1.- Cierto es que no te invitan a ver Peppa Pig en el sofá pero
no es como si no te invitaran a ver la última de Coppola, así que entre ver a
una familia de cerdos tirarse al suelo y hacer como que eructan –o lo que sea
ese extraño ruido- o tener un rato para poder leer aunque sea en el móvil con
los ojos como un chino mandarín, me quedo con la lectura aunque me gane tres
dioptrías y tenga que concentrarme para que los gritos de la cerda no me
taladren el hipotálamo.
2.- Tus hijos no quieren que te cases con ellos. Lo cual me
viene muy bien ahora que el vestido de novia no me cierra y no tengo ya el pelo
para recogidos sevillanos, por no hablar de evitarme hacer los paseíllos por el
salón clavándome las mazorcas de maíz de plástico en los pinreles mientras
entono a Mendelssohn con los ojos en blanco. No me veo, no.
3.-
No quieren que los duermas. Lo cierto, es que meterte en
una cama de 90 junto a la susodicha vástaga, al ratón-oso raruno de
Imaginarium, a la Nenuco
bizca, a la ovejita llena de mierda que ya no es blanca sino gris oscuro
casi
negra, a la Minnie con el ojo pintorreado, a la Barbie
falsa desnuda y a la muñeca raruna que sirve para meterle pijamas
dentro, no es
lo que se dice un plan molón. Si además has de contar un cuento con la
mano
tiesa de la Barbie
clavada en el párpado y amenazar en arameo, la tarea resulta agotadora,
pero
nada comparado a cuando logras tu objetivo y sales del cuarto como si te
hubieras bebido dos botellas de orujo de las que preparaba el abuelo de
tu amiga para nochebuena y/o te hubieras jalado dos cajas de
valium 5.
4.- No te dan chuches o no tantas como al poli bueno, lo
cual es también una buena noticia porque aunque tengo repelús al recordar
cuando me comí un puñado de gusanitos chupados que la cochina de la pelirroja
había metido nuevamente en la bolsa. Si una va a invertir en grasas saturadas,
en caries y en gigantocaderas, hagámoslo a lo grande y no con palotes
rechupeteados y nubes manoseadas.
5.- No quieren
bañarse contigo. O sea que no quieren tirarte su colección de muñecos de la
bañera de plástico duro como el acero a los pies, ni empujarte con la Nenuco peinados embotada de
agua helada hasta dejarte con el grifo clavado en las cervicales –como estoy yo
de los mareos-, ni dejarte ‘congelaíta’ porque el agua siempre les parece que
quema, ni comerse tu esponja, ni rebozarte en espuma que te deja la piel tiesa
como la mojama, ni tratar de lavarte el pelo con dos litros de champú y lo que
es peor, desenredártelo con la fuerza de Sansón y la malaleche de Risto Mejide…
¿De verdad hay que lamentar que nos priven de eso?
Bien, bien! Yo también, poli malo forever. Sabía yo que ser el poli malo tenía lado bueno! jeje
ResponderEliminarBuenos días!!
Me has estresado mucho, el tema de la cama llena de muñecos extraños y cochinos me es muy familiar, jeje, y lo de las chuches, toda la razón, voy a seguir tu ejemplo. Muy divertido Flor, como siempre.
ResponderEliminarQue pases buen día!
jajajajaja, tienes razón, ¡¡mola mucho!! Sobre todo en lo de salir de la cama tras dormirla borrachita perdía o la de tener que jugar a juegos estrambóticos :-)
ResponderEliminarsoy el poli malo,pero de futbol aunque no me gustan hablan mas conmigo que con el padre .
ResponderEliminary hacemos hasta la quiniela semanal-----como son dos niños
por lo menos me libro de la edad del pavo de algunas niñas que se las traen(las risas, la cuajaera,los amoríos,el que me pongo etc.....)
se que sere suegra algún dia ,pero ahora me aprovecho que los piropos y los besos son para mi ,por que soy la Reina de mi casa jajajaj no hay mas niña que yo
Para nada hay que lamentarlo. Para nada mujer!!! Jajajajajja. Compensa ser poli malo. Yo lo seré el día que me toque, jaja.
