martes, 8 de mayo de 2012

El torneo de fútbol del primísimo

El Día del Trabajo, como no teníamos otra cosa mejor que hacer y, dado que estar parada condiciona moralmente la celebración de esta onomástica curiosona, decidimos ir al Torneo de Fútbol Infantil del primo de la pelirroja, así a las bravas, sin que nadie nos los hubiera pedido, en un alarde de locura transitoria e inconsciencia in extremis.

Lo cierto es que el primísimo lleva ya un tiempo jugando al fútbol – un poco mal, según tengo entendido- y hasta entonces nunca antes habíamos ido a verlo para disgusto del chaval, así que, como ese día jugaba en Rincón de la Victoria y, además, se trataba de un premio importante –todo lo importante que puede ser un torneo infantil llamado Carrasco Cup – pues nos animamos a hacer de cheerleaders por un día.

Así que organizamos una excursión a la amanecía –porque el torneo entre otras torturas incluía madrugar- el abuelo, la abuela, mi tía, mi tío, mi primo Diego, mi hermana, mi cuñado, mi sobrino, la pelirroja y yo misma, que para eso somos una familia muy intensa y nos gusta enfrentarnos a estas terribles aventuras en conjunto. El pater que es más listo que todos nosotros y ya aventuraba que aquello iba a ser un martirio chino, fingió que tenía mucho trabajo y que tenía que quedarse en casa adelantándolo. Picarón.

Y el resto –sólo los que he nombrado, no fuimos todos los Menas, cuando eso ocurre tenemos que fletar un autobús- nos encaminamos a una jornada difícil que, a diferencia de otros eventos familiares que empiezan oliendo bien y a la hora de la verdad acaban apestando, ya apestaba a priori.

Calculado así a bote pronto, en el campo podría haber tres o cuatro millones de personas, pero abultaban más, probablemente porque la mayoría eran niños. Niños de todas las edades vestidos con sus mini equipaciones y con la ilusión de llevarse la medalla de hojalata reflejada en los ojos… y gritando, gritando todo el tiempo, gritando mucho. Gritando mucho pero no tanto como los padres enfervorizados que años atrás habrían estado dándolo todo en una discoteca y que ahora –oh, pobres ex jóvenes metidos a esto de la paternidad- disfrutaban del nulo talento de sus hijos con una tensión que ríete tú de un Barça-Madrid.

Hacía un sol de justicia y, como no podía ser de otra manera, fuimos a parar a la zona del campo donde más sol daba, por lo que tuve que pasarme media mañana echándole crema protectora a la pelirroja -antes de que se volviera fluorescente como suele ocurrir en estos casos- y la otra mitad cambiando pañales y leotardos porque estábamos iniciando la terrible operación diarrea infernal y el esfínter de la nena, inasequible al desaliento, no pensaba darnos tregua.

Todo esto sin poder ver nada de los partidos, -a ver, que no es que yo tuviera mucha ilusión, pero, en fin, ya que se va…- porque los padres y madres entusiasmados estaban levantados junto a la barandilla entonando curiosos cánticos de la peña de sus hijos y gritándole a los pobres chiquillos que apenas están aprendiendo a leer, mientras la comitiva familiar que componíamos nos dedicábamos a beber coca colas y a picar algo del cutrebar del campo con la secreta ilusión de que el equipo del niño perdiera y al fin pudiéramos escapar antes de que nos diera una insolación y las medias se me acabaran fundiendo con la piel, cosa que finalmente ocurrió.

Probablemente lo peor de la jornada no fue el golpe de calor que sufrimos, ni los exaltados padres que nos rodeaban y que daban mucho miedo, ni que la niña acabara con todas sus mudas llenas de caca en mi bolso de Bimba y Lola, ni que a la salida mis padres se olvidaran de recogernos y nos tuvieran esperando cual penélopes a las puertas del estadio durante más de media hora, ni que me llevaran a comer al restaurante que más detesto y que mi madre –nuevamente- pidiera por mí, ni que el primísimo tuviera un ataque de pánico y se saliera del campo llorando, ni que la pelirroja se quemara la frente… Lo peor, sin duda, fue cuando mi madre bajó al banquillo para enfrentarse al entrenador de quince años y amenazarle Dios sabe con qué, para que sacara al niño a jugar de inmediato, ante la estupefacta y avergonzada mirada de mi hermana, el desconcierto de mi padre y mi colapso nervioso. Y lo sacó, digo si lo sacó. Nadie se resiste a la extorsión de mi madre.  ¿Cómo no voy a estar trastornada?

23 comentarios:

  1. Ahhhhhhhhhhh! ¡Qué pesadilla! Has sido muy valiente, sí señor, digo por ir al partido y más llevando a la pelirroja. Te admiro de verdad. Para mi una de las ventajas de no tener hijos varones es ahorrarme la pejiguera de los partidos de fútbol. Me resultan un rollo y me dan miedo los padres y madres que gritan enfervorizados. Y tú, con una pelirroja preciosa te aventuras a meterte en semejante berenjenal, lo dicho que te admiro. Un saludo.

