jueves, 4 de abril de 2013

La granja escuela


Imagino que es porque eran otros tiempos, pero a mí nunca me llevaron a la granja escuela. Ni siquiera a la fábrica de la Coca Cola o a la de los Donuts, que me consta que sí llevaron a mis primos que eran de mi quinta, en su colegio. En el mío, no. Eso sí, una vez nos llevaron a la fábrica de salchichones de García Agua, fíjate qué cosa más triste, de ahí imagino, mi poca apetencia por el mundo del embutido. Y al final nos daban dos salchichones y una chapa con la cara del cerdo. Muy triste todo. Muy de posguerra. Y sólo soy del 78, que habrá que ver adónde llevaban a mis antecesores...

Pero entonces aquello molaba y una venía con sus dos salchichones como quien traía una Barbie nueva con su gorra encasquetada y su mochila llena de bolas de papel de aluminio después de un día extraescolar, así que imagino que ir a una granja escuela con sus animales y su horno de pan, debía de haber sido lo más.

Sin embargo, ahora que una es viejuna y exquisita, la sola idea de ir a una granja escuela me pone los pelos del punta. Con ese olor a cabra y esos cerdos malhumorados -no sé por qué siempre los ponen de simpáticos porque yo siempre que he visto uno tiene cara de pocos amigos y lanza gruñidos nivel 'vuelve a mirarme cómo me baño en la orina de mi compañero y te arranco la tibia de un mordisco'- esas cacas de caballo tamaño industrial, esa alergia galopante en el ambiente, esos bichos pegajosos... que casi prefiero lo de los salchichones, oiga.

Por eso cuando la pelirroja me dijo que en el cole iban a ir a una granja no supe cómo tomármelo, pero por supuesto la apunté -que para eso no me la devolvían hasta las cuatro y sólo eso bien valían los 20 eurillos- y tras un par de veces de cambio de fechas por la lluvia, ayer llegó el gran día en el que la pelirroja se vería cara a cara con las cabras lecheras.

La niña se fue emocionada después de un chute clandestino y a traición de Biodramina para que no acabara potándole a la compañera de autobús, una cola de caballo y una gorra de Kitty encasquetada hasta los ojos por aquello de darle un aspecto campestre como el que me daba mi madre cuando me llevaban de excursión. 

Y la dejamos en la puerta del cole para que tomara contacto con la naturaleza como Paris Hilton y nos volvimos a casa hasta las cuatro, cuando tocó ir en su busca y recogerla hecha un ocho y roncando dentro del autobús para traerla hasta casa haciendo eses como un borracho de romería, que se ve que el viaje ha sido intenso y duro, lo que sumado a que no ha probado bocado de los macarrones -hecho ante el que he fingido sorpresa de cara a la maestra para que no sospeche nada del menú potitero extreme que nos traemos en casa- ha hecho que la niña volviera como quien vuelve de una semana en Supervivientes.

Con barro -o eso quiero creer- desde los bajos del chándal hasta las ingles, con los tenis llenos de un extraño polvo rojo que no hay narices de hacer desaparecer, con las uñas -que además le han crecido extrañamente hasta nivel Pozi- negras como el tizón que una coge la tuberculosis de sólo mirarlas, con los pelos de anciana loca al estilo Almodóvar de los 80 y un olor a cabra que todavía tengo incrustado en la pituitaria y que no he logrado quitarle de encima ni con tres enjabonamientos.

Eso sí, se ve que lo ha pasado en grande, porque con los ojos como platos y gesticulando como un Moncho Borrajo hiperexcitado me ha contado unas extrañas historias de vacas de lengua larga y conejos 'shiquitillos que ze ezconden todo el rato' y caballos grandes 'para pazear pero con casco ablochado pa no caerze nunca' y 'celdos zuzios y graziozos' y gallinas 'que ze peleaban' no como ella que ha sido buena por lo que me reclama un premio, 'uno glandee', y no sé en qué momento entre el segundo enjabonamiento y una patada de ésas que dejan sin aliento del cigoto y que me hacen perder la razón, le he prometido que le compraríamos una cabra.

