martes, 24 de abril de 2012

Cómo jugarse la vida y la cordura saliendo a comer con la prole

Cuando a una se le acaban o, por lo menos, se le espacian las fiestas nocturnas con las amigas por aquello de hacerse madre y tener que entregar su vida, su dinero y sus pocas fuerzas a la crianza, las cenas y, sobre todo, las comidas en la calle se convierten en el acto social más destacado de la agenda, salvando bodas bautizos y comuniones, faltaría más.

Salir a comer es, a priori, un buen plan para hacer en familia. En los restaurantes te dejan entrar con niños –por gritones que sean- no está tan mal visto ensuciarse –por lo que parecerá hasta normal que tu hija apenas pueda abrir los ojos de los kilos de ketchup que lleva en las pestañas- y no tienes que arreglarte en exceso o no al menos como si fueras a salir de fiesta y tuvieras que fingir que tienes tres años y dos tallas menos, con lo agotador que eso resulta.

Así que para la mayoría de los padres ir a comer fuera es el plan ideal para el fin de semana. Paseo matutino tomando el solecito mientras los niños juegan tranquila y amigablemente alrededor, globo en mano, luego cervecita en una terraza a disfrutar del buen tiempo y, posteriormente, un almuerzo tranquilo en familia en cualquier local de moda.

Jajajajajjajajjajajajajjajajajajajjaja!!!!

Un infierno. Uno de los grandes. Eso es lo que significa salir a comer, a cenar o a merendar con la prole a cualquier sitio que requiera un mínimo de civismo.

La tortura comienza pronto, a la hora de vestir a la pelirroja y tratar de colocarle un vestido de señorita y un lazo en la cabeza y explicarle que el traje de princesas con las botas de agua no son la mejor combinación para salir a la calle, no al menos si queremos evitar la mirada mitad inquisidora, mitad condescendiente de ‘mira esa familia de locos’ que tantas veces nos han echado. Pero el agotamiento es tal que al final acabo claudicando y aunque el vestido de niña bien no es negociable, le permito combinarlo con unas alas de mariquita tamaño XL o con la felpa con antenas de plumas turquesa que le compró la abuela.

El paseo suele ser un tormento desde el minuto uno, cuando la niña no quiere carro, pero pide brazos, sobre todo cuando pasamos por la calle Larios que de un tiempo a esta parte se ha convertido en un punto de encuentro de figuras humanas aterradoras y de payasos presuntamente amigables con trajes sucísimos y un Winnie de Pooh que nadie diría que es Winnie the Pooh y que tiene tanta mugre encima, que te contagia el ébola con solo mirarte y que a la pelirroja le da pavor. Así que tocan brazos y no brazos normales, brazos en versión ‘voy a fundime con tu cuerpo’, que te cortan la respiración y el buen rollo, y te acaba por arrancar pendientes, collares y el medio kilo de maquillaje que llevas encima para fingir que eres una mujer sana.

Normalmente de la cervecita es mejor pasar o tomártela en el mismo restaurante porque lo suyo es no ir quemando cartuchos ya que local que pisemos es local que entra en barbecho y queda prohibido hasta al menos dentro de un par de meses, cuando el personal se acabe olvidando de nosotros y de la mala tarde que le dimos.

Y llega la hora de la comida y nada más sentarnos, la pelirroja tira uno o dos platos y la gente encoje los pies aterrorizada, para no ser acuchillada y nos mira mal, sobre todo cuando la niña se pone de pie en la silla, haciéndola tambalear sobre un guiri anciano y amigable que ve toda su vida pasar en segundos, pero que no pierde la sonrisa, pobre. Y la niña espurrea el potito sobre mi vestido o sobre la camisa del pater y se bebe mi coca cola tirando la mitad en la ensalada y trata de darme de comer metiendo sus rechonchas manos en mi comida y refregando la salsa en el mantel. 

Y decidimos encerrarla en una trona para fingir que somos padres educados y pedimos perdón a la izquierda y a la derecha. Entonces a modo de venganza, la pelirroja grita como un Masai enfurecido y golpea la cabeza del Nenuco contra la mesa hasta que sale volando y va a parar a los pies del camarero, que nos trae la cuenta a la velocidad del rayo, para que huyamos antes de que le despidan o de que la clientela nos persiga con antorchas, así que ni postre ni nada, a correr. 

