miércoles, 3 de abril de 2013

El cambio de hora


Detesto el cambio de hora. No lo tolero. Y punto. Lo odio porque nunca me aclaro si dormimos una hora más o menos y entro en bucle de torpeza en plan ‘cuando sean las dos son las tres, entonces cuando sean las ocho son las nueve… ¿o era al revés?’ y así hasta que me entra dolor de cabeza nivel ‘voy a hacerme la interesante y recordar el orden sucesorio de los Austria’, como si me importara… o como si lo supiera.

Lo maldigo también por las absurdas y confusas conversaciones sobre las horas de sol que ganamos o perdemos y que hacen que la gente se enfrasque en discusiones sin fin sobre ahorro energético y otras cosas importantes, no digo yo que no, pero muy aburridas…

Y luego está mi madre que se pasa un mes entero haciendo alusiones al cambio de hora en plan ‘Claro, la niña tiene sueño porque ahora serían las ocho’ ‘¿Cómo vamos a comer ya si ahora sólo sería la una?’ Y así hasta el infinito del estrés porque nunca recuerda que antes de este cambio hubo otro cambio por lo que las cosas estarían más o menos igual que al principio, pero entonces se lo explico y volvemos a entrar en bucle de horas añadidas o perdidas y vuelvo a pensar en los Austria y a tomarme dos espidifenes y a hacerme la muerta al otro lado del teléfono.

Pero fundamentalmente, por lo que más detesto el cambio de hora es por el jaleo que nos supone en casa y la dosis extra de trabajo, como si no tuviéramos ya bastante… Y es que a la nena le afecta una especie de jet lag como si acabara de llegar de Barbados y no hay manera de que haga nada a su hora ni que mantenga una actitud normal, es decir, cualquiera que no le haga parecer un chimpancé de esos adictos a la cocaína que salen en los laboratorios de las películas de Apocalipsis y que dan mucho miedo.

Así por la mañana nos movemos entre dos aguas, la de me levanto a las siete de la mañana con la hiperactividad latiéndome en la cara interna de los huesos y la de no me levanto ni a empujones y cuando me ponen de pie se me quiebran las piernas y me duermo sobre mí misma como Fraga y luego a media mañana me pide comer y a la hora de la comida quiere la leche y a las seis de la tarde quiere dormirse o más bien se duerme entrando en un coma profundo y por la noche no sólo me dice que me duerma yo, sino que entra en estado de histeria absoluta correteando por la casa en braguitas –en ocasiones puestas, en ocasiones colocadas en la cabeza- con los brazos en alto riéndose a carcajadas o cantando dios sabe qué a voz en grito mientras el pater y yo, derrumbados en el sofá pedimos la inyección letal y no puedo evitar recordar aquella mítica frase de mi padre que le decía entre risas a mi madre: ‘Hay que ver ‘la chorrá’ de tontos que estamos criando’. Pues eso mismo.

19 comentarios:

  1. Ay, sí, yo llevo durmiendo mal desde que la cambiamos...Qué jaleo...Y yo soy como tu madre. No lo comento con nadie, pero pienso "si ahora son las dos, en realidad sería la unoa...entonces estamos comiendo super temprano!". Y cagadas varias de ese tipo...jajaja. Pero pasados unos días, me olvido del tema. Eso sí, lo de dormir mal, espero que se me quite ya, que hoy me he levantado con un dolor de cabeza...
    Sea como sea, se agradece la claridad hasta más tarde :)

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  2. Ja, ja! ¡Buenos días Flor! A mi me pasa sobre todo lo de mi madre, que aunque a la nena curiosamente no le afecta el cambio, ella empieza con "oh, pobrecita, ahora va al cole a las 8" ( y yo pensando, "son las 9, pero bueno"). Y cosas así. Pero ya te digo que a ella parece no afectarle, ¡menos mal!

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  3. Ja ja Que bueno!!.. Yo ésta mañana cuando ibamos al cole hacía un frío tremendo, y he dicho para mi, claro si es que ahora serían las ocho menos veinte.. y así me tiro varios días, pero es cierto que a mi hijo ni le afecta.. Si yo digo a comer, come, y si digo a dormir, duerme, que para eso soy yo muy sargento como dice mi marido.. jaja

    Pero me joribia muy mucho, por la de relojes que hay que cambiar, y siempre se te olvida alguno, y cuando lo vas a usar, vives en tu mundo horario porque no sabes si lo cambiaste o no.. menos mal que ahí están los móviles siempre actualizándose solitos...