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  2. A Dios gracias, tengo dos hijas y no tengo sobrinos, es lo bueno de ser los hermanos mayores. Ahora, nadie me libra del "es que esta ropa no me gusta y yo me quiero poner un palabra de honor"....ayy madre, la que me espera!!

    www.ciudadarcoiris.es

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  3. Soy la de los churumbeles, al principio procuraba evitar las salidas así en plan mucho jolgorio,pero visto que acababan oliendome raro ahora me apunto, me pongo de los nervios,cuento hasta tres millones y luego dejo que la naturaleza haga su trabajo, eso sí,al llegar a casa vuelvo a repetir lo mismo, NO VUELVO A IR.Es que los míos cuando se sueltan no andan,vuelan.Un saludo.

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    1. Ay, yo siempre prometo que no voy a volver a... y siempre vuelvo. Tengo poca memoria, jajajjaa

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  4. Jaja yo tengo que aguantar algún que otro partido del padre de la criatura (cada vez me escaqueo más. Pero lo de los niños es un horror, y lo peor son los padres de los niños que chillan, insultan y humillan a los chavales a más no poder;porque no nos engañemos, muchos de los niños que van son empujados por los padres

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  5. Te parecen malos los partidos de fútbol? espérate a tener que ir a un campeonato de golf... eso dura más que la obra del Escorial. Por la mañana hace un frío que no veas de lo temprano que hay que llegar, y en cuanto empiezan a salir los rayos del sol, hace un calor espantoso. Y todo por ver a los niños darle a una pelotita, que sí que mis primos tienen mucho arte para eso, pero no merece la pena. Y el peor invento del hombre son las videocámaras o los móviles, que encima que te obligan a verlo en directo, luego lo tienes que volver a ver en la tele, como si no fuese bastante!

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    1. jajajajajja... Los vídeos son lo peor, pero todos. Los de las bodas, bautizos y comuniones, lunas de miel, viajes, gracias de niños... ufff, un infierno!!

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  6. Ja, ja, digno de guión, de peli, vamos el "penalti más largo del mundo" o "días de futbol", chorradas...
    Veo que las salidas familiares dan mucho de sí, piensa que algún día te reiras de esto...o no?:)

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  7. Jajajaja, no te imaginas la panzá de reir que me estoy pegando, ay Dios mío, ay Dios mío, ay dios mío, que yo quiero apuntar al niño al fútbol el año que viene y mi madre es de la misma escuela que la tuya. Que dios nos coja confesados. Besos. Inma

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    1. Y si lo apuntas a tenis?? Allí todo es más tranquilito, no?

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  8. Jajajaja. Qué valiente eres. La única vez que he pisado un campo de fútbol en mi vida fue cuando nos llevaron en clase de Sociología del instituto a ver un partido de segunda división. Lo que me reí apuntando las conversaciones que oía por ahí y los gritos al árbitro. Tengo que volver algún día para escribir un post sobre ello. Un besote!!!

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  9. Si tu restaurante odiado es 'La venta del túnel' te doy un premio...

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    1. Uffff, la venta del túnel es lo peor, con ese arroz caldoso que a la gente le gusta tanto y que a mí me da repelús sólo de verlo... Pero no, me refería a los Campanillas en el paseo marítimo del Rincón, es de pescado y te atienden y te echan a la velocidad del rayo...

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    2. Si al menos tu madre pide pescado por ti estate contenta, la mia pide el arroz caldoso que has mencionado tan a la ligera y que para mi familia es lo más (yo no lo aprecio porque estoy sevillanizada, ea). Un beso!!!!

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  10. Que bien escribes, puñetera, me ha hecho mucha ilusión que nos menciones. Besotes

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  11. Jajajajajaa acabo de leerlo! Fue más terrorifica la cruda realidad que el propio relato de la.mater.No obstante,os invito a todos y todas al próximo.torneo que tendrá lugar el próximo sábado en Las Lagunas!!Acaso tienen ustedes un plan mejor??? Además, os diré que a pesar de seguir fingiendo ser una niña bien, deberían venir con una nevera de playa(sí,como lo oyen,es lo.que.se lleva en estos.casos por lo visto)Así,entre una zero y otra podrán.dejarse morir en la.soleada grada.

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  12. Caro, sintiéndolo mucho,te lo hago a la reciproca, tengo mi propia pesadilla también el sábadete en el Martin Carpena, que te parece?. Besotessss

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  13. Jaja después de todo no.hubiese tenido escapatoria,no? Qué horror!! Al menos os dará la sombra.Mater, que la.ahijada tiene exhibición!! Podrás escapar?? Je je

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