Cuando una es una nomadre puede ir por el mundo fingiendo
ser una chica perfecta, aunque tenga el culo del tamaño de Sudamérica, el pelo
crespo y le caigan goterones de sudor por el cogote porque siempre puede
encontrar un hueco para hacerse con un modelito que le haga buen tipo, hacerse
la plancha con doble dosis de spray anticalor e incluso, para mitigar el calor,
hacerse una trenza de espiga, de ésas que se llevan tanto ahora y con las que
mi hermana me torturaba en sexto de EGB a base de tirones que me sacaban el
líquido encefálico por los funículos capilares y que eran tan tirantes que me
dejaba con cara de pequinés enfermo.
Pero cuando eres madre, acabas por ir corriendo a todos
sitios, aunque no tengas prisas, y antes de salir -en ese justo momento en el
que las familias entran riesgo de infarto colectivo- pasas una media hora
infernal, corriendo detrás de uno y de otro para que se vistan, poniendo lazos,
atando zapatos, cambiando pañales, preparando biberones y con mucha suerte te
da tiempo a echarte dos pegotes de rimel y dos resfregones de colorete y en un
alarde de narcisismo hasta mirarte al espejo en el ascensor para comprobar que
tienes una mancha de leche regurgitada en el escote, nada que no pueda
arreglarse con una toallita y fingiendo que no sabes que en breve acabarás
oliendo a queso feta.
Sin embargo, con muchísima paciencia y mucho esfuerzo, una
puede prepararse tres horas antes de salir, como si en lugar de a la heladería,
fuera a la gala de los Oscar de pareja de George Cloney y acabar pareciendo lo
que no es, es decir, una chica perfecta con hijos perfectos.
Pero no. Tampoco. Ni así. Por muy bien que salgas de tu casa
y por muy acicalados que lleves a los churumbeles jamás podrás tener la imagen
pública que tenías porque en mitad de una conversación con la dependienta de la
boutique sobre la nueva colección de YSL, la niña empezará a gritar diciendo
que se hace ‘musha cacá que cazi ze me zale’ y tú, que quieres fingir ser una
chica glamourosa y con estilo –aunque anoche te acostaras con los restos de una
bocanada de leche regurgitada en el pelo, que de eso no tiene que enterarse
nadie-, querrás que te trague la tierra por un seísmo de 7 grados.
O puede ocurrir que cuando estés esperando turno en la caja
del Corte Inglés, la pelirroja meta la cabeza en la papelera buscando perchas y
se quede semiatascada con el culo en popa, para luego tras varias amenazas tuyas
y algunos gruñidos suyos, conseguir sacar una y decir ‘¿ezta me la puedo robar,
mamá?’ mientras el de seguridad se plantea cachearos a ambas y tú fingir un desprendimiento
de retina.
O puede pasarte que cuando estés en la cola del banco
simulando ser una madre perfecta con niños fabulosos que va a hacer un ingreso,
el cigoto lance un gigantoeructo que haga volverse al interventor con cara de ‘nomecreoquehayasidoelniño’,
aunque con suerte –por decir algo- el eructo venga acompañado de una bocanada-tsunami
que empape el cogote del de delante y hasta los cristales de las gafas de la
cajera y no te quede otra que sonreír tímidamente mientras empiezas a andar
hacia atrás hasta que nadie te mira ya y entonces puedas darte la vuelta y
salir corriendo como si te persiguiera el Yeti.
Jajaja. Gracias, me he teido un rato. Lo del banco... Jakaja
ResponderEliminarVerdad como la vida misma!!
EliminarCierto que una madre va corriendo a todas partes aunque no haya razón para ello. Yo a veces me veo paseando tranquilamente ¡con prisa!
ResponderEliminarjajjajaja, es verdad!!
EliminarJajajajaja!!! Qué risas!!! Tienes toda la razón, yo desde que tuve al pichón no tengo tiempo de planchas, rímel y a veces ni de depilarme, y lo peor de todo es que llega un momento en el que te dejas de dar cuenta, o te deja de importar!!
ResponderEliminarJajaja por favor, con lo que una era antes con el sistema pelambrero, que no podía salir a la calle con.uno siquiera y ahora debemos pensar que están todos ciegos porque maaaaadre mía cuando nos acordamos de mirarnos lo que se ha juntao allí!!! ....y lo peor (o lo mejor) es que hemos dejado de hacer un drama de ello ;-)
EliminarSí, lo peor es que nos acaba pareciendo normal!!! jajjaja... Vida perraaaa
EliminarSi es cierto, los niños te hacen quedar mal en miles de situaciones, jaja, por eso yo ya ni me esfuerzo. Cuando me miro en el espejo no sé quien es esa, pero yo no! Es mucho más fea, tiene los ojos pequeños, el pelo mal peinado y sin arreglar nada y está gorda. En fin, espero poder mejorar la cosa con el tiempo, ahora mismo de 34 semanas no puedo pedirle gran cosa al físico...