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    1. Los móviles y los ordenadores me salvan siempre la vida... Hay que ver lo listos que son!!!! jajaja

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  4. Me descojono con la frase final de tu madre, jajaja. Deberías de ponerle copyright.
    En mi casa no lo hemos notado, siguen levantándose a las 7'30h, eso son las 6'30 de antes, no?
    Besos y ánimo, que ya se acostumbrará.

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  5. Yo estoy hasta el gorro...llevan desde el domingo durmiéndose sobre las 11 de la noche, desde las 9.30 que se menten en la cama!!! pero nada, de jolgorio y cachondeo hasta las tantas...y yo me levanto a las 6.30. No puedo con la vida...

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  6. Jajajajajajajajajajajajaja...que me he reidoo hoy..buenisimaa tu entrada hoyy...feliz miércoles..bss

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  7. Claro, no lo pensé: mi hijo ayer se levantó a las 7am y después a las 9:30, yo con la chaqueta ya puesta para llevarlo a la guarde, pues que se me había quedado dormido y profundamente además.

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  8. me encanta la frase de tu padre!!!!! supera a las de mi padre y abuela "Que he hecho yo señor para no tener ni un hijo normal" y " lo ultimo que le puede pasar a una persona es volverse imbesssil"... pues eso que tu padre un artista!!!!

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  9. Como te entiendo! A mí el cambio de hora me afecta más a cada año que pasa, no entiendo bien por qué. Yo recuerdo hace unos años, cuando vivía feliz e inocente en el país de la piruleta (osea, la adolescencia tardía), que me enteraba del cambio de hora tres días tarde y solo me importaba porque tenía un reloj del que nunca descubrí donde se cambiaba la hora (osea que me pasaba seis meses al año sumando o restando una hora cada vez que lo miraba). Pero desde hace unos años entro en bucle y estoy como tu nena, con la cabeza en otra dimensión.
    Además a mí este cambio se me junta con la astenia esa extraña que da la primavera y llevo tres días durmiéndome de pie, queriendo comer a la una y enfurruñada perdida. Vamos, como si tuviera tres años. Lo de las bragas en la cabeza todavía no me ha pasado, pero en unos años no lo descarto.

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  10. totalmente identificada contigo. Yo duermo fatal, pero mi rubia peor... a las mil de la noche sigue señalando el salón y diciendo: ahíiiiii y luego por la mañana no hay quien la levante, que parece un adolescente con resaca... un asco esto del cambio de hora, yo ni intento entenderlo porque entro en bucle y me agobio!!

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  11. Jajajj,sí,menudo coñazo lo de la hora,pero que gracia le has echado,mi madre también se pasa unos cuantos meses con eso de si serán las b o las v,yo prefiero olvidarme de la hora anterior y tirar millas,pero me cuesta horrores y acabo cayendo en el pecado-ahora serían las...Los churumbeles por la noche no hay quien los acueste,es de día-su frase repetitiva,según van creciendo tampoco cuela bajar las persianas y hacer vida de búnker.La de los churumbeles.PD-sabia frase la de tu padre,me ha encantado.

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  12. Yo también detesto el cambio de hora, que unido a la dichosa astenia primaveral me deja para el arrastre... Llevo unos días q vivo sin vivir en mí ;-p
    Mi gordita no se da mucha cuenta, aunque la peor parte, como dice la de los churumbeles, es cuando la quieres meter en la cama y como aún es de día pues no hay forma!!!
    Ánimo Flor! En unos días lo tenemos superado!!! Jejeje...
    Besucos

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  13. Hola flor y CIA!!!!!!!ay q llevo un montón de tiempo queriendo escribir pero no m da el día para mas!!!!!ando enfrascada en un nuevo proyecto!ya os contaré!!! Me acabo de empapar todas las entradas que tenía atrasadas!! Tan geniales como siempre!!! Y tú como te encuentras? Q tal va el embarazo??
    Bueno un besito a todas! Os he echado de menos!!!
    http://wingsinmycloset.blogspot.com/

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  14. Mi madre hace lo mismo. El domingo me levanté con dolor de cabeza y me suelta: "claro, por el cambio de hora". Y luego cayó un diluvio increíble, pero seguro que no era por eso.

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  15. Yo sigo todavía con jet lag. Me cuesta un triunfo levantarme de la cama. Esto del cambio de hora lo inventó un sádico. Voy a cantar un rato con las bragas en la cabeza a ver si se me pasa. Besotes!!!

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  16. Jajajajajajajajajajajajajajaja!!! Qué me suenan esas conversaciones, algo tan tonto y que da tanto de sí! Y esas preguntas que dices. qué bueno! Mónica

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