Y ahora no me parece tan malo lo de los salchichones.

30 comentarios:

  1. lo que me he podido reir con el post. Pues yo soy del 79 y sí que fuimos a la granja escuela pero ya de más mayores. A esa edad la mayor excursión era ir a merendar una tarde al patio de los mayores.
    Pues mi peque también va a ir este trimestre a la granja escuela. El año pasado fue con la guarde y se lo pasó genial, eso sí, los olores y la suciedad de la ropa no se va ni con lejía.

    ResponderEliminar
  2. De verdad que llevaron a tus primos a la fábrica de Donuts? Ayyyy Dios, sólo de pensarlo se me hace la boca agua.. esa palabra no se menciona delante mío Flor.. que sabes que aquí en Italia no venden y yo mato por ellos...
    Yo soy del 73 y no me llevaron nunca a ningún sitio, iba a un colegio de monjas y sólo nos enseñaban a coser, a rezar y a comer el platano con cuchillo y tenedor, por aquello de que sino es muy lascivo.. jaja
    Siempre puedes comprarle la cabra y ya que estamos en época de crisis, tirarte a la calle y hacer el espectaculo ese que un dia había... O cantarle la cabra ... la cabra.. la p.... de la cabra, la madre que la parió.... yooooooo tenía una cabra que se llamaba Asunción.. (o algo así)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajjaj, igual me gano unas perrillas!!
      Y sí, iban a los Donuts y le daban muchos!!

      Eliminar
  3. ¡Una cabra! :O jajajajajaja.

    Pues yo de peque ya era exquisita y nunca quise ir a una granja escuela, hasta que mi vecina, de mi edad, me convenció para ir con ella un verano, porque "era lo más". Y cuando llegué, sólo quería volverme...Y recuerdo que llamábamos a los padres, desde una cabina, y les decía que me lo estaba pasando mal. Y cuando venían a vernos, los domingos, lo mismo. Que me quería ir, que me quería ir. Y eso que ordeñábamos cabras y con su leche hacíamos queso fresco, había conejitos, montábamos a caballo (lo único que me gustaba), hacíamos senderismo, fiestas de disfraces, concursos, había alberca (asco grande...yo entraba y salía y porque hacía calor, que si no, ni eso). Total, que no volví a repetir jamás...Pero es que yo no soy de campo...

    Pero ir un día como ha hecho la Pelirroja, eso sí que mola. Además, a los peques les encantan esas cosas. Seguro que quiere repetir :)

    ResponderEliminar
  4. Jajaja!!! Una cabra??? Lo que podemos prometer en momentos de desesperación; que ya te veo con la cabra, la pelirroja y el cigoto en su sillita calle Larios arriba y abajo!! Yo nunca fui a una granja escuela, creo que en mi época no existían (soy del 77), al menos con ese nombre; sí hicimos excursiones, pero más normalitas: que si un día a la playa, a un concierto (ya ves que emocionante) y a un par de sitios más de los que ya no me acuerdo. Espero que las excursiones de mi enana sean más emocionantes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajjaja, lo que me faltaba, la ataré a una cuerdecita para uqe la pasee la pelirroja, jajaja

      Eliminar
  5. Yo soy del 89 y a mí no me llevaron a ningún sitio, ni a fábrica de salchichones. Soy de pueblo y el colegio era muy cutre, es lo que tiene.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah, no, mentira, en 4° de la ESO me llevaron al museo Picasso de Málaga. Ahí fue cuando me dije que eso era lo que quería yo. Y aquí estoy.

