Aunque una tenga dos retoños en su haber y tuviera su primera rajada de útero en 2009 –cuando
aún no tenía cambios de humor ni cara de indio viejo- soy lo que viene a
denominarse una madre novata. Que sí, que sé lo que es un carminativo, que me
conozco los prospectos de todos los medicamentos infantiles y las dosis por
edades, peso y gravedad de la situación, que tengo un doctorado en películas de
emergencia para niños porculeros y sé que una cebolla pestosita cortada en la
mesita de noche hace más efecto para la tos que un chute de Actithiol o un
supositorio Pilka, y un poco más.
Pero salvo eso y algunas otras cosillas que he ido
aprendiendo por el camino del malvivir, soy una novata y no sólo porque ya soy
persona non grata en Salud Responde –al haber alcanzado el millón de llamadas-
sino porque sigo siendo una pardilla, que todo me da miedo y que tengo que seguir
a rajatabla los consejos de la pediatra, de la maestra y de las instrucciones
del mobiliario infantil para poder sentir que todo está orden.
Y luego viene la mamma, le endiña al niño medio churro
mojado en chocolate y mientras yo hiperventilo, me suelta la gran frase de ‘anda
que eres muy apretada, si eso se le ha dado a los niños de toda la vida de Dios’…
y todas las abuelas o abuelables del lugar asientan con la cabeza… ‘Pues yo a
mi chiquitillo le daba un trozo de jamón para que se le aliviara el dolor de
dientes’, ‘Pues mi Cristina como no quería leche se la manchaba con café desde
los tres añitos y mírala, maestra con plaza fija’ ‘Qué me vas a contar si yo a
mi Antonio Miguel le daba un bollo de pan para que se me entretuviera y con
menos de ocho meses se lo comía antes de que pudiera darme cuenta y no como
ahora con tantos ahogos y tanta lesshe’ ‘Y qué me dices de las medicinas esas
tan raras que le dan ahora, que de toda la vida de dios, se le partía media
aspirina y se diluía en una cucharita y se me recuperaban en un plis no como
con la leshe del Dalsy ese que los pone como motos pero que curarlos no los
cura, hombre ya, que van los chiquillos drogados a las guarderías las criaturas
y luego se les pasa y empieza la fiesta…’
Y una escucha atentamente mitad horrorizada mitad hechizada
por las palabras de las abuelas y abuelables que una vez fueron madres y no tenían
tanto remilgo con comidas, medicinas y medidas de seguridad y recordé –como ese
texto que rula por Internet sobre la generación de finales de los 70’s- todas
las anécdotas de aquellos maravillosos años cuando veíamos la Bola de Cristal –con su
particular pedagogía experimental- o Candy candy sin que nadie se preocupara de
nuestra salud mental y eso que yo estaba al borde pillar una depresión con
tanto novio muerto y tata huérfana falta de cariño.
O
cuando una hacía los deberes sin más compaña que la de 'Dartacán y los
Mosqueperros' o no los hacía y escondía la libreta apretada en la
mochila y no había retraso escolar ni informe PISA, sólo una maestra que
te
castigaba una semana sin recreo y a volar… Así que te comías el Tigretón
o el
Phoskito –porque entonces no había calendario alimenticio ni perro
muerto-
escondida tras la verja antes de salir para que tu madre no se coscara
de que
te habían castigado sin recreo… El problema es que luego tenías que
ingeniártelas
para escupir el puchero por dosis con visitas repentinas al baño o
ficticios
ataques de tos, sin que nadie te pillara… y si te pillaban, que te
pillaban, te
llevabas una bronca del quince o un guantazo en el culo con mano fina de
madre,
que picaban un rato... ni silla de pensar ni sermón alimenticio y el
postre ni lo
olías. Aquí no había supernanny ni cuadrante de buen comportamiento,
pero a la
próxima te comías el puchero o al menos depurabas la técnica del
escupido de
arroz…
Así que he pensado dar inicio a una nueva sección sobre aquellos
maravillosos años, en los que no había cinturones de seguridad, ni colegios
bilingües, ni sillas de pensar, ni rodilleras y aún así sobrevivimos… más o
menos bien.
¡¡¡Bienvenidos a aquellos maravillosos años!!!
Seguro que por aquel entonces habría otras preocupaciones y otros miedos que ahora ya no hay. Que la madre es madre porque se preocupa, y es abuela porque ya no lo hace tanto (siempre hay excepciones).
ResponderEliminarMe encantará tu nueva sección!
Muy bueno, creo que hay que llegar a abuela para dejar de ser novata. he, he.
ResponderEliminar¡Me va a gustar esta sección!
ResponderEliminarOoohhhhh!!!!! Que recuerdos trae todo esto! Me encanta todo lo que huele a mi infancia. De vez en cuando volveria atrás en el tiempo para dejarme criar por mi madre de nuevo!!! Sobre todo cuando el estrés de la maternidad me tiene al borde del coma irreversible.
