Echar de menos que la pelirroja se dedique a lamer espejos
cuando vamos de compras es una cosa muy triste. Básicamente porque eso implica,
no que una sea una madre nostálgica, dios me libre, que tengo yo la casa como
para estar nostálgica, sino que la niña tiene ahora un comportamiento aún más
pernicioso para mi maltrecha salud mental que la lamida de espejos a destajo,
que ya bastante me ruborizaba cada vez que la encargada de Zara me miraba con
media sonrisa forzada, loca porque nos fuéramos para poder darle al cristasol
con la ansiedad de la mamma.
Pues como reza el dicho, otros vendrán que bueno te harán y
ahora la niña ya no lame espejos, ahora desaparece entre el gentío, no despistándose,
no, sino quitándose de en medio a propósito para ver alguna prenda fluorescente
que le haya llegado al alma y si es Zara, pues igual la puedo controlar, pero
es entrar en un Primark donde siempre hay unos tres millones de personas –que imagino
que están contratadas de atrezzo o no me lo puedo explicar- y perderse y yo
como las locas de las películas de Antena3 cuyos hijos se pierden para siempre –pero
que al final vuelven al vecindario adoptados por una familia y ellas los
reconocen pero no saben cómo dirigirse a ellos en un drama muy grande de tres
horas y cuarto-. Y la llamo y la busco con los ojos desencajados para verla
aparecer viniendo hacia mí desde la otra punta del pasillo, con un jersey de
lentejuelas especialmente diseñado para una fulana de carretera diciéndome ‘ezto
ez lo que necezitaz para estar guapízima’ como si no hubiera pasado nada.
Y, claro, una entra en bucle de locura y le pega tres voces,
la amenaza con todo lo amenazable y luego entra en razón –o finge entrar- y le
explica lo peligroso que es perderse y todas esas cosas que hacen las buenas
madres. Como resultado, la tengo llorando como si le hubieran arrancando una
oreja, y diciéndome a grito pelado ‘mamá, pol favoooool, dame una oportunidad
para compenzártelo’ en plan galán de telenovela venezolana.
Y claro, la gente nos mira, cómo no nos va a mirar. Y yo le
digo a la niña que se calle o al menos que llore más bajito, pero ella ya está
en bucle y no hay manera. Y mientras llora como si fuera Lydia Lozano en su época
del caso Ylenia, va arrasando con lo que pilla, abrazada a mi cintura, no por
sentimiento de culpa sino porque he amenazado con castigarla, que mi niña es
muy práctica, y como no deja de explicarme a voz en grito y entre hipidos ‘que
ez que yo lo que quería era buzcarte una ropa chulízima’ mirándome y andando de
espaldas, acaba dejando a su paso un reguero de perchas y vestidos de nueva
temporada y pisoteando a niños, mayores y ancianos, hasta tropezar con un
maniquí y tirar la columna de los complementos sobre la mesa de los jerseys de
hilo, mientras la encargada de la tienda me mira mitad con odio, mitad con
compasión, recordando, como yo, que cualquier tiempo pasado fue mejor…
Pobrecita, hay que ver lo que le gusta una lentejuela. Y ella sólo quiere ayudarte a ir moderna, jajajaja. Habrá que tener ojito con esta cuando esté en la edad del pavo, que si ya desde chica se viste con ropa hortera, qué va a dejar para cuando sea adolescente!!! Jajajajaja
ResponderEliminarFloooor, como he echado de menos a mi pelirroja y sus historias!!!! yo vuelvo a las andadas con un retoño más a mis espaldas!!!! un besote gigante!
ResponderEliminarAy madre, pobre Flor... si es que no se puede echar broncas a destajo! Hay que pensárselas antes, jejejeje....
ResponderEliminarLa niña te ha salido teatrera, jaja. Quien sabe, igual es la próxima Penélope Cruz (pero en graciosa y pelirroja)
Nunca he entrado a Primark, pero lo haría solo por ver a la pelirroja buscandote modelitos.. jajaja Mi hijo no se separa de mi lado ni un segundo, yo he sido rebruja y le he metido esos miedos desde muy chiquitito.. Yo me voy de compras mientras él está en el colegio..
ResponderEliminarDesde que trabajas ni nos contestas ni na.. snif snif imagino que no te dará el día de si..
Besos princesa.
Jajaja, encima te hace sentir mal porque lo habia hecho por ti.
ResponderEliminarMe sé yo de alguno que me come a besos solo cuando le llueven las riñas o se las ve venir. Y a ver como bronqueas a un pelirrojo que te besuquea por todas partes con cara de "enga ya, tonta, si sabes que mucho grito pero te derrites por mis cariñitos..." Así no hay manera.
Qué le gusta a la pelirroja un brillerío.
Hugo es otro petardo que se me despista en un nanosegundo para olisquear aquí y allí, y hacerle tonterias a las dependientas para que le digan piropos y le sonrían, y él se revuelca interiormente de placer como un cachorro en el parque....les hace pedorretas y les echa miraditas y sonrisitas a todas, madre mía qué zalamero ha salido este niño.Lo bueno es que lo llamo y suele acudir, así veo que no anda lejos. A mí el ser rebruja no me está dando tan buen resultado como a Susi jejeje
ResponderEliminarIr con niños, sueltos y sin carro, de compras a Zara, Mango o sucedáneo es un tremendísimo error, lo he aprendido de primera mano cuando me estaba probando unos pantalones y mi sobrino abrió la cortina del probador de golpe, con lo que le enseñé las bragas a todo hombre, mujer o niño que hubiera por la zona de probadores. Nunca más. Cuando quiera probarme algo iré sola, que es como más a gusto va una y al menos no te avergüenzan públicamente
ResponderEliminar¿En serio te dice "dame una oportunidad para compensártelo"? Jajajaja. Es genial!!! Bueno, vale, debes de pasar ratos muy malos pero reconoce que esa frase es genial. Un besote!!!
ResponderEliminarJajjajajja que cosas tiene la pelirroja, pero no dirás que no te ha llegado hondo, a mí si, que, al final cayó el jersey????!!!! El pequeño tiene la maldita costumbre de perderse, tranquila mamá que sé volver, pero mentira cochina, alguna vez he esperado y no tiene ni idea de donde me ha dejado, por eso salir de casa con él se convierte en un...,da igual que le lea la cartilla de amenazas en el portal, con lo larga que es....La de los churumbeles.PD- nunca he conseguido entrar en un primark, no sé si me estoy perdiendo algo pero tengo pánico a la marabunta que veo desde la puerta.
ResponderEliminarFlor hola, este es el primer comentario que te dejo, y es que me puse a leer las últimas entradas de tu blog, esá curadísimo... disculpa el léxico es que soy mexicana y para colmo norteña, pero me encantó tu blog.
ResponderEliminarSaludos
el miio http://miviajeparasermama.blogspot.it/
Jajajajajaja criatura! Te ha salido una drama queen de la muerte, qué buena es! Piensa que igual en un futuro te pones algo de lentejuelas para acompanyarle a por el Oscar ;-) Jajaja
ResponderEliminarBesotes y feliz finde!