      Eliminar
  6. jajajajajja me parto con tus entradas. Que humor!! Por cierto yo soy del 80 y tampoco fui nunca a una granja escuela jaja
    Te dejo mi blog por si te apetece echarle un vistazo. Cuento las batallas de mi hijo
    http://historiasdeunpequenoprincipe.blogspot.com.es/

    Besos

    ResponderEliminar
  7. Yo soy del 74 y tampoco fui a ninguna granja escuela, y mejor, que una siempre ha sido poco rural, que le vamos a hacer. Eso sí, a mis nenes hace poco les llevaron en el cole a una lechería y volvieron pidiendo un cabritillo cada uno...en fin...como si no tuviera yo bastante fauna en casa con ellos y el sufrido padre...

    ResponderEliminar
  8. Pues a mi me llevaron de excursión a tabacalera, muy infantil, si......aun recuerdo la peste a tabaco retetinado que habia allí, pero mi madre con tal d perderme de vista me apuntaba a todo lo posible y más, jejeje

    ResponderEliminar
  9. Jajaajajjaaj..ahora mira sacale el partido a la cabra...te la llevas con el equipillo de musica y unas escalera y te hechas por las calles de Málaga a cantarle a la gente..mira la gitanilla ya la tienes a la peliroja..lo mismo triunfas y todo nena..que eso se lleva mucho..jajajajaa...

    ResponderEliminar
  10. Ja, ja! ¡Ten cuidado con lo que prometes!

    ResponderEliminar
  11. Como Susana, yo también estaba en un colegio de monjas, pero muy modernas ellas. No habia comedor y el plàtano me lo comia en casa con las manos, en plan lascivo, jajaja. Nos llevaban a Donuts, a Danone, a Cocacola... todo muy marketing, jajaja, pero nos poniamos como el quico. Y también fuimos al parque de tràfico, a los bomberos... una cosa increible. A la granja escuela fui con mi hija el año pasado. Ya sé, tengo valor. Hicimos pan, habia incluso panales y lo pasamos muy bien. Eso si, la ropa fue directa a la basura.

    ResponderEliminar
  12. Buenos, bien mirado y si tiene Vd. una pequeña terraza, mascotas más raras vemos mamy y yo cuando paseamos. (¿Ha visto Vd. un hurón con arnés? Es muy divertido.)

    Mire la cabra enana nigeriana ocupa poco, le va a comer cualquier cosilla, con lo que se quita el tema de bajar la basura, contenta a la peliroja y tendrá un promedio de dos litros de leche de cabra diarios, un ahorro, además más sana, tirando, tirando podrá Vd. también alquilársela al tercio de la legión para los desfiles... ¡¡¡todo eso por unos 80 euretes!!!

    ResponderEliminar
  13. Jajajaja! Como me has hecho reír esta mañana Flor!
    Es normal que a la pelirroja esté encantada con la experiencia, a la mayoría de los peques les apasionan los animales, hacer cosas nuevas y cómo no, mancharse hasta las orejas sin tener a mamá cerca dándo la lata ;-P
    Por cierto, yo también soy del 78 pero como fuí a un colegio "muy progre" hice todo tipo de excursiones, a una fábrica de galletas (Fontaneda, creo recordar), al periódico y una televisión local,... Además en el patio del colegio teníamos gallinas, cabras y ovejas, perros, etc. Y les dábamos de comer y les cuídabamos como parte de nuestra rutina... Y nos íbamos de campamento una vez al trimestre!!!
    Besucos

    ResponderEliminar
  14. Madre mía, no me importa decir que se me ha escapado el pis del ataque de risa que me ha dado!!!!!

    Qué grande es la pelirroja y qué manera que tienes de contar las cosas Flor!!!!

    Pido el patrocinio de Tena Lady para este blog yaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  15. Yo soy del 78 y no sólo fuimos a una granja escuela, si no que estuvimos allí varios días, con unos 8\9 años...