ResponderEliminarNo me fastidies (iba a poner no me jodas pero queda feo no?) con que si le das café de chico cuando sea grande tiene plaza fija de maestro?....me lo apunto....jajajjajajajajajajajajajajajajajjaja
ResponderEliminarSiiiiiiii.....me gusta la nueva sección!!!!!!!
Qué bueno lo de Salud Responde, yo trabajo ahí y no te he cogido ninguna llamada por el momento, todo llegará jaja, no te apures que yo soy más novata que tú, ¿qué es un carminativo? y la dosis de apiretal o dalsy siempre la tengo que consultar cuando Hugo se pone malo, cuando llega el momento no me acuerdo de lo que le di la última vez...Eso de la silla de pensar lo harán en las guarderías, en casa un buen azotazo en la pierna que pique como hacía mi padre y punto, el caso es que ahora a ellos les da pena que lo haga yo con el niño, vaya tela, lo que tiene que aguantar una, yo les digo coño cuando yo era pequeña no teníais tanto remilgos! jajaja ¡abuelos!
ResponderEliminarMe encanta esta sección, es que antes todo era tan distinto!ahora comprándole a la Mollete un casco para la bici nueva porque no me fío ni un pelo que se me estrelle contra cualquier árbol y yo recuerdo perfectamente que nosotros eso del casco ni lo conocíamos jajjaja y aquí estamos tan felices!somos unas ñoñas, jajja, ya me veo llevando a la niña a la Universidad a hacer la matrícula para que no vaya sola, la pobre....
ResponderEliminarEsto me va a encantar, con lo nostálgica que soy yo... No olvidaré nunca esos columpios del parque medio oxidados donde nos arriesgábamos cada tarde a pillar el tétanos. Un besote!!!
ResponderEliminarOooohhhh creo que me va a encantar esta sección nueva!!! Como buena mamá novata, ahora discuto mucho con mi madre... y ella me contesta "oye, que yo os he criado a ti y a tu hermana y tan mal no me habéis salido!!!" Jajaja
ResponderEliminarEsto me va a encantar!!!
ResponderEliminarPodemos hacer aportaciones?? jajajajaja
ResponderEliminarMe encanta la nueva sección, esto promete
ResponderEliminarJajajjaj, que me entra la risa, me has hecho recordar, así de golpe, tantas cosas...., maravillosos años si señor, yo creo que ahora nos pierde tanto libro de instruciones para todo y tanto don perfecto. Que conste que yo me libero muchas veces y los dejo volar, me veo con sus años y lo bien que lo pasaba y venga, a tirar millas, que paso ya un poco de una sociedad que te marea la cabeza con tanto rollobaratodecrianzaespectacular. Que gusto va a dar leerte.La de los churumbeles.
ResponderEliminarMe encaaaaaaaanta esta nueva sección. Va a dar mucho juego, porque nos va a traer un montón de recuerdos a las cuarentonas, jaja.
ResponderEliminarBesos.
Dí que sí, que calculando calculando te saco 10 años, a mí la Bola de Cristal me pilló adolescente (mi mejor amiga salía salía haciendo bulto en una fiesta modenna, oleee!). Así que si necesitas recuerdos antidiluvianos y sabidurías antiguas... toca el pito, toca el pito, y en um momentitoooo ¡pum! a tu lado estaré! (veo a más de una gugleando este estribillo, jeje).
ResponderEliminarHolaaaa a todas, ya llegué, ya llegué a mi casa portuguesa!!! Después de 10 diítas en Sevilla, con mi mami, mi papi, mis hermanos, mi viejo barrio, mis amigos, sin wifi, con Semana Santa, con pasos, con compras locas (me he vuelto muy loca, lo confieso)....regreso a casa y me he encuentro que cambiamos a las suegras por aquellos maravillosos años...ah,aquellos años en los que era mocita, universitaria, despreocupada, iba al cine, al teatro, a conciertos, no dormía de noche (porque no quería, no como ahora que es porque no me dejan), con sus tapitas, sus cervezas, sus copitas....ay, Flor, aquellos maravillosos años....
ResponderEliminarMe gusta, me gusta. Pero ten cuidado, que hay por ahí un par de psicólogas (primas hermanas del Carlos González este o como se llame, seguro), que afirman que todos los que recibimos un cachete de pequeños, en realidad estamos traumatizados por eso. ¡Y yo sin saberlo, fíjate!
ResponderEliminarQ chulii!!!! :)
ResponderEliminarMe encanta :-)
ResponderEliminarAquellos maravillosos años están muy bien sino hablamos de la ropa y peinados que llevabamos..jaja
ResponderEliminarBesos