Como bien sabéis, la pelirroja ha tenido diez días de
pseudogripe y digo peseudogripe porque aunque tenía fiebre y vomitaba y tenía
todos los síntomas y todos creíamos morir de estrés y preocupación, la niña
estaba como si con ella no fuera la cosa, con su traje de princesa encajado y
sus tacones de la Barbie
dando cojetadas por toda la casa, exigiendo su ración diaria de Peppa Pig y sus
valses con el pater o conmigo, en su defecto -que para los giros y las
reverencias la lagartona me tiene de segundo plato- pidiendo zumo y patatas de
paquete y anunciando su negativa a volver al colegio sine die con el dedo en
alto y la corona de la Bella
tapándole los ojos.
Pero claro, una creía que aquella rebeldía frente al yugo
estudiantil se debía a los efectos negativos de las medicinas y el
confinamiento en casa sin ver la luz del sol ni a otro ser viviente que no
fuera alguno de los otros dos mosqueteros –cada día con más mala cara-, que ya
se sabe que los secuestrados acaban pillando el síndrome de Estocolmo y no sólo
acaban amando a sus captores sino que acaban echando de menos el zulo donde
estuvieron cautivos, que se ve que la razón humana es de todo menos razonable.
Pero no. La niña se nos ha vuelto subversiva y ahora que ya
está buena y que ya no hay que mantenerle las nuevas rutinas o, mejor dicho, la
ausencia de ellas nivel ‘pobrecita está mala, que no coma si no quiere’, dice
que tururú, que el estatus de enferma griposa le va más y que se niega a todo
lo negable.
Así, después de diez días de encerramiento y pérdida de la
noción del tiempo y de las ganas de vivir, ahora no sólo no podemos relajarnos,
sino que tenemos que luchar activamente contra el enemigo y su voluntad
insumisa. De hecho, ayer mismo que fue el primer día de la vuelta al cole
postgripe vivimos una intensa mañana en la que la nueva versión rebelde del
pelirrojismo se negó a vestirse y a peinarse y mucho menos a oír hablar del
colegio.
Y con el cuerpo rotito que tiene una mujer decente como yo a
esas horas intempestivas, me vi obligada a atraparla con las piernas cual mujer
alacrán mientras procesaba 200 amenazas por minuto para poder vestirla, esto
es, leotardos, polito, falda peto imposible de colocar, jersey, zapatos y moño
en el pelo y de traca el chaquetón, al que odia sobre todas las cosas.
Y aunque parecía imposible, lo conseguimos –bueno, peinarla
no, pero total, tampoco parece peinada cuando lo está así que para qué
malgastar energía en una mañana tan mala-, pero aún así se atrincheró tras el
sofá, diciendo que al cole no iba, ‘que eztoy mala, ¿no vez, mamá?’ mientras el
pater esperaba impaciente en la puerta y yo me deslizaba por el parqué como un
espectro y trataba de negociar con ella como hacen en las películas de antena
tres con los atracadores de bancos.
Contarle lo mucho de menos que le habrían echado ‘lozamigoz’
como ella dice, y las ganas de verla que tenía su adorada maestra, una promesa
de una visita previa a los columpios, más unas chuches a la salida, un paseo
vespertino con los primos y muchas amenazas veladas fue lo que me ha costó que
se decidiera a contribuir con la sociedad y a mover el trasero hasta el
colegio, así que de momento eso lo tenemos cubierto. Sólo me queda luchar
contra su negativa a la comida, al desenredo capilar, a acostarse a horas
decentes, a dejar de tragarse episodios de Peppa Pig de ocho en ocho y a que se
olvide de todos los mimos y consentimientos extra que recibió durante su
convalecencia… pero eso ya mañana, que se me baja el potasio de tanto
cansancio. Y es que como día mi madre ‘No es lo que mi niña enfermó sino lo que
le quedó’…
Como dice mi madre, No es la enfermedad que pasó sino el mimo que le quedó.... Yo estoy igual!
ResponderEliminarEso, eso... Ánimo, pues!!
EliminarMe alegro de que ya esté mejorcita!!!! ya verás como poco a poco vuelve a coger sus rutinas. Miedo me ha dado leerte porque ahora soy yo la que tiene al primogénito con gripe y por eso de que "está malito", se le consiente todo. Pero despues de leerte creo que voy a pararle los pies antes de que sea demasiado tarde... :S Besos
ResponderEliminarSí, ajajajja, hazlo!!
EliminarMiedo me da leerte! La mía aún está en fase de recuperación y ya hemos empezado a batallar por la comida y los "bubujos". No me queda nada!! Y eso que cuando enferma me digo que no la voy a consentir tanto como la última vez, que después no hay quien vuelva a la rutina, pero claro, va ella y te mira con los ojitos de "estoy malita" y no hay quien se resista. Una que es débil!!!
ResponderEliminarBesos
Cómo te entiendo y cuando no es por pena es por que se calle, pero vamos, al final es lo mismo!!
EliminarSí, es cierto; a veces es más porque se calle, sobre todo con los dibujos!!!
EliminarJajajaj, ay, pobre!!! Pero mira el lado bueno, ahora ya puedes incluir en tu currículum el título de "Negociadora en situaciones críticas" que te lo has ganado a base de bien... jajaja
ResponderEliminarOye, pues igual encuentro curro así!
