miércoles, 21 de marzo de 2012

Una pelirroja en la familia


Cuando el matrón que me atendió durante el parto me dijo –mientras yo despertaba recosida cual Frankenstein de la cesárea- que la niña era pelirroja, hasta me reí, -pensando que se trataba de una broma de ésas que te hacen después de la anestesia para ver si reaccionas y así comprueban que no te has quedado medio tonta con el chute- entre otras cosas porque tanto el pater de la criatura como yo somos morenos tirando a gitanos oscuros y porque el propio matrón era pelirrojo y aquello ya iba a ser mucha casualidad.

Pero no. La nena era pelirroja. Pelirroja como las candelas. A mí la idea me hacía muchísima ilusión porque me parecía que era como tener una niña de diseño, como la protagonista de Annie o como las niñas que aparecen en los póster gigantes que cubren las paredes de la planta infantil de Zara, y que sería una pasada ir con mi niña de edición limitada, calle arriba y abajo, vestida como una princesita y luciendo pelirrojismo dentro de su flamante gigantocarro de inspiración inglesa. Todo muy vintage.

De hecho, la nena sacó tirabuzones y ojos verdes, una razón más para estar contenta y también para sospechar que no es mía y que el matrón me dio el cambiazo al nacer como en un telefilme de la sobremesa del domingo, aprovechando la confusión propia de un quirófano en hora punta. Así se lo comenté todavía en el hospital al pater de la criatura que, creyendo que lo decía en serio, me confesó que el día del parto ya se había asegurado de que éramos los únicos que estábamos en quirófano. “O sea, que sí es nuestra”, me dijo, “y si no, ya nos la quedamos”, añadió satisfecho. Y nos la quedamos.

De cualquier manera, la nena es clavada a su padre, a pesar de su pelirrojismo, lo que sumado a que una tía mía también tiene el pelo naranja -aunque lo oculte tras unas mechas rubias-, me ha exonerado de toda culpa y de las bromas acusatorias de los amigos que exigían fletar un avión para ir a buscar al supuesto verdadero padre a tierras irlandesas.

La pelirroja es guapa -no lo digo yo, lo dicen las tiendas en las que me han ofrecido hacerle fotos para sus catálogos, ea- y a mí, me encanta la idea de que sea pelirroja, quizá por eso me resulta curioso que cuando la gente se detiene para decirle monerías y alabar su “cara de muñeca” obvie el color de pelo, lo lamente o use extraños eufemismos, como si se tratara de una bizquera o un sexto dedo y escucho atónita cosas como:

“Ay, qué rubia más guapa”. ¿Perdón? ¿Dónde hay una rubia?

“Bueno, luego eso tira a rubio oscuro”. Y dale con el rubio, pero si yo no quiero que sea rubia…

“Tú no te preocupes porque mi nieto luego se volvió castaño”. No si yo sólo me preocupo por su nieto y el gasto en tintes de su hija…

Y así siempre. Un sinvivir. Y es que a mí me encanta que la niña sea pelirroja y si tuviera otra –aunque creo que eso no ocurrirá jamás- también querría que fuera pelirroja, pelirroja como Katherine Herpburn, Rita Hayworth, Julianne Moore o Emma Stone -como Tilda Swinton no, gracias-. Porque yo, la única pega que le encuentro a esto del pelirrojismo –también vale rutilismo, pero me suena a enfermedad de los 80- es que he de gastarme el doble que las otras madres en cremas protectoras solares para que la nena, blanca como la leche, no se me queme como un salmonete y, además y esto es lo peor, no puedo tirarme como un lagarto al sol como hace mi hermana con mi sobrino 'aconguitado', sino que yo he de ocultarme bajo la sombrilla como una guiri trasnochada. Y eso no está bien. Por el resto, me declaro fan incondicional de los pelirrojos. Total, tampoco me quedaba otra...

7 comentarios:

  1. Jajajajajaja, muy bueno!!!!

    Amelia.

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  2. Flor, el mio es rubio y TODO EL PUTO UNIVERSO hace bromas pesadas del tipo, 'al padre no ha salido el niño, ¿no?', y etc, etc que me tienen hasta el moño, pero no me importa para nada su color de pelo (ni que la gente sea tonta), lo que me corroe es lo siguiente: ¿en qué puñetero colegio le meto?
    Seguro que tú lo tienes solventado, pero urge un post al respecto. Besos sevillaniles.
    Sonsoles

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    1. Uff, lo llevo nada más que regular... El que está al lado de casa es lo peor, así que he echado la solicitud para otro que está más lejos y que imagino que no me darán... pero me niego a que la niña me venga con cuatro años con rabillos en los ojos y como sigo parada tampoco puedo permitirme uno privado... Un drama, vamos! Tú donde lo metes?
      Y sí, voy a preparar un post!! jajjajaja
      XXX

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  3. pues debe de ser preciosa tu niña!!!vamos de anuncio, y la verdad que la gente si es tonta del culo. Mi hijo mediano tiene los ojos azules y cuando era pequeño estaba harta de escuchar que de quien eran, en fin. Bueno me ha encantado tu blog y me quedo.+

    mipequenaadriana.blogspot.com

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  4. No seas presumida----- pero me la imagino y directamente me la como.... te envidio vamos la mía nació tal cual es "una Critter" jajajaja

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  5. Me recuerda a un caso muy cercano: El mío! TODA mi familia es morena, toda absolutamente sin excepción, mi familia materna TODOS tienes los ojos marrones, todos. La paterna igualmente marrones, excepto mi padre que son verdes y los de mi abuelo azules, el resto marrones. Como saldría la niña??? Pues cómo va a salir? Pelirroja con ojos azules!!! Lógico! De peque era una muñeca de anuncio, todos me paraban por la calle... acabé con un tic en la mano cada vez me tocaban la cara.

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  6. Como hay gente! mi niño tiene el cabello rojizo, precioso y bajo el solo se le pone naranjoso, hay de lo que tengo que soportar, mi suegra y mi cuñada me dicen todo el tiempo que si se lo pinto!, claro es super normal pintarle el cabello a un bebe de 1 año!, me dicen que de rato se le pasara el color, como ella le decolora el cabello a su hijo piensa que hago lo mismo, claro como el cabello rojizo es tan fácil de agarrar.

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