Aceptan mi propina y mi sonrisa avergonzada y le dan a la nena una piruleta para simular que no hay resentimientos, pero lo hay, y no los culpo. Y salimos de allí con la comida en el cogote y como si viniéramos de la guerra y al llegar a casa –mil veces más cansada y estresada que cuando me fui- vuelvo a prometer que no salgo a comer con la pelirroja en lo que me queda de vida mientras me arranco la piruleta chupada, que, nadie sabe cómo, ha ido a parar a mi maltrecha melena.

23 comentarios:

  1. Pues sí ir a comer con niños es un plan apetecible pero peligroso, vamos creo que como todos los planes con niños en los que no hagan ellos lo que les da la gana. Siempre acabamos manchados, con algún refresco derramado por la mesa y con restos de comida en todas partes, es lo que hay.

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  2. Ja, ja1 Tú dirás lo qu esea pero a mí tu pelirroja me resulta de los más entretenida. ¡Si es imposible aburrirse! Ya me gustaría a mi que mi nena metiera sus no rechonchas manitas -ojalá lo fueran, es un esparraguillo- en alguna ensalada o similar, pues eso significaría qu eal menos le llama la atención la comida. Pero no, a ella no la saques del potito -por supuesto nada de handmade- y del yogur. Y si le cae una miníscula gota de algo en la mano se señala y grita horrorizada como si de un principio de lepra se tratase. Demasiado pulcra la veo yo. A veces preferiría que fuese mças "mosntruito" la verdad, sería más divertido, insisto. Apuesto a que ahora mismo estás pensando en un posible canje por tu pelirroja ja, ja ¿a que sí? Pero no creas que mi situación es envidiable, que la mía también tiene sus cosas, ya irán saliendo. Un beso grande y ánimo con ese terremoto encantador!

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    1. Síííí, lo he pensado, jajajjaj... Yo quiero una niña tranquilita!!! Y no creas que la mía come!! Su alimentación sólo incluye Potitos Nutribén -tampoco nada casero ni de otra marca- y yogur de coco, fresas naturales, chuches, patatas de bolsa y biberones. Ya está!! Pero viéndola nadie lo creería!! Y con la comida de encanta jugar, pero si le acerco algo a la boca sale corriendo gritando 'ascoooo' y hasta llora. Pero tiene dos años y medio y es gigante!!

      Besos!

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    2. Ja, ja! Si la mía come lo mismo. ¿Qué le echan a los potitos Nutribén que las vuelve locas? Su preferido es el de pollo con arroz y el de lenguado con verdura, casualmente los dos que peor huelen! De Hero sólo acepta el de lentejas. Eso sí, ella fruta no, pero jamón serrano sí y pata negra también (tonta no es) y los biberones y ya está. Yogures dos: chocolate y naturales.
      Y huevo duro. Y pan, mucho pan. Le encanta y ya sí paro de contar. Te lo digo por si has intentado el jamoncito y el huevo duro. Truco: el huevo duro casa bien con el potito de pollo y ternera a la casera.;)

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  3. Real como la vida misma!
    La pelirroja solo como potitos? Me parece raro con la edad que tiene, pero aún no he llegado a esa fase (de edad, las mias tienen 13 meses)...
    Las mejores comidas son cuándo consigues que se duerman la siesta pronto y tú comes mientras tanto, es la única forma de no comer como un pavo y a todo correr ja ja ja

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    1. La pediatra me dice que no le dé potitos y que si no quiere comer comida que no coma. Y lo hice durante tres días en los que no comió NADA de NADA, así que volví a los potitos. Era eso o matarla de inanición. Soy débil!
      A mí también me encanta cuando duermen la siesta y te dejan vivir!!! jajajja

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    2. Que fácil es ser pediatra y que dificil ser madre, doy FE!!!
      ;-)

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  4. Como madre de tres indómitos hijos que soy, me siento muy identificada con todo lo que cuentas. Además veo que la locura (transitoria, espero, por nuestro bien) de la maternidad no te impide escribir bien.
    He visto fotos de la pelirroja en twitter y con ese pelo y esos ojos tiene que estar mona incluso de choni.

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  5. Me estreso sólo de leerte... Cada día me convenzo más de que eso de la maternidad no es para mí. Un besote!!!

