lunes, 28 de marzo de 2016

La creatividad y otras maneras de matar



Cuando una se hace madre, descubre las verdades del barquero, como que esas ojeras de dos metros y medio que te hacen parecer una anciana adicta al crack ya no se irán jamás por mucho Touch éclat de YSL que te compres, o como que algunos términos que antaño parecían positivos ahora te hacen hiperventilar como, por ejemplo, un dos, tres, responda otra vez, la creatividad.

Nosotros que queremos ser gente guay y moderna, imagino que para paliar la cara de vieja malhumorada que se me está poniendo, apuntamos al hermanísimo en una guardería progre, de ésas que se persignan cuando ven grasas saturadas o una tablet cargada hasta el culo de Peppa Pig, como la que escondemos bajo el carro entre montones de aspitos y paquetes de galletas. 

Al principio, la cosa molaba mucho porque podía fingir que era una madre molona que matriculaba a sus vástagos en guarderías loquitas con el aparato psicomotriz y las técnicas de nueva enseñanza hippies sólo mirando por ellos, cuando en realidad es que era la única que quedaba cerca de casa y con plazas libres, que todo hay que contarlo, leches. El problema es que ahora se han empeñado en hacernos partícipes de su creatividad sin límites y nos tienen atosigados con un montón de inventos que a mí, que ya estoy al borde del colapso con el curro, el gimnasio, la pelirroja y su levantamiento en armas contra los deberes, mi casa pocilguera y mi poquito de ansiedad, me suponen un infierno en vida.

Así, un día te piden fotos de la familia para hacer un collage, y yo que no imprimo fotos desde 1998 me veo loca buscando una copistería a las cinco de la tarde de un lunes cualquiera, diez minutos antes de que toque recoger a la primogénita, todo para que al día siguiente decidan hacer un trabajo de las familias y pidan más fotos, que se ve que allí son mucho de improvisar. Tanto, que un martes nos dicen que el jueves tienen que ir vestidos de: pastor para el Puente de la Inmaculada, Papa Noel para Navidad, de personaje de cuento para el día del libro, de lo que quieras para carnaval, de monstruo para Halloween, de rojo para San Valentín, de verde para San Patricio, de flor el día del árbol y así hasta que echas bilis por los ojos y la china del bazar de la esquina te hace clienta premium.

Pero eso no es todo, también hay que escribir cuentos y hacer vídeos familiares, hacer gorros de bufón y trabajos manuales de gomaeva, como tengo yo los nervios, mientras el pelirrojo pasa de todo y sólo se entrega a las fechorías o a jugarse la vida sofá cabeza abajo mientras yo le pongo cascabeles al fieltro, repaso los verbos irregulares, le borro los copiados deformes a la pelirroja y le contesto a la seño de la guarde por whatssap que dice que para mañana hay que llevar tres piezas de fruta y dos puñados de nueces para el día mundial del zumo.

Total, que me estoy pensando o bien aparecer en la guardería con un lanzagranadas o en su defecto, matricular a Cigoto en el colegio de la pelirroja, que son de celebrar pocas cosas, colocarle sus pantalones de pinzas de anciano prematuro y asegurar que en realidad tiene siete años, pero que toma poca leche y nos ha salido bajito.

5 comentarios:

  1. Yo creo que esas cosas se deberían realizar en clase, donde los niñ@s podían desarrollar su creatividad en grupos y seguro que lo iban a pasar muy bien...También es cierto que yo me libraría de pasarme un fin de semana de crudo invierno buscando animales domésticos para hacerles la foto,bien claro me dejó el churumbel que no valían sacadas de internet. Recorrer medio pueblo buscando complementos de vaca, que había que disfrazarse de vaca lechera, aún no sé el motivo, y también ponían en la notita, complementos con el visto bueno, así que nada de goma eva o cartulinas varias para dar el cante. Y el día de la mujer trabajadora, que parece ser que es una novedad que trabajemos, por lo de ponerle día, tenían que llevar fotos de mujeres trabajando y la mía no valía que tenían que ser antiguas...., con la de años que tengo yo...y siempre servicio 24 horas. Y podría seguir con estos inventos tan modernos pero con la cantidad de deberes que traen no me llega la tarde para sentarme a charlar con ellos. Siento que no tengan la oportunidad de pasarse horas jugando a ser niños, a tumbarse en el sofá a rascarse la barriga si así lo desean, a pedirle a los mayores que les cuenten historias de su pasado, como hacía yo.Me da la sensación de que algo está fallando. Las horas de cole son suficientes para hacer y deshacer cien mil proyectos, sin necesidad de traer trabajo para casa y encima que les ayuden los padres, porque mis hijos no conducen, ni siquiera tienen edad para patearse solos las calles buscando cuernos de vaca pinta. La de los churumbeles.Pd- qué agusto me he quedado...jajajjajja.

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  2. Está bien que nos hagan participar a los padres en las actividades del cole, pero es que aveces se pasan, amí me hicieron hacer un castillo, ¡Un Castillo! que encima yo tengo menos mañana que to las cosas y aquello parecía más bien las ruinas de pompeya que un castillo, pero bueno es lo que nos toca.

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  3. Tienes esto muy dejado...

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  4. Por la forma de relatar juraría que tus historias son inventadas y si no lo son... que forma de poner a parir a tus pobres hijos

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