dejándose la cara como Mike Tysson y encima se enfada si no le digo
lo guapa que está.
3.- Limpiar. La niña es más floja que su madre y para que
recoja tengo que amenazarla con emprender una guerra nuclear y, además, quitarle
las chuches, pero es verme con la escoba en la mano y volverse loca, que lo de
esparcir la basura a escobazos por toda la casa es un vicio que me la tiene
soseía. Eso por no hablar de la fregona, que el otro día, tras media hora insistiendo,
me dejé engatusar –era eso o que se me generara un tumor cerebral- y la dejé
coger el mocho un segundo y antes de darme cuenta había decidido mojarla “zólo
un poco máz para flegar mejor” y así fue como se nos generó el océano índico en
el salón.
Continuará…
PD. Hace unos días publicamos post en El Planeta del Bebé sobre baños de espuma, pelirrojos en remojo y mucho, mucho estrés... No os lo perdáis!!
http://tiendas.elplanetadelbebe.com/blog/2014/02/soporte-de-bano-saro-consejos-de-una-madre-en-apuros-por-flor-enjuto/
PD. Hace unos días publicamos post en El Planeta del Bebé sobre baños de espuma, pelirrojos en remojo y mucho, mucho estrés... No os lo perdáis!!
http://tiendas.elplanetadelbebe.com/blog/2014/02/soporte-de-bano-saro-consejos-de-una-madre-en-apuros-por-flor-enjuto/
Jajajajaja, qué bueno!!
ResponderEliminar¿Porqué cuando nos ponemos rimmel abrimos la boca? A mi también me pasa y es que no soy capaz de hacerlo con la boca cerrada.
¡Besos!
jajjajaja! me parto! zolo un poco más! jajaja!
ResponderEliminarqué desastreeee de vida la nuestra! NADIE se apiada de ti!
¡El bizcocho de yogur no es cutre Flor! Yo lo hago a menudo porque es rápido y muy apañado, y si le echas un poco de chocolate fundido a la masa te queda como un bizcocho de esos de mármol..
ResponderEliminarLos padres con hijos que salen en la tele dan una idea equivocada de la realidad, lo normal son las madres normales, no te estreses. Bueno, un poco sí, que si no nos quedamos sin blog jaja!
Menos en lo de pintarse (me mira, pero no me imita) tenemos retoñas bastante parecidas. Tiene la habitación hecha un desastre y da igual que me desgañite, en cambio pasar la aspiradora no se le da mal. Y el otro día quiso ayudarme a hacer el pastel de su cumple y acabó la harina por toooda la mesa, por entre sus ranuras, por el suelo y por otros lugares recónditos, menos mal que tenía más (harina, I mean). No pasa nada pq los huevos quedaron a salvo, diréis. Pero es que no sé cuántas veces lo hemos hecho y a tu niña le dobla la edad!! En fin, a lo mejor un día me lo recompensa ganando Master Chef Junior...
ResponderEliminarSi supieras como te comprendo...por eso te leo cada dia casi desde el principio. El que la nena quiera ayudar en todo tiene ventajas e inconvenientes, sobre todo cuando su empeño y su energia son infinitas. Yo ya no recuerdo la ultima vez que hice alguna tarea de casa solita. Como tu bien dices que vida perra esta, que una anda lampando por tener unas horitas sola para limpiar, cocinar y planchar...quien nos ha visto y quien nos ve.
ResponderEliminarLo dicho , menos mal que tengo un niño y no va a haber más, por lo menos de lo de pintarrajearse me librare....eso espero jijiji ahora eso de coger la fregona y el cepillo sí que le gusta, pero no para ayudarme precisamente, con lo divertido que es desordenar!