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  6. jajajajajaja que locura chica
    desgraciadamente las comidas fura de casa con niños nunca son como nos gustarían. Pero la Pelirroja esta claro que tiene energy para repartir jajaja

    por los potitos tranquila, Cachorro sólo comia potitos hasta que de un tiempo a esta parte ha decidido que me los coma yo. 22 meses ya y solo quiere comer comida de verdad... En su momento potito más sano no podia estar. No eres debil preciosa.

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    1. Yo a la pelirroja le pongo un trozo de queso en la mano y grita como si le hubiera puesto una cucaracha. Ay!

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  7. Ay! tus post son verdades como puños!
    Mi niña es un auténtico terremoto pero mi suerte es que, con dos años y medio, después de comer las dos horitas de siesta no se las quita nadie y da igual en la camita que en la silla. Así que la doy a comer mientras los demás toman la cervecita y a la hora de la comida a dormir como una bendita. Y yo a reponer fuerzas porque en cuanto se despierta... no hay tregua!
    Por cierto, yo también estoy esperando a junio para la operación pañal fuera. Qué miedito y qué pereza me da!!!
    Un besuco

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    1. Yo sí que tengo miedo a dejar el pañal!! En fin, creo que lo mejor es que empecemos todas a la vez y así compartamos malvivir, jajaja

      Besos!!

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  8. Chica, eres carne de cañón de clases de yoga!! O eso o te nos vuelves loca :-)

    Acabo de ver a la pelirroja ¡qué niña más linda! Enhorabuena! Tiene cara de simpática (y de traste...pufff)

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  9. Pues creo que la verdad tengo mucha suerte con mi niño, porque cuando comemos fuera lo sentamos en la trona y mientras haya comida, no hay problema. Además, como come casi todo, no tengo que ir cargando con potitos. De hecho, hace un año, que tenía 18 meses, me dio a entender (porque hablar, no hablaba) en un chiringuito que el puré me lo comiera yo, que el quería aceitunas y sardinas... y dije que ya era la última vez que me llevaba el termo, y hasta hoy.

    Patricia Cano

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  10. Cuando mi hijo era más peque y nos ibamos a comer fuera lo que hacía era darle su comida al principio o bien al salir de casa y dormirle antes de comer jajaja que si no es un verdadero coñazo! pobrecitos pero a la hora de comer que ya tienen sueñito son inaguantables. Leyendo a un comentario que había visto a tu nena en twitter he ido también porque me hacía ilusión ponerle cara... te has quedado corta con lo de guapa, madre mía!! con esa cara yo le perdonaba todo todito. Un beso

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  11. Dímelo a mi que durante la enfermedad del abuelo de mi hijo estuvimos unos 5meses comiendo en restaurantes al lado del hospital.tenia por entonces mi hijo el año recién cumplido y estaba en la típica etapa en la que ya no quería potitos porque quería comer en trozos,pero eso si,el solito.tiraba al suelo un 80% de la comida,así por ser optimista.a mi me costaba un poco aceptarlo,a mi marido mucho mas,pero mi suegra no lo entendía y unas miradas de desaprobación unos comentarios...para mi,a punto de dar a luz a mi segundo vástago,era peor el rato de la comida que lo desagradable de una visita al hospital,así q te aseguro q te entiendo.yo evito comer fuera con los peques siempre q puedo...que xa dar espectáculos ya esta el zoo....;)

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  12. Ay q razón llevas,mis enanas solo nos dan un poco d tregua si el restaurante en cuestión tiene un par d trona sino estamos perdidos mejor quedarse en casa pq sino hay q comer pintando con los colores,pegando pegatinas,etc,etc...y así no hay manera...........

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  13. Pues a mí, si me la lía un crío en la mesa de al lado, miro mal a los padres. Porque los niños son niños(ojo, hablo de bebés, y no de críos de 4 años asalvajados) pero si tu, que eres el adulto, no sabes/puedes controlarlo, y sabes que te la va a liar, no sé exactamente que pretendes llevándolo a comer por ahí.

    Y si, lo siento, soy de las madres que opina, que según que planes son incompatibles con niños.

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  14. HOLA FLOR, TIENES MAS RAZON QUE UN SANTO, QUE CUANDO SALES A COMER CON UN PAR SE SALVAJES, LOS MIOS SON TERRIBES, PUEDES MORIR EN EL INTENTO POR ICTUS, DERRAME CEREBRAL O APOPLEJIA.
    TE ENTIENDO MUY BIEN.
    UN BESOTE.

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