    ResponderEliminar
  16. Jjajajaja...a ti lo que te faltaba era una cabra en casa!!!!! para volverte majareta del todo!!!! que linda la pelirroja, en su primera excursión...Besotes

    ResponderEliminar
  17. La cabra no pinta mal,al fin y al cabo a lo mejor hace la mascota perfecta,por probar....Me he reído un montón y lo que he perdido de reír...mogollón.Los churumbeles hacen muchas salidas de esas,por suerte o por desgracia estamos rodeados de miel,quesos,invernaderos,granjas,marisqueo etc,cierto que se lo pasan muy bien y desean repetir.La de los churumbeles.

    ResponderEliminar
  18. Po si, una cabra....entre la pelirroja nazarena y la cabra les montas media procesion de Mena tu solita hija...... :) A mi no me llevaron a ninguna granja en los tiempos de cole pero como me medio-crie en el campo de mis abuelos, en las vacaciones olia a patos y cerdos y otras delicatessen....degustando pienso y todo....(q una es muy tiquis miquis con la comida pero si a los patos les molaba, porque no probarlo yo......)

    ResponderEliminar
  19. No sabes como siento decirte esto: "las promesas hay que cumplirlas", es lo que le llevo repitiendo toda la tarde a mi terremoto porque ayer me prometió que si la dejaba ir aca su abuela (a pesar de ser casi las diez de la noche)hoy echaría una siesta. Así que la lección en mi casa hoy es que las promesas hay que cumplirlas, por supuesto está sin cumplir. La cabra siempre la puedes poner en la terraza o amarrarla corta en la puerta jejeje.

    ResponderEliminar
  20. Si mi madre te leyera te va a buscar por España y te da un coscorrón por prometer una cabra, que para ella ese sería el peor castigo del planeta, no ves que la pobre vivió su pubertad sacando a pasear a una cabra por la ciudad!! No hemos logrado quitarle el trauma, pobre de mi madre!!

    ResponderEliminar
  21. No es por dar envidia pero yo también soy del 78 y nos llevaron a una fábrica de chuches... Bueno, también nos llevaron al Valle de los Caídos, que yo creo que prefiero los salchichones.

    Está muy bien eso de que a la pelirroja le gusten los animalitos. Si son la alegría de la vida, no me seas... Ya verás cómo disfrutas de la cabra. Muahahahaha.

    ResponderEliminar
  22. Yo soy del 76 y de colegio de monjas, así que del merendero no pasaba... Como mucho un día a la playa o al parque acuático de turno...
    Pero con mi clase me lo estoy pasando pipa!!!! Desde hace trece años voy a todas las excursines que se me presentan y desde luego, la Granja escuela es la estrella de las excursiones, bueno esa y la del Mini Hollywood (Ahora se llama "Parque Oasys de Tabernas", sí con Y...).
    Los niños se lo pasan pipa y la maestra más!!! Eso sí los tres enjabonamientos no se los quita nadie...
    Y mirándolo bien... La cabra tiene muchos beneficios...

    ResponderEliminar
  23. ¡ Buenas ! Y enhorabuena por el embarazo.

    Qué recuerdos. A nosotros nos llevaron una vez a la fábrica de ron Bacardí. En una de esas, llenando una barrica de ron blanco, se salío la manguera y allí estabamos todos chupando como las vacas en el abrevadero. Estabamos en 5º de EGB; esos fueron los comienzos de una exitosa carrera como catador amateur.

    También recuerdo una entrañable visita (ya en la carrera) al depósito de almacenamiento de residuos nucleares de El Cabril. Allí no probamos el cesio 137, pero si unas estupendas chacinas que nos dieron para olvidar lo que allí habíamos visto.

    Saludos

    ResponderEliminar
  24. Jajajajaja!! Me encanta cuando escribes los comentarios que hace la pelirroja, pero qué graciosa tiene que ser. A nosotros nos llevaron a la fábrica del Bimbo aunque ahora no recuerdo si nos dieron algún paquete de panes o no. Las cabras, gallinas y todo lo demás las tenía cerca, calleja abajo. De vez en cuando le decía a la lechera que me dejara ordeñar una vaca. Diría que todavía recuerdo ese olor... Mónica

    ResponderEliminar