EliminarTomo nota! Qué bien me viene este post para cuando se ponga mala mi gordita no cometer excesos. Hay que aprender de los errores ajenos, nooo?
ResponderEliminarAunque, para qué engañarnos, yo soy de consentir más bien poco, sólo cuando me pilla con la guardia bajada... Pero para compensar mi racanería ya están las abuelas y mi contrario :-)
Feliz martes y ánimo Flor!
Vas a tener que venirte a mi casa y poner un poco de orden, jajaja
EliminarJejeje..Madremia...que tu pelirroja es muy lista!!
ResponderEliminarY tanto!!
EliminarBuah pobre. Pero yo no tengo tan claro como tu que sea efecto postfiebre, porque la mía lleva así 2 semanas, que no se quiere vestir ni peinar. Toooooodas las mañanas la misma guerra. Termina llorando toooooooodas las mañanas. Como buena madre bipolar, unas veces estoy a buenas y le digo "Muy bien, pues toma el pantalón, toma la camiseta y póntelos tú", me marcho de la habitación y entonces la niña se cabrea, se pone a llorar, tira la ropa al suelo y al de 2 minutos vuelvo y le digo "Ahora quieres que te vista?" y me dice "Siiiiiiiii" con lagrimones rodándole por la cara. Otras veces estoy a malas y le pego unos gritos terribles "Pues me voy yo sola al coche y te dejo aquí!!!!! te quedas sola en casa!!!!!" Y me largo de la habitación de malas maneras y también, se pone a llorar y me ruega que vuelva "Mamáaaaaaaaaaaaaaaa!!!" Y cuando vuelvo me dice que le vista...... y así casi con cada prenda...... Imaginate lo fácil que es perder los nervios....
ResponderEliminarSi es que la maternidad debería estar pagada!! Así cómo vamos a levantar cabeza?? jajajjaja
EliminarQué consuelo Naiara! Yo tambpoco tengo claro que sea el efecto postfiebre. En mi casa estamos toooodos los días igual, aunque aquí el problema es peinarse y lavarse los dientes (que se ve que la niña me ha salido un poquito marrana, jeje). Nunca quiere ni una cosa ni la otra y como tú dices unos días se tiene más paciencia que otros y hay veces que mis gritos y sus lloros los debe de escuchar todo el vecindario... Pfff! Qué estrés!!!
EliminarMenos mal! Yo pensé que la mía era la única que no se quería vestir; todos los días protesta y lloriquea para vestirse y además lo por sus narices; la semana pasada estaba un día con mi madre y le empezó a llorar porque no se quería vestir, mi madre le dice: "Noa, no llores, que no me gusta que llores para vestirte" y va la otra y le dice: "No preocupes abuela, a mamá también le lloro todos los días", como diciendo: tranquila, que no es nada personal; si es que saben más!!!
EliminarVeo que se ha recuperado bien. Ha recuperado energías cosa mala... Besos!!!
ResponderEliminarPues sí... y no sé qué es peor!
EliminarDesde luego Flor, que insensible eres, no ves que esta malita jajaja,serán chantajistas,si es que se las saben todas, nos dan mil vueltas, no quiero ni pensar que será de nosotras en plena pubertad.Mi rubito después de toda la semana malito ha vuelto con muchas ganas,la verdad es que va muy contento todos los días.Un besito.,,
ResponderEliminarUff, la adolescencia me da pavor... Ya la veo con rabillos en los ojos antes de la Comunión! Ayyy
EliminarPues idem de lo mismo,que esos días pasas un poco de rutinas y tanta norma y luego pasa lo que pasa,que el río se desborda y tragamos mucha agua,pero nada,que la vuelta a la normalidad,entre comillas,está chupada....,pero yo termino muy mal,eh,un agotamiento y no sólo físico,el mental me mata,acabas dandote cuenta que son ellos los que han hecho negocio contigo y menudo negocio,como dice el pequeño-mamá,si eso dentro de 5 días empiezo a...,vale, mamá acuerdate,apuntalo si eso,que si no apuntas se te olvida todo.La de los churumbeles.
ResponderEliminarJajjaja, si el agotamiento mental es peor!!! Del físico al menos te recuperas!!
EliminarJajajaja no sabe nada la pelirroja! Mucha suerte con la vuelta a la normalidad, espero q no tarde mucho! Aunq me da a mi q esta se va a aprovechar de "estar malita" un tiempo...jijijiji
ResponderEliminarVuestros hijos tienen todos entre 2 y 3 añitos, no? A mi con mi Pitufina me pasaba igual. Comer, una guerra, vestirse, otra guerra, peinarse, otra guerra, lavarse, otra... Lo de la comida no se ha arreglado mucho, pero el resto, ahora que casi tiene cuatro años, sobre ruedas. Y también he pasado (y paso aùn cuando le coge un mal dia) por todos los estados que describis, incluso una vez la llevé al cole en pijama. COmo no me pondria!!! En francés se suele decir: "petits enfants, petits problèmes, grands enfants..." (Niños pequeños, problemas pequeños, niños grandes...) Pues eso, despaciiito, despaciiito (moins vite).
ResponderEliminarPD: Flor, hace varias veces que te leo y me encanta tu estilo de escritura. Nunca te habia comentado, asi que ahi va la primera vez. Un saludo. Por aqui me quedo.
No le temo a la enfermedad q cogio, sino al resabio q se le quedo!. Esas son las palabras de mi madre! Jejeje.
ResponderEliminar