‘Es muy guapo, muy grande y parece pelirrojo’
me dijo el
ginecólogo y una vez más me lo tomé a broma, sobre todo cuando el otro
cirujano
dijo que para él era rubio como las candelas… así que yo seguía a lo
mío, medio
hipnotizada por el llanto del bebé y sin creerme nada, que mucha
puntería tendría que haber tenido para volver a hacerle una carambola a
la genética y
tener un segundo hijo exótico cuando tanto el pater como yo somos
morenos
tirando a gitanos, que se supone que son los genes dominantes o si no
que baje
Gregor Mendel y me lo explique.
Y en ésas andaba, con mi medio cuerpo cadáver y mi otro
medio lampando por ver al pequeño, cuando la matrona lánguida, sigilosa y sin
decir esta boca es mía, apareció a mi lado con el que me pareció el niño más
bonito del mundo, hecho una bolita minúscula a pesar de sus 4,065 –cinco gramos
más que la hermana, que otra cosa no, pero ojo tenemos- y untado de arriba
abajo con una especie de pasta blanca que apenas me dejaba verlo bien, pero era
tan redondito, tan blanquito y tan guapo que hasta la manteca ésa le sentaba
bien, que no se diga que una no es madre chocha.
A los cinco segundos se lo llevaron y me lo volvieron a
traer limpito como un señor y no había coñas, el niño era pelirrojo o al menos,
rubio pelirrojo –para no echar gota- y guapo como él sólo –aviso, aquí puedo no
ser objetiva- y se lo volvieron a llevar y me cosieron y me recosieron y me
pasaron a otra camilla como al Cristo del santo Traslado, haciéndome temer por
mi vida y viendo cómo me movían las piernas de un lado a otro como si fueran
las del vecino del quinto, mientras sacaban al niño de la zona de quirófanos
para que el padre, que había permanecido a las puertas del quirófano con su
traje de astronauta de la NASA,
pudiera mostrarlo al resto de la familia como en el Rey León.
Y a los cinco minutos me sacaron a mí en mi nueva camilla
–en la que ya me cabía el culo decentemente- por un pasillo lleno de gente a la
que le faltaba aplaudirme en una escena muy de Almodóvar, que me recordó a las
imágenes de los toreros rumbo a la enfermería tras una cornada mientras el
respetable le aplaude y mueve pañuelos como si no hubiera un mañana, y
entretanto llegué a mi habitación cuchitril que me pareció más bonita que
nunca.
Como esta vez no había sido por anestesia general, tenía la
cabeza perfecta –si obviamos el pelo enmarañado enredado en el gorro y el
trastorno habitual, claro- y aunque allí había mucha gente concentrada
dispuesta a felicitarme por el alumbramiento, no fue nada agobiante o al menos
no tan agobiante como la otra vez, más bien todo lo contrario, ni siquiera la
pobre pelirroja que se debatía entre morirse de miedo de ‘loz cablez’ que me
salían del brazo –léase los sueros con los que yo la amenazo cuando no quiere
comer y le digo que se va a poner malita- y de emoción ante la llegada del
nuevo hermanito y de su mama ‘zin barrigota’, dio guerra. Mucha guerra quiero
decir.
Y antes de expulsar a las visitas que se iban a almorzar en
trupe –para luego volver al epicentro de la fiesta hospitalaria, por supuesto-
me trajeron al nene en su cunita transparante, con un gorrito calado hasta las
orejas, un pijamita celeste y una carita redonda y monísima que me recordó a la
de la pelirroja cuando nació, aunque eso sí, ligeramente más varonil y algo
menos pelirroja.
El pater, emocionado, me lo colocó bajo el brazo para que
pudiera achucharlo, mientras la pelirroja se empinaba sobre sus pies regordetes,
apoyándose en su padre para darle al hermano el primero de una interminable
cadena de besos. Y sin apenas mover el cuello por aquello de respetar el reposo
de la epidural y que no me volviera a pasar lo de la otra vez, bajé la mirada
para verle la carita y me crucé con sus ojos achinados que me miraban como si
lo hubieran hecho toda la vida. Y miré a la pelirroja que a su vez miraba a su hermano con los ojos como platos.
Y miré al pater, exultante, que no podía dejar de sonreír. Y volví a mirar a Nicolás,
tan pequeño, tan bonito, tan indefenso, tan mío.
Y entonces tuve la maravillosa sensación de saber que, por
fin, ya estábamos todos. Como si siempre hubiera tenido que ser así.
Y juraría que nunca había sido tan feliz.
He acabado de leerte con una sonrisa bobalicona en la cara, de estas de madre hormonada como soy ahora y a punto de las lágrimas. Gracias Flor, por compartir con nosotros tus momentos de felicidad. Enhorabuena, enhorabuena una vez más por esa preciosa familia que ya formais. Besotes
ResponderEliminarGracias a vosotros!!
EliminarQué arte tienes hija mía! Lo mismo nos hace reír a carcajadas que los mismo nos hace llorar de la emoción por vuestra felicidad! Los buenos escritores tienen el don de saber contar de la forma más natural y realista posible su vida o la vida de los demás de una forma tan fidedigna que esta mañana he tenido la sensación mientras te leo que estábamos todos en el hospital con vosotros! Enhorabuena a los 4!!!Eres una artista! ¡Felicidades!
