miércoles, 13 de marzo de 2013

60 minutos en el infierno


Como todo loco que se precie, la pelirroja tiene días buenos y días malos, aunque a veces calculo que la única diferencia entre ambos es el ánimo con el que yo me enfrente a sus fechorías, porque lo que es un día de tranquilidad y sosiego como el que le dan a sus madres algunos niños lacios de las películas, pues como que no. Que de ésos no tenemos, vaya.

Y sus ocurrencias malignas bien pueden alargarse a lo largo de todo el día o fingir ser una niña bien y concentrar todo su poder demoníaco en tan sólo un par de horas o incluso en menos como fue el caso de ayer mismo cuando un poder sobrenatural se apoderó de ella y me dejó al borde del coma.

Como era martes, la nena tenía colegio por la mañana y por la tarde, así que mi gigantobartolón y yo fuimos a recogerla a la otra punta del mundo, esto es el colegio, para traerla hasta casa, darle de comer como los pavos y volver a la ruta senderista hasta el colegio, nuevamente con la lengua fuera y la comida en el cogote.

La niña ya salió disgustada del colegio porque la seño le había regañado y ella que es muy ‘drama queen’ para estas cosas estaba acongojada desde entonces. Pero el auténtico drama surgió cuando vio que llovía y supo que no íbamos a poder ir a los columpios a esperar a que saliera la prima Laura -que también venía a casa a comer y que aunque tiene nueve años más que la pelirroja, ejerce sobre ella un poder hipnotizador que a mí me viene de fábula- y entró en bucle de llanto mortal con intento frustrado de vomitona a medio camino sobre los zapatos de la prima, que agunató estoicamente la jugada.

Yo trataba de no hacer caso a su pataleta hablando con la prima mientras la niña se me cruzaba delante cortándome el paso y enroscándose en mi abrigo con las manos en la cabeza y pegando unos gritos lastimeros y terroríficos como las madres palestinas en los documentales de la 2 tras un bombardeo israelí y la gente consternada me preguntaba que qué le pasaba, sospechando que yo le había arrancado a la niña el riñón de cuajo, como poco. Y yo sonreía y fingía ser una buena madre cuando en realidad hacía cuentas para ver cuánto me costaría un billete abierto al Caribe o al Congo Belga.

Así que con empujones, barrigazos, amenazas marujiles dedo en alto y llantos y mocos para parar un tren, llegamos a casa con ganas de encamarnos por un mes, pero no podía ser… Antes la niña tenía que mancharse de potito el chándal del uniforme y refregarse el lamparón por toda ella hasta lograr un aspecto general de indigente, inundar el sofá en yogur de fresa y tras mi fantástica idea de sentarla a pintar con el baby puesto para que me dejara hacer la digestión durante quince segundos, acabar con las manos empapadas en pintura amarilla y con media pared llena de pinceladas rojas que ella misma trataría de limpiar con una toallita desmaquillante, logrando un efecto rosado chicle sobre toda la pared. Todo en menos de 60 segundos. Lo juro.

Y cuando una creía que la cosa no podía ir a peor, en los próximos treinta segundos que la pierdo de vista y me siento a degustar una Copa Danone con la prima Laura, la pelirroja vuelve del baño con cara de culpa y un sospechoso olor a mentol y tras un ‘yo no he zío, ze ha caído zolo’ salgo corriendo para descubrir que ha volcado los 75 cl de enjuague bucal con terrorífico olor a dentista por todo el suelo del baño, haciendo especial hincapié sobre el soplón, que por supuesto aún estaba enchufado y que no nos ha explotado de milagro.

Dos fregonas después, un eterno lavado de manos en el que ha acabado mojándose las coletas y un conato de suicidio contra el quicio de la puerta, concluyeron los 60 minutos de asueto entre colegio y colegio y antes de que terminara echando la casa abajo y yo acabara con una crisis de ansiedad, el pater se la ha llevado de vuelta a la escuela a que martirice un rato a la seño que ya ha envejecido 5 años desde que inició el curso. Pobre mujer que no sabía lo que se le venía encima cuando hizo la preinscripción de la Universidad.

23 comentarios:

  1. jajajajajajaj, madre mía,que estrés!!! La pelirroja es un no parar! No sé cómo te puede sentar bien la comida. Eso sí, la prima Laura pasa unas sobremesas la mar de divertidas en tu casa. Yo también me apuntaría para disfrutar del show. Santa paciencia la tuya, Flor...
    Muchos besazos!!!

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  2. ¡Dios Flor! ¿No contemplas la posibilidad del comedor escolar? Ja, ja!

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  3. Jajajaja, pues no quiero desalentarte pero imagínate eso mismo con el otro churumbel colgado de la teta o dándole el biberón con una mano o sujetándolo con la barbilla (que es mi especialidad), y dándole de comer a la pelirroja con la única mano que tienes libre y después cambiar el pañal a uno, poner a hacer pipí al otro si es que no se le escapa, lavar la cara y salir corriendo otra vez al cole con los dos... y eso si no se ponen a llorar a dúo... Pa morirse. Patricia Cano

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  4. ¡Madre mía! Menudo día!! Será que no le gustan los días lluviosos, como a mi, jajaja. Y le sientan mal :P

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  5. Realmente como lo cuentas es para reírse pero parece un capítulo de SuperNANNY Jaaaa. Lo que pasa es que yo me veo en puertas de eso porque el mio promete....

