‘Qué me pasa, dicen… que me vuelvo loca, que por no decirle
que pienso en el otro me muerdo la boca…’ Pues así con el corazón dividido,
como la mismísima Marifé de Triana, me encuentro yo con esto de la vuelta al
cole que nos pisa los talones y que una espera como agua de mayo y que, al
mismo tiempo, teme como a un león africano hambriento. Vamos, que con este
verano tan agitado que hemos sufrido de playas, ingesta masiva de arena y
cloro, calores del inframundo, idas y venidas, ferias y demás actividades
encadenadas sin descanso, me he descubierto a cada minuto pensando en los
uniformes escolares como quien piensa furtivamente en un amante, con emoción contenida,
los ojos como brótolas y cierta culpa por aquello no lograr fingir bien que
pasar el verano con los nenes es lo más y querer lanzarlos a los brazos del
sistema educativo más pronto que tarde.
Pero es que una desde que se metió en esto de la maternidad
no levanta cabeza y el cansancio me invade toda como una gripe crónica y esto
de andar día y noche preparando planes para el asueto pelirrojo y su vocación non
stop me ha hecho envejecer cuatro años y perder un manojo de pestañas, como tenía
yo de largas las pestañas cuando era mozuela, maremía.
Así, la vuelta al cole llega a mi vida como una aparición
mariana, un euromillón o un metabolismo agraciado y es ver los anuncios de los
libros y las mochilas y recorrerme una emoción indescriptible. Y es que ya no son
sólo las cinco horas de descanso… digo, de clase, sino la vuelta a la rutina, a
acostarse pronto, a levantarse a la misma hora y sobre todo a que lleguen a
casa lo suficientemente desfogados para no escalar muebles, ensayar coreografías
sin fin o dar volteretas en el sofá como una versión pelirroja y temeraria del
Circo del Sol.
Sin embargo, nada es gratis en esta vida e hiperventilo de
mala manera sólo de pensar en todo el trabajo que tenemos por delante para
hacer posible el sueño de la vuelta al cole. Así, ayer mismo tuve que jalarme
una sobredosis de antihistamínicos para paliar la alergia feroz al sacar los
uniformes escolares que por supuesto hay que renovar porque la pelirroja comer
no come, pero crece exponencialmente como Gulliver y no ganamos para ropa ni
zapatos, mire usted. Luego, nos queda la reunión escolar y las lista de dos
millones de euros de libros y material escolar y las tutorías y los grupos de
madres y la pasada a Primaria y al bilingüismo (¿por qué Dios Mío por qué?). Y
luego pelear con el pelirrojismo trasnochador para que se meta en la cama a las
nueve y se levante a las ocho y las corridas matutinas y los estreses y la pérdida
de pelo… También vendrán los deberes y la lectura y las clases de baile y las
castañuelas y la catequesis y las idas y venidas con la lengua fuera para
llegar siempre tarde y los días de lluvia y los paraguas amenazando los globos
oculares y los pelirrojos saltando en los charcos y yo como una energúmena
transportando mochilas y loca por llegar a casa para revisar cabezas que para
eso me han dado un cartelito avisando de que los ‘pipis’ han vuelto al cole
también.
Y entonces ya nada me parece tan maravilloso, y como Marifé
de Triana en su encrucijada, decido que lo mejor es cerrar los ojos y hacerse
la muerta antes de que septiembre nos acabe matando de verdad. Si es que no hay
escapatoria. Qué vida perra.
Catequesis? Si pasa a 1°!!!!!!!! Julia también entra en 1° y hasta el curso próximo nada de nada. Cuándo hacen la comunión ahí, por diossss???
ResponderEliminarEn mi pueblo también empiezan la catequesis en 1º ehhh?? jeje. La hacen en 3º de EGB (lo que ahora viene siendo 3º de Primaria, creo, que con esto de la LOGSE/LOMCE, no me entero de nada ya). Y lo de septiembre pues nada, un poco rollo porque las dos primeras semanas están solo de mañana, pero por lo demás encantada. Los libros los compra el cole y nos pasa el gasto por cuenta (una pena que no nos los den ya plastificados, te juro que pagaba un plus porque lo hicieran ellos, pero bueno, para eso tengo a mi mamma), no tienen uniforme y, aparte de las extraescolares, no me tengo que preocupar de nada más. Lo malo este año es la adaptación de la pequeña, que ya tiene 2 años y entra en el cole de la mayor y tiene una adaptación de ¡3 semanas!. Que se dice pronto :-( Creo que voy a abrir una propuesta en "Change.org" para que quiten la adaptación en los coles, es inhumano!
ResponderEliminarBueno, ánimo con la cuesta de septiembre... mucho Redbull!!
Está visto que el hecho de ser madre trae integrado un sistema de estrés que no hay manera de saltarse a la torera... Besotes y ánimo!!!!
ResponderEliminarQuééééééééééé.....?????!!!!! me espera todo eso...???? jajajajaja...Si es que eres lo más, que bien te explicas hija, lo bordas. Pues hoy aquí empezamos vuelta a la rutina, después de dos meses desaparecidos, hoy ya me ha tocado cole, del pequeño y del mayor, que manías esas de arreglar papeleos antes del día D..., ya me he puesto las pilas y ya se me olvidó también el relax, entre comillas, pero que quieres que te diga, yo esto de los horarios y el correr, no andar, contrarreloj lo llevo fatal, yo soy más de lo que vaya surgiendo y si eso...como vaya surgiendo. Cierto que esas horas libres me saludan a lo lejos y me entra un poquito de ainss qué ganas, pero si aún luciera el sol todo el curso y se pudiera sentar una una horita en una terraza....En fin, que empieza la cuenta atrás..., que la fuerza nos acompañe. La de los churumbeles.
ResponderEliminarjajajaja, pues acá en México ya es esta la tercera semana de clases, así que todo ese ir y venir ya lo he superado, lo que no supero es la levantada tan temprano, que el niño mayor entra a las 7:30 de la mañana ¡¡¡¡por Dios, si salimos de noche de casa!!!! y los entrenamientos de futbol de lunes a jueves. Por si fuera poco, el mayor ya entro a la secundaria y le dejan muuuucha tarea y pide apoyo, así que descansar, lo que se dice descansar, aún no lo logro ;)
ResponderEliminarCreo que todas nos identificamos contigo,estabamos desenado que llegara la bendita rutina!
ResponderEliminarYo , como ocomenté en mi blog, preparé la vuelta al cole con la misma ilusión que preparaía una maleta para Honolulú!!
Ánimo, valor y al toro!!