ResponderEliminarCristina te librarás solo en lo de pintarrajearse, aunque seguro que tus pintauñas le acabarán gustando para pintar lo que sea, que eso de un pincelito gusta mucho... La fregona ya has dicho que le gusta, creo que a todos, pero a los cuatro o así se les pasa, porque eso es de chicas... aghhhhh , y hacer pasteles también querrá, te libras porque tu cocinas poco.. jaja Así que le mandas con Pepe y que saque allí su vena de chef, que ya verás como el abuelo de un grito le quita las ganas.. jaja
EliminarBesos
Vaya, a mi sobrino le gusta la fregona más que a Mario Vaquerizo el lápiz negro, tengo que atrancar la puerta de la despensa cada vez que viene de visita a casa xq sino se va al cubo de la fregona derechito.
ResponderEliminarEspero que no le de por pintarse las uñas y ponerse pulseras como su primo Ángel, al que le encantan las muñecas de la Sirenita, pero nunca se sabe...
Si el su tio le sigue regalando pizarras rosas y demás, seguro que se las acaba pintando, para malestar de su padre.. jajaja
EliminarLa pizarra la escondimos hace tiempo , encima de rosa rayaba cualquier superficie donde la ponía. ...un trasto menos y mariconadas las justas jiji
Eliminar¡Ay Flor me muero leyéndote! Lo del Océano Índico me ha llegado al alma, no podías describirlo mejor
ResponderEliminarTen cuidado, las bombas lapa llevan dinamita de la buena,mientras no exploten seguimos esperando post, que la pelirroja da para mucho, esperate a cigoto que me da a mí que no se va a quedar sin chapa de lapa.Yo ya me estoy cociendo de los dos lapas que la vida me ha agenciado, hay veces en las que ya los llamas para que colaboren aunque sea para pintarme las uñas,que son niños pero suspiran por una uña de color,una sola mamá,eso sí. Yo creo que tengo ya un síndrome derivado de la lapanería esta de los....La de los churumbeles.PD- de ayudar a limpiar ya si eso no hablo.
ResponderEliminarJajajaja. ¿Y la de material que te/nos da? Si es que te quejas de vicio... Besotes!!!
ResponderEliminarMi hija aun es pequeña, tiene un año, y aunque es follonera por 4, aún no me imita. Pero mi hijo que tiene 3 años y medio quiere colaborar en todo, aunque sea en el baño, y no precisamente cuando estoy limpiándolo. Imagina la escena, mami sentada en lo suyo y una cabecilla de pelos alborotados que dice, mami, te ayudo a limpiarte el culete?... Todo caballerosidad :)
ResponderEliminarFlor, cómo te entiendo...
ResponderEliminarEl colorao, que es un pesao, se empeña en "ayudáaaaa" en todo. Incluso cuando no tengo que hacer nada y se enfada si no colabora. A ver si cuando tenga 15 o 20 años sigue tan dispuesto.
Por Hallowen lo vestí de Chucky y para hacerle las cicatrices usé un perfilador de labios. Pues de vez en cuando se acuerda y tengo que sacar los lápices de maquillaje pa pintarrajearnos mutuamente.
Cuando un día le pregunté qué quería que le pintara me dejó con el culo torcío cuando me contesta "de princesa...".
Pues siento ser agorera, pero aquí una trimadre de adolescentes que te avisa de que eso no se les cura con el tiempo. Cuando llego a casa tengo complejo de gallina a la que le siguen los polluelos detrás pidiéndose la vez para contarme cosas o preguntarme algo (bueno, lo de pedirse la vez es hablar generosamente, más bien se gritan "cállate que estaba hablando yo" y cosas así de cariñosas).
ResponderEliminarQue te sea leve, moza.
No sabía quien era Carmen de Mairena y busqué en google.... que sustooooooooo!!!!! No creo que, por mucho que se esfuerce, la pelirroja quede igual. Mi nena muere por maquillarse y berrea terriblemente cuando no le presto mi bolsa de cosméticos, sufro de pensar cuando logre alcanzarla. Espero con ansias la segunda parte!!! Un abrazo!!
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