ResponderEliminarLo de "cazi ze me zale" me suena por cierto, mi hija cuando tiene ganas de pis o caca dice "Tengo caca..." y yo le pregunto "Aguantas hasta casa?" y ella "Que se está saliendo!! ayyyy que se saleeee" mientras brinca de puntillas y se agarra el culo. O sea, que no aguanta...
jajajajjaja
EliminarMe pregunto si con lo de "puede suceder" realmente quieres decir que a ti ya te ha sucedido... Besotes!!!
ResponderEliminarPor supuesto!!
EliminarBah, bah, bah. El glamour está sobrevalorado en nuestros días. Nada mejor que una buena "medalla a la mejor madre", de leche regurgitada en la pechera.
ResponderEliminarY olorosa!!
EliminarPues no te digo nada del glamour playero!! Menos mal que no me he casao con un famoso ni futbolista porque si me viera en la portada del hola !! Yo tengo celulitis y estrias que intento que no se vean con bragas de bikini altas , no llevo complememtos monos solo las gafas de sol ( arañadas de la arena que me echan mis hijos a la cara) y un bolso xxl lleno de juguetes y comida porque mis hijos siempre tienen hambre en la playa y gritan en todo momento ya sea de alegria o porque se pelean vamos clavaita soy yo a la .mujer de Pepe Reina en Ibiza uffffff que envidia! Besos Guadalupe y su trupe!
ResponderEliminarUyuyuyuyuy, lo de la playa lo llevo muy mal!! jajjaja
EliminarJajaja, lo que me he podido reír con lo del giganteructo, me recuerda a uno que se tiró mi sobrinillo cuando todavía era lactante. Estábamos en casa de mi hermana, ella dándole el pecho, mi marido y yo intentando no hacer demasiado ruido en el otro extremo de su salón disfrutando de un par de cervecitas freskitas, no se oía ni una mosca y habíamos apagado hasta la luz para que el bebé cayera en coma nada más cenar. De pronto se oye un eructo que no parecía de un bebé ,sino de una persona mayor, parecidos a los que oias cada fin de semana con la pandilla de amiguetes adolescentes en una competición para ver cual es el más guarro.
ResponderEliminarJajjaja, pues más o menos así...
Eliminarmuy bueno, si señor...
ResponderEliminarGracias!!
EliminarUna pregunta... la peliroja no será la musa del que inventó el anuncio de los laxantes??? porque mas inoportuna no puede ser la pobre..jejeje besotes.
ResponderEliminarInoportuna para eso y para casi todo!! Tiene un don! jajaja
EliminarLo que está claro es que aburrirte, lo que se dice aburrirte no lo haces ;)
ResponderEliminarNo tengo tiempo... pero me encantaría!! jajja
EliminarJajaja, qué bueno...
ResponderEliminarEl glamú se fue con los efectos de la epidural, creo yo.
Qué triste es mirar en el espejo, no reconocerse y pensar: "con lo que yo he sío..."
Ainsss...
Ayyy
EliminarAsí es Flor...No podemos fingir...jajajajajaj. Anoche una amiga me decía: "chiquilla, relájate...que a cenar salimos a disfrutar..." Claro, me lo dice ella que sus hijas ya son dos señoritas de 10 y 7 años...No como mi monstruito de casi dos años que no es pelirroja sino rubia como las candelas y más mala que un dolor...o mi primogénito que es santo el pobre mío pero un niño al fin y al cabo...o mi "cigoto" de 6 meses que es hiperactivo..Que me relaje??? venga..por favor!!!!!! Sino me da tiempo a pelar una gamba cuando mi hija va flechada hacia la carretera...
ResponderEliminarCómo te entiendo... Yo había empezado a ver la luz y ahora con cigoto, vuelta a la cueva!! Jajjajjaja
Eliminarjaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaajaja es que me parto!!!!
ResponderEliminarlo de meterse en la cama con el rejurjute -como decíamos en casa- y oler a queso feta...y soñar con una ducha calentita-corrijo- con TIEMPO para una ducha calentita sin tener que salir corriendo y morir en el intento del resbalón...ay!
En fin, me he reido muchísimo con la caca que cazi ze zale, la percha de robar, y el eructo ¡buenísimo!
Cuando nació mi niña chica, vinieron unos amigos a casa y trajeron pastitas de té para no dar trabajo, un encanto. Eran de esas de mantequilla deliciosas, que se deshacen con nada. La niña grande las probó y no la debió gustar una de almendra porque torció el hociquillo...cuando mi amiga le preguntó qué le parecían, mi niña aprovechó para explayarse:
-Bueeeeno, es que están caducadas
Toma ya. Las pastas estaban buenísimas ¿qué imaginaría mi niña que eran?
Jajjajajjajjajaja, qué malrato!
Eliminaray no puedo, yo me parto, jajaja
ResponderEliminar:)
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