ResponderEliminarQué bonitooo!! Mil gracias!
EliminarOooooh... Flor, maldita sea; otra vez has hecho que se me saltaran las lágrimas :) :) :) :). Qué bonitooo. Verás cuando la pelirroja y el rubio-pelirrojo sean mayores y lean estas cosas. Se les va a caer la baba con su madre. ¡Qué ganas de ser mamá, por favor! Ojalá me llegue prontito mi turno, que no será por ganas y lo estamos intentando con todas nuestras ganas.
ResponderEliminarMuchos besos para la gran familia. Muuuaaaá
Ya verás como en nada estás meciendo a tu bebé!!
EliminarMadre mía, que me has hecho llorar de la emoción! No es amor de madre, Nicolás es precioso, precioso ( y vuestros genes la mar de cachondos, la verdad). Felicidades de nuevo!
ResponderEliminarJajjaja, gracias!
EliminarAy que bonito!!! se me ha saltado la lagrimilla!! pero q bien escribes puñetera.. ya verás como este niño va a traer un pan debajo del brazo y pronto nuestra profesión te dará las alegrías q t mereces. Un besazo!
ResponderEliminarOjalá! Gracias, guapa!!!
EliminarChica no puedo leerte me emociono un montón.No lo pasaba tan mal desde que veía Cristal ja ja ja
ResponderEliminarJajjaja, yo también veía Cristal!!! ajjaja
EliminarOhh Flor.. otra vez has vuelto a escribir las emociones como nadie.. Cuando os viera por la calle pensaría que la pelirroja era adoptada, pero a ver ahora como explicas que el segundo te lo han dado del mismo color.. jaja Seguro que formais una familia preciosa..
ResponderEliminarUn besito guapisima..
Muchas gracias!!
EliminarMadre mia que emocion,ahhhhh estoy intentando salvar algo de ni maquijalle mañanero,con lo llorona que soy yo,me has emocionado un monton!!! Tienes una familia guapisima Flor,felicidades!!!
ResponderEliminarGracias a ti!
Eliminarese momento es único Flor desde luego que sí, acuerdate de él cuando no te deje dormir jeje. Muchas felicidades y ahora a disfrutar del peque.
ResponderEliminarSí!!! Por eso lo escribo... para no olvidarlo! jajjaa
EliminarSi...... jo que bonito..... Me ha encantado y me has dado una envidia.... Estoy deseando que llegue septiembre..... Y cogerme la baja también, para que nos vamos a engañar. Estoy de currar sentada y de que me duele desde el culo hasta las costillas hasta las narices.
ResponderEliminarTenéis que formar una familia muy "grazioza", los padres morenos agitanaos con una niña pelirroja y un bebé rubio-pelirrojo. Jeje. La gente pensará que el pater es tu hermano y que el padre de los niños se ha quedado en casa X-D
Seguro!!! jajajjaja
EliminarCuando el gen pelirrojo hace presencia ya no hay nada que hacer, en mi familia somos 6, 3 morenos y 3 pelirrojos, incluida yo, pues bien, todos los que somos pelirrojos tenemos hijos pelirrojos, no importa el color del padre, mi hermana mayor tiene a los 3, que cuando andan por algún sitio de interés turístico le hablan en inglés. jajaja.
ResponderEliminarPero la única pelirroja es mi tía!!!
EliminarEn serio, Flor, cuando recuperes la cordura...bueno, cuando recuperes tu estado habitual, te voy a pedir que me reembolses todo el rimmel que me estás echando a perder ultimamente...sniiiiiif
ResponderEliminarwww.partosmultiples.blogspot.com.es
Claro!!
EliminarEste post ya prometía,y no ha defraudado,rebosa felicidad por todos lados,me alegro mucho por vosotros.Lo de los genes no te preocupes,es normal,nosotros también somos morenos,los churumbeles han salido rubios de ojos azules uno,verdes el otro.Nunca me lo hubiera imaginado.La de los churumbeles.
ResponderEliminarNos habrán dado el cambiazo??? jajjaja
EliminarXXX
Yo también tengo un rubio en la familia a pesar de que somos predominantemente morenos. Pero de una cosa estoy segura: el cambiazo no me lo han dado porque lo saqué yo con mis propias manitas, me lo puse encima y ya no me he separado de él.
EliminarSi es que no hay nada más emocionante en el mundo que coger a tu bebé recién nacido. La noche.primera del nacimiento de mi niña, que durmió a mi lado, bajo mi brazo, me contaba el papá que me despertaba, la miraba.y decía "ay qué bonita", y volvía a dormirme :-) Muchas felicidades por la familia, lo mejor de la vida!
ResponderEliminar:) :). Qué bonito Ana00
EliminarQué bonito!!
EliminarAyyy, qué emotivo... O sea, que no es rubio, sino rubio-pelirrojo. Mira, como yo, aunque yo me lo tiño porque me resulta un color complicadísimo. Jajaja. Enhorabuena otra vez y que seáis muy felices los cuatro!!! Besotes.
