Mis vecinos se pirran por las obras. Es un hecho. Y les
gusta hacerlas por partes para que el resto podamos disfrutar de sus daños
colaterales en más de una ocasión y con la parsimonia que se merece. Así que en
esta casa vivimos en un no parar de derribo de tabiques, lijadoras eléctricas,
taladrados ensordecedores y martillos hidráulicos que ríete tú de Thor en un
día de furia, y todo lo que conlleva una obra de ésas que se vienen anunciando
durante años –como si fuera la nueva edición de Supervivientes- y duran más que
las de El Escorial.
Si no fuera madre, diría que lo que peor llevo son las
eternas pisadas de yeso que tengo hasta en la frente, porque mira que yo desde
que me hice madre dejé de ser una persona limpia y ordenada, bueno, que me
conformo con que no haya gusanitos machacados en el suelo y restos de yogurt
por el sofá, quiero decir, pero las pisadas me vuelven muy loca y si son de
polvo, más, porque me da la alergia psicológica, con lo malísima que es y cómo
me pone los bronquios psicológicamente hablando… Pero como soy madre, las
pisadas me trastornan, no voy a decir yo que no, pero sólo un poquillo, que yo
tengo los trastornos muy en alza y no doy abasto en esto de trastornarme.
Así que creo que lo que llevo peor son los ruidos y no los
ruidos de base con los que yo y mis tímpanos perforados hemos aprendido a vivir
como si fuéramos controladores aéreos con jornada intensiva, hablo de los
ruidos a traición, de esos que no te esperas y te asaltan justo en el peor
momento posible, dejándote al borde del infarto como cuando aparece el niño
chino de la Maldición
en la pantalla y no te da la vida ni para gritar. Pues eso mismo.
Pero como una se ha vuelto solidaria con esto de la
maternidad, pues su miedo no es que una muera de un infarto sino que lo hagan
los pelirrojos… bueno para ser exactos y sinceros, el miedo es que los pelirrojos
se me vuelvan locos, más locos quiero decir o más porculeros porque estos
obreros, agentes de Lucifer, tienen a bien enchufar el martillo hidráulico
justo en el momento en el que, tras tres horas de meneos y siete nanas inventadas
con voz primero amorosa y luego demoníaca/violenta, Cigoto hinca por fin la frente
y se duerme.
Y entonces suena el martillo y todo son manos en alto a lo
Lola Flores y ojos abiertos de par en par y no hay relax ni descanso para
nadie, Cigoto penoso pero espabilado haciendo el orangután –que es su nuevo
deporte- y la pelirroja que estaba viendo Peppa Pig en silencio, también se me
rebela y me pone la tele al máximo para tratar de entender a la cerda y
entonces Cigoto más se me revoluciona y más orangutanea y yo me debato entre
hacerme la muerta contra la encimera de la cocina o dejarme llevar por la furia
y salir con la escoba en alto –y llena de pelusones- dispuesta a abrirle la
cabeza a la cuadrilla de la obra.
De momento me he conseguido frenar… no por ética, dios me
libre, sino porque me da miedo pensar que suba con esta cara de loca de andar
por casa, con el pijama del pater puesto y que resulte que los obreros sean
como los de la coca cola light y tengamos un disgusto.
No obstante, tengo preparada la careta de la pata Daysi que le
dieron a la pelirroja en el último cumpleaños por si la cosa se pone fea
finalmente y tengo que iniciar la masacre.
jajajajajajjajaja Sencillamente genial! Que buen post!
ResponderEliminarCon lo que son unas obras! Yo es pensar en obras u/o derivados y me entra el sudor frío. Me cambia el humor. No te digo nada si me despiertan a la nena, vamos.. que seguro que me parezco a la niña del exorcista en cuestión de segundos. Con la de cosas que se inventan hoy en día y que todavía no tengamos antibióticos infantiles chachis y maquinaria de obra silenciosa, es una desfachatez! jajajaja
Besos y Buen día!!
Una gran desfachatez!!!!
EliminarFlor te superas día a día... Eres sublime, me ha gustado cada frase, cada palabra, cada coma... Yo también sufro las obras vecinales pero la.mía son los fines de semana y festivos... Por eso del "hazlo tú mismo". Gracias por hacerme comenzar la mañana con una sonrisa esa cuando no a carcajadas. Cuidaros . T.M.
ResponderEliminarMuchas gracias!!!!
