Últimamente, así como no quiere la cosa, fantaseo a menudo
con la jubilación. Que sí, que me queda una vida y que luego con la jubilación,
te viene la osteoporosis, la artrosis y la pérdida de audición, pero para lo
que hay que escuchar lo mismo me da y, además, también te vienen los viajes de Imserso, los
paseos por la playa y el tiempo libre para leer hasta que se te caigan los
ojos, con la ilusión que me haría a mí leer algo que no fuera el prospecto del
Dalsy o el libro de Pampito el payaso ochentero.
Así que ya no aspiro a un viaje en el tiempo hacia mis
veinte años para dejarme las caderas al ritmo de Ricky Martin y beberme todo el
garrafón disponible, que tampoco estaría mal, mire usted, pero ahora me
conformo con mirar al futuro y fantasear con sacarme el carné de jubilado y
empadronarme en el cine o en el teatro, pasear cual preanciana hippie, escribir
una novela en una casa en la montaña y leer con mis gafas de aumento.
El pater dice que no me haga ilusiones, que seguro que los
pelirrojos se convierten en procreadores opusinos y me llenan la casa de nietos
ruidosos que no me van a dejar hacer de jubilada cultivada sino de madre
postiza arrastrando un carro en mis días dorados. Y ya me he puesto a
hiperventilar pensando en tener que interrumpir mis viajes a Benidorm porque
los nietos empiezan el colegio y me toca ir con la pamela y el bronceado
levantino a hablar con la tutora en un bucle del destino sin fin, mientras los
pelirrojos se las dan de yuppies superocupados. Un despropósito muy grande.
También me dice el pater, al que le encanta fastidiar mis
fantasías futuras, que seguro que aunque los pelirrojos no quisieran darse a la
procreación y tenerme esclavizada de madre suplente, no voy a querer irme a un
pueblo costero a escribir frente al mar sino que andaré con el síndrome del
nido vacío, picándole al porterillo a los pelirrojos a la hora de la siesta
para que me dejen achucharlos un rato aunque ya tenga bigote el uno y use
wonderbra la otra.
Y yo me reía hasta que el otro día, después de un tiempo de
haber dormido todos en mi cuarto como en un piso patera, con las camas pegadas unas a
otras como en una fiesta de pijamas, los pelirrojos volvieron a su cuarto. Y fíjense
que estaba loca por echarlos y volver a la soledad conyugal libre de patadas en
los costados, pero esa noche me dieron las tantas con los ojos como platos de
no escuchar las respiraciones y ronquidos sincronizados y de no tener esa certeza
de que todo va bien que te da el tenerlos literalmente encima, aplastándote los
órganos vitales.
Total, que después de espiarlos de madrugada desde el quicio
de la puerta cual psicópata de película de Antena3 o espectro de película
japonesa, acabé por rendirme a la evidencia de madre majara masoquista y me colé
entre sus camas ‘arrejuntadas’ a hincarme el caballo de la Barbie en una corva,
llevarme dos millones de patadas en el bazo y maldormir entre respiraciones
calentitas y complementos de los Pin y Pon.
Total, que ni Benidorm ni leches.
Me morí de amor!!! Besos diosa!
ResponderEliminarAyyyyyyy Flor!!! En el fondo es que quejarse es bueno, pero a ti te encanta que los pelirrojos te den la murga, confiesalo, es en plan masoquismo... Venga que sí, después de tanto tiempo confiesa que tienes Síndrome de Estocolomo. Que seis años y medio son mucho tiempo de secuestro, de eso ya no sale una indemne ;-)
ResponderEliminarYa está. Ya te han abducido y no tienes escapatoria... Besotes!!!
ResponderEliminarAy! a mi me pasa lo mismo, el mayor ahora se duerme en su cama, ya no necesita abrazar a mami, sob, mi niño se hace grande, buaaaah
ResponderEliminarSi estas encantada con tus pelirrojos!!!! Mira como te comportas solo cuando se han ido a su cuarto así que imagínate en el futuro.
ResponderEliminarBesos
Es un poco Síndrome de Estocolmo, ¿verdad? ;)
ResponderEliminarCómo me suena eso, la mía hace poco la dio por querer dormir en su cuarto, fueron un par de noches, pero dormí peor que nunca, anda que no echaba de menos ese cuerpecito pegado al mío!!. Cómo me dice el padre, tú eres peor que ella y va a ser que es cierto.
ResponderEliminar3 palabras, una gran verdad! sindrome de estocolmo!
ResponderEliminarcasi 7 años de secuestro tienen sus efectos.
ella quiere dormir todas las noches en su cama y yo me invento excusas para que al menos un día duerma conmigo!
y sq.. esos 5 - 10 -15 minutos que pasan entre que suena la primera alarma y finalmente me levanto de la cama, luego de abrazarla y respirarla... pues, no los cambio por nada!
Muy bueno Flor!! Jajaja...si te contara la de veces que fantaseo yo con el Benidorm, sin preocuparme de nada, así en plan tercera juventud. Y luego resulta que el churumbel mayor se fue en intercambio de cole a Irlanda...y fueron las dos semanas..., en las que me acostaba un rato en su cama, abrazada a su muñeco favorito,jajaja. Y eso que él ni miro atrás cuando se fue. Lo que son las cosas...y a lo que vamos llegando. Si es que esto se veía venir...La de los churumbeles.
ResponderEliminary que no hay nada mejor que dormir con la Barbie o con Spiderman, y sobretodos con sus dueños....
ResponderEliminarEres muy buena, sigue escribiendo por favor ni te imaginas lo que pueden animar tus post en días bajos.
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