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  6. La pelirroja no da tregua...madre mia....miedo me da que la mia, ya te dije que tenía ramalazos pelirrojos de bebé. Ahora toda ella es rubia pero esa pelusilla pelirrojil la dejó noqueada y madre mía, a sus casi 19 meses es el terroooor, no inventa nada bueno. Leerte me da escalofríos...jajajajajjaa. Floooooor...te acompaño en malestares de embarazo..jajajaj..sólo que yo me acabo de enterar. Y seremos familia numerosa en Noviembre. Que dios me pille confesá! besotes

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  7. Jajajajajajaja
    " Si son niños, tampoco será para tanto",..... eso es lo que dice mi madre, cada vez que le cuento este tipo de aventuritas mientras yo respiro en una bolsa de cartón. Que yo tengo dos de la misma edad, q se unen contra mi y tienen el doble de ingenio.

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  8. Ay Flor! Cómo te entiendo!!! Yo tampoco se lo que es un día de tranquilidad, sin lloros, gritos ni croquetismo.
    Así que, como dice Macarena, viva el comedor escolar!
    Yo la dejo todos los días y menuda bendición! Sí, ya sé que suena a mala madre, pero mi salud mental es muy importante y así voy a recogerla a las 5 relajadísima y con mucha más paciencia. Piénsalo, jejeje!
    Besucos

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    1. ¿Croquetismo? Eso es la acción y efecto de rebozarse en témperas, arena, mocos, potitos o cualquier otra sustancia que pillen cierto? Jajajaajaj!!!

      En fin, yo no lo dudé ni un instante: comedor escolar. Además, estoy segura que siempre come mejor que conmigo, porque yo a la cena, con tiempo para cocinar y eso, soy super mamá, pero a la hora de la comida el pobre tendría que conformarse con un bocata de chopped...

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  9. Creo que la opción comedor escolar, al menos hasta que la nombren persona non grata, deberías de planteartela, sobre todo en el momento en que nazca el pelirrojo :)
    Besos y mucho ánimo

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  10. Ay Flor vaya día!! Esta pelirroja es de armas tomar... Planteate seriamente lo del comedor escolar jaja. Besitos!

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  11. que tardes más divertidas... yo casi todas las tardes tengo algún rato de esos aunque de momento no ha pintado la pared, tocaremos madera...luego imagínate cuando nazca el peque con papillas de fruta y llantos a coro; pero bueno, a todo se acostumbra una :)

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  12. Mader mía Flor,el pobre cigoto, como diría tu pelirroja, va a nacer hiperactivo con tanto estrés que te traes,me uno a las mamis que te han sugerido el comedor escolar, así por lo menos comes tranquila y a la pelirroja igual le viene bien para comer de todo.Un besito.

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  13. Jajaja. Piensa, por lo menos, que si lo concentraste todo en 60 minutos te quedaron 23 horas de tranquilidad, aunque esto no lo sé, porque no nos cuentas qué tal la tarde... Besotes!!!

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  14. Afortunadamente, gracias a mi horario de trabajo y al de su santo padre, mis hijos se quedan en el comedor escolar. Allí se comen todo y se comportan más o menos civilizadamente, gracias a las señoritas, que no quieren compartir su secreto por mucho que les suplique...

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  15. Este pasaje me recuerda a los 3 meses de baja por maternidad que pasé con los dos en casa cuando mi hija mayor se incorporO a la escuela, con dos años y medio. Todas las mañanas carrera para vestir a todo el mundo y estar en el cole a las 8h50. Todos los medios dias, peleas, britos, pitos y flautas para que la niña se comiese dos cucharadas de lo que fuera (que no sé ni como me habia dado tiempo a preparar...) y el otro enganchado a la teta. Después la "siesta", que no era una, puesto que el bebé y la grande se iban turnando, como si hubiesen hecho un cuadrante, con el objetivo de no dejarme tranquila ni un minuto. Y luego ya por la tarde, medio en coma, en el sofà, entre toma y toma, con una mano iba ocupàndome del bebé y con la otra intentaba que la grande no se rompiese la crisma al caerse del sofà después de haberme saltado encima. Pero sobrevivi y aqui estoy casi un año y medio después. Y no repito.

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  16. Bufff! Qué estrés me ha entrado sólo de leerte; yo también te sugiero el comedor, al menos estarías más tranquila, jajaja!
    Besos

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  17. WOW!!!

    Oye te agradecería un post sobre que meter en la maleta de la nena cuando una se va de fin de semana con la prole...me voy en semana santa a un bungalow y empce a pensar lo que tenia que llevar de la nena y estoy por desistir...el "por si acaso" me mata....uffff

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  18. Madre mía,no sabría a quien socorrer primero,que lo peor de los 60 minutos son las 60 horas que se tarda en recuperarse uno y el resto.Repito a Natty,ten cuidado que el cigoto va a salir a mil,que te lo digo por experiencia,mi segundo embarazo fue hiperventilando y el churumbel pequeño no conoce marcha corta.Ánimo,que todo tiene arreglo,la de los churumbeles.

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  19. Me imagino que un soplón es uno de esos calefactores pequeñitos que se suelen poner en los cuartos de baño. Debe ser jerga malagueña, pero a eso me ha sonado. Sacad vuestros espabilaburros especializados!

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  20. Te juro que no puedo parar de reír... De verdad... Pero por otra parte... Te entiendo perfectamente... Mi frase favorita en estos casos es: "¿Por qué siempre me haceis trabajar el triple????" Mientras mis dos fieras me miran embobados y pensando: "Esta loca ¿Quién es?".
    ¡Viva el comedor escolar!

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