ResponderEliminarEres rubia pelirroja??? jajjaja
EliminarTe lo prometo. Es como un rubio anaranjado complicadísimo de describir.
EliminarAinns que bonito!! me has dejado al borde de la lagrimilla, justo en estos dias que me estoy planteando la opción de repetir maternidad :,)
ResponderEliminarAnímate!!!!
EliminarEnhorabuena!!. A disfrutar mucho, q ya sabes que todo esto se pasa enseguida.
ResponderEliminarBesos.
Claro que sí!!
EliminarOtra vez he terminado llorando!!! Desde q estoy embarazada parezco un valle de lágrimas!! Qué ganitas de verle la cara a mi princesa...hoy hemos ido a hacer la eco 3D y nos hemos emocionado; se veía tan bien... Y su hermana diciendo: es guapísima!! Por cierto, habemus nombre: Celia
ResponderEliminarMe encanta!!!! Muchas felicidades!! ya nos contarás...
EliminarXXX
Aiii, con lagrimas en los ojos he terminado de leerte, que imagen más bonita la que relatas al final, es como si al verte tan feliz te da como por llorar, pero de alegría,verdad? Me ha recordado a cuando tuve a mi niño y paso mi hija a verle con ese gorrito verde, y tan pequeñita, y es cierto, que como tú, en ese momento senti que estabamos todos, como si eso es lo que tuviera que pasar.
ResponderEliminarGracias por contarnos tu experiencia y por traerme tantos recuerdos bonitos a la memoria.
Un besito para ti, para el pelirrojismo y para el hermanisimo.
Muchas Gracias Flor!!! Soy primeriza y tengo cesárea programada para el 1 de Julio por tener placenta previa (o para que todas nos entendamos , placenta baja). Gracias a tí, ya sé a lo que me voy a enfrentar ese día y no con el dramatismo y morboseo que le da la gente, si no con mucho humor como nos gusta a nosotros, que oye!! mi marido tb te lee y todos los días me pregunta para que le envíe tus crónicas!!! . Somos fans de tu pelirroja y cigoto ninguneado que es una preciosidad de niño. Enhorabuena por tu familia y tu blog!!!!
ResponderEliminarJolines Flor! Hasta ahora había conseguido no llorar con ninguna entrada! Pero hoy lo has conseguido, jodía! Jajajaja!!!! Un beso enorme :)
ResponderEliminarEnhorabuena Flor!! Acabas de describir lo mismo que vivi yo ( con kilo y medio de niña) cuando su hermana mayor la cogio en brazos y le dio su primer beso, la sensacion de "ya estamos todos" fue maravillosa. Un beso familia
ResponderEliminar¡otra vez llorera Flor! ¡Qué maravilla, enhorabuena!
ResponderEliminar¡ FLOR, espectacular ! y no digo más porque me ha corrido por la espalda un escalofrío de emoción que me impide dar a la tecla más allá de estas letras.
ResponderEliminar¡ Ufffff, qué bonito poramordedios !
MUAAAAAAAAAAC
Es una maravilla leerte, he tenido la sonrisa en la cara durante todo el post. Y el final no puede ser más tierno.
ResponderEliminarEnhorabuena por esa preciosa familia.
Besucos
P.D. No me está viniendo nada bien leerte últimamente, me están entrando ganas del segundo y juré que no. De hecho he regalado toooodo!!!!
Que bonita sensación, vivo esperando a que me toque jejeje. Te mereces lo mejor y ahora ya ha llegado, por cierto, te he mandado un email, que igual con el trajin no te ha dado tiempo...
ResponderEliminarBEsos.
Vengaaaaaa... Otra vez a llorar hoy... Primero la graduación de mi heredero mayor de Infantil, luego la despedida de mis alumnos y ahora esto...
ResponderEliminarTuve la misma sensación cuando al nacer mi heredero menornos quedamos los cuatro solos, admirando mi preciosa familia y sabiendo que eso era todo lo que necesitaba.
Gracias por ponerlo con palabras.
Qué bonitoooo.
ResponderEliminarEso quiere decir que ya a por el tercero no vas...
snif... lloro y lloro, que momento más memorable y que hermosa manera de escribirlo. Tienes un enorme talento, ojalá sea recompensado en tu profesión, te lo mereces!.
ResponderEliminarY amenazo con dejar de leerte porque ya se me está antojando repetir en la maternidad... nooo!!!
ay un post tan tan bonito, que yo no quiero tenerlos, pero para que me animas
ResponderEliminarAcá me tenés, llorando... Qué hermosa crónica del nacimiento. Bienvenido!!!
ResponderEliminarOstras, qué bonito, madre, aquí estoy moqueando!!!
ResponderEliminarDonde este un parto natural....no lo sabes por esa decisión bajo mi punto de vista egotist
ResponderEliminarYo creo que mi decisión puede ser de todo menos menos egoísta... La que sufre soy yo y mi cuerpo y reduzco mucho los riesgos para el bebé de, por ejemplo, sufrimiento fetal y parálisis cerebral...
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