EliminarNo creo que tengas la suerte de que los obreros sean como lo del anuncio de CocaCola... Serán de esos que llevan el mono lleno de yeso y eso si tienes suerte de que lleven mono. El peor caso es que en lugar de mono lleven una camiseta y unos vaqueros y cuando se agachen se les vea la hucha. yo votaría porque son de esos, jajajaja. Es lo más común, hablando de estilo obrero.
ResponderEliminarA mi también me ponen mala las pisadas. Me dan un asco... Bueno, y todo en general, que como aún soy nomadre, sigo siendo limpia y ordenada. Ya me tocará el turno de dejarlo de ser como te ha pasado a ti, jajaja.
Porqué te pones el pijama del páter?? Es más cómodo?? Lo digo por ponerme yo uno de mi marido :P
¡Besos!
Los pijamas de hombre son muuucho más cómodos!!! Pruébalo!!
EliminarQue bien escribes coño.. perdón por la palabrota!! La verdad es que no he tenido nunca una obra cerca, pero me imagino que no tiene que ser agradable, aquí todo lo más que escucho es el cortacesped de los vecinos, que debería de existir un día obligatorio en el que todos lo hicieramos, pero noooo, cada uno cuando le da la gana, eso si, a las siete de la mañana.. Es que las pisaduras de yeso tienen que ser lo peor, no quiero ni pensarlo que me da un soponcio..
ResponderEliminarUn besazo y espero que estéis mejor..
Gracias, amore!!!!!
EliminarYo voto por subir y pedirles amablemente que dejen de dar el coñazo de una puta vez, que la siesta es sagrada y eso lo sabe todo el mundo, ¡hombre ya! y más si se tiene niños que su descanso es lo primero....
ResponderEliminarPero con careta??
Eliminarsin careta, qué demonios....jaja y a ver si les asustan tanto los ojos desencajaos y la cara loca que no vuelven a hacer ni un ruido jejejeje
EliminarHace unos meses nosotros reformamos el baño del dormitorio...no te digo más. Aún recuerdo con horror el estrés de intentar que ninguna de mis criaturas se cayera en el pozal del cemento, o se partiera la crisma con las baldosas, o se metiera dentro del armario nuevo, o de la bañera....aaaaaaarrrrrrrgggggggggg
ResponderEliminarArgggggggggg
EliminarEstas son las palabras que mejor describen el tema obras, hasta el moño estoy pero le echo gracia jajjajja,si es que tienes salida para todo.Cuando tocan,siempre tocan en el peor momento,nos sacamos los zapatos antes de entrar y sufro durante tiempo el seguir hablando a gritos de los churumbeles.La de los churumbeles.
ResponderEliminarCuánto sufrimos...
EliminarJajajajajaja. Estoy muyyyy harta de los ruidos de obra. En mi edificio también parece que se ponen como envidiosos y, en cuanto uno termina, empieza otro. Que digo yo que bien podrían ponerse de acuerdo y reformar todos a la vez, así por lo menos pasamos el disgusto de un trago. Besotes!!!!
ResponderEliminarClarooooooo
EliminarLo de la careta de Daisy es lo más... deberían venderlas previo exámen psicotécnico, como los perros de raza peligrosa jejeje
ResponderEliminarJajajajjajajajjajajjajajajajjajaja
EliminarUfff más razón que un santo!!! A esos ruidos vecinales tan espantosos y tengo que añadir que en casa tenemos el albañil dentro...con lo que eso conlleva...cada reforma hecha por nosotros mismos sin obreros de coca-cola que nos tiren los escombros! Jajajaja. Animo Flor pq son muy molestas, la verdad.
ResponderEliminarUy, pobre de ti!! jajjaja
EliminarYo optaría por la masacre, y sin caretas ni nada, como bien dice mi hermana LA SIESTA ES SAGRADA, y más si se vive en Andalucía, que no se respeta ya nada
ResponderEliminarHombre yaaaaaaa
EliminarEn mi casa siempre somos los de las obras, más que nada porque los demás se pasan 60 años sin pensar en mover una baldosa si quiera, y las casas hay que modernizarlas de vez en cuando. Eso sí, somos rápidos. Un verano, prácticamente reformamos la casa entera, y tardamos dos meses justos. Eso sí, si los vecinos se transtornan, os aseguro que quien hace la obra se queda al borde del internamiento en un psiquiátrico de máxima seguridad.
ResponderEliminarY había obreros cocacola??
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