ResponderEliminarLo de los gusanitos mojados de babas...ayyyy, qué fatiguitaaaaa!!!
Dí que sí, ahora me has hecho venir ganas de ser el poli malo. Me voy a cambiar los papeles con mi marido!
ResponderEliminarYa sabía yo que por algo era el poli malo, tontas no somos! Mi hijo no quiere casarse con el padre ni conmigo, pero si le encanta saltarte encima, aporrearte con su nueva espada de madera, jugar al futbol o lo que es lo mismo, darte mil patadas, ensañar sus posturas de karate y dejarte medio lisiado... así que yo... poli malo forever..
ResponderEliminarBesos
Definitivamente, mi morena es masoca, porque a pesar de mi papel de poli malo, tengo que ser yo y sólo yo, la que haga todas esas cosas con ella. Eso sí...anduve lista y le puse una cama de 1'35, por eso de las apreturas.
ResponderEliminarYo no sé si estoy tan de acuerdo. Yo soy el poli malo en mi casa desde el principio, principio! Y sabes? Se echan de menos ciertas cosas... porque casi nunca quiere jugar conmigo, no quiere ver la tele conmigo por si se la pongo en inglés y que encima agarre de la mano al padre y cante "somos novios, nos queremos,..."
ResponderEliminarEn fin...
Pues hija, yo debo de ser una caca de poli malo, porque mis retoños siguen queriendo estar conmigo a todas horas, jugar conmigo, ver la tele encima de mí, meterse detrás de mí en cuantito me ven entrar al baño...¿que es lo que he hecho mal, por Dioooooooosssssssss?
ResponderEliminarPues hoy con tu blog le vas a alegrar el día a mi hermana cuando lo lea, ayer mismo se quejaba de que su hijo la ignora cuando está con el pater y que se niega a darle besos, con lo que está bastante picada y celosona
ResponderEliminarSi es que hay tareas que es mejor hacer en soledad y si para eso hay que hacerse odiar un poquito, pues oye, daños colaterales, que les llaman. Besotes!!!
ResponderEliminarJi, ji, ji...eres el poli malo.....pero Cigoto todavía no ha crecido, estás segura de que siempre vas a ser el poli malo???, ...ji, ji, ji (risita de brujilla que tiene dos niños y una niña....y te aseguro que bailarás con tu nene)
ResponderEliminarYo disfruto de los cinco puntos el fin de semana, cuando se los encasqueto al padre, no puedo negar que es cuando aprovecho para mirarme al espejo, de todos modos tengo que estar alerta, la última nota la tiene que poner siempre mamá, sobre todo a la hora de taparlos en cama, es que papá me tapa mal, de las llamadas nocturnas cuando las hay,pocas la verdad,tampoco me libro, por más que les recuerdo antes de dormir-está papá en casa.La de los churumbeles.Buen post.
ResponderEliminar¡Yuju! Ayer me quedé de bajón porque sé que me va a tocar ser el poli malo (ahora mismo no hay polis porque el retoño sólo tiene tres meses, nos conformamos con ir sobreviviendo), pero después de tu entrada de hoy sólo veo ventajas.
ResponderEliminarGenial, como siempre.
Acabo de llegar a tu blog por curiosidad y me has hecho llorar.... ¡¡¡¡¡de risa!!!! Cómo me suena lo de los gusanos rechupeteados, los gajos de mandarina remanoseados y demás cosillas. Yo también soy poli malo más veces que el contrario, pero otras veces la nena sólo quiere estar con mami, lo cual, ayuda. A pesar de los pesares, blanda que es una :P
ResponderEliminarjajajajaajaj yo creo que todas las madres sois los polis malos y los padres las que los